jueves, 31 de diciembre de 2015

Un año de mierda

Una lista de las cosas malas que me pasaron: 

- Me enfermé de los intestinos. Considerando que le pasó a alguien muy querido para mi, sólo pensé: jodida suerte. 

- Comprobé, una vez más, que, hagas lo que hagas, haya pruebas o no, la gente cree lo que quiere. 

- Tardaron en pagarme como más de dos meses. 

- No encuentro un nuevo trabajo y me he enfrentado a la incomprensión de la gente. 

- La podóloga resultó ser una pseudo psicóloga que cree que la autoestima es proporcional al peso. 

- Muchas personas que me molestan están bien y siguen vivos. Bueno, alguien tiene que hacer el trabajo sucio. 

- No me hablaron mucho los amigos... sospecho que tengo que limar asperezas. 

- El imbécil con el que salía, resultó ser eso, un imbécil. 

- Me dieron de regalos pura basura. 

- Nuevamente haré una dieta... bueno plan alimenticio (realista), lo cual me caga. 

- No hubo buenos programas y las temporadas estuvieron flojas en todos sentidos. 

- Observé que los doctores son idiotas y algunos residentes más. 

- Descubrí que tengo que buscar cosas para mí, en trabajos, en clases, en la familia. 

- Estoy estancada en mis proyectos. 

- Descubrí que muchos hombres son unos malcogidos, misóginos, que usan al sexo como moneda de cambio y forma de presumir lo que no son y lo que no tienen. 

- Tengo deudas. 

Cualquier cosa, estaré trabajando, este blog no ha dejado de funcionar, supongo que habrá nuevas experiencias y quejas para llegar a la entrada número 300. Así que habrá que solucionarlo pronto y ver qué sucede, porque aún tengo mucho para dar. 

Y siempre tengo mi entraña y mi cabeza, y mis ganas de escribir, que eso de darme un balazo en los ojos pasará cuando esté muy borracha y feliz, no por obra de imbéciles por los cuales brindo. 

Sin más, ese fue mi año de mierda, les invito a compartir el suyo. 

2 Canciones con filosofía: Runaway

No puedo decir que Kanye West es un crooner, un artista, un rapero, un diseñador o un músico... pero es lo más maravilloso que escuché cuando iba a la preparatoria. 

Fui a verlo y quedé impresionada, no se si era forma o fondo, pero era un gran artista. Cantaba con la entraña, vivía para causar controversia, pero era él. No fue lo mejor, pero siempre fue auténtico.

Kanye, jamás vi tal dinamismo, tal ayuda del diseño y de las emociones para hacer música: él gritaba, hablaba de todo, se metía con todo, se autoproclamaba Jesús. A mi me impresionó, me cautivó y encontré en sus letras una catarsis. 

Tal vez soy algo ignorante, tal vez mi conocimiento del rap se pierde en Kanye West. De hecho, me gustaban mucho Public Enemy, Cipres Hill, L Cool J, Beastie Boys y 2Pac... pero había algo en ese hombre tan altivo, orgulloso, temerario como ignorante; era genuino y era como yo. 

Ambos decimos cosas que no debemos, ambos no aceptamos nuestros errores y seguimos creyendo que somos unos genios todo el tiempo, siempre pensamos que somos el nuevo Shakespeare, queremos que todos nos aplaudan y queremos que se nos reconozca como lo más impresionante de nuestro tiempo. Cuando siempre tomamos malas decisiones y la verdad, sólo nos han salido bien una o dos cosas. 

Recuerdo esa época en que Kanye era mi grito de guerra, lo que vociferaba llenaba mis oídos y mi ira, recuerdo que no era una buena época. Me habían insultado tanto, que llegué a creerme lo que decían y empecé a actuar en consecuencia. Lo que enojó más a mis agresores, porque ahora era una imbécil que había abrazado su destino, su condena. No puedo explicar el poder que se siente, es como si empezaras a vivir para otros, pero les arrebataras ese poder y empezaras a renovarte. 

Tal vez, de tanto insultar a Kanye, él se siente con todo el derecho de seguir siendo un cretino, después de todo ¿qué más se puede esperar de él? ¿qué más podía hacer? Cuando te lo han dicho tantas veces, ya no sabes ni que pensar de ti mismo, ya no sabes si creerlo o no. 

En mi caso, siempre recordaré cuando me obligaron a sentarme a la mesa con una persona non grata para mi, recuerdo que comí y no me sabía a nada, me dieron regalos que yo no quería, me obligaron a estar ahí cuando sabía que era un estorbo. Cómo me hubiera encantado desquitarme. 

Pero siempre brindo: por aquellos imbéciles, aquellos pajeros, aquellos idiotas que quieren que no corra, pero yo tengo un plan: correré más rápido que ellos, siempre más rápido, tan rápido como pueda. 

Cada vez que veo eso, recuerdo por qué soy así de cretina: nunca me escuchan, siempre es más importante guardar apariencias, siempre es más importante creer cosas de otros que de ti y siempre es más importante ser un imbécil, un pajero, un estúpido. 

Lo único que tengo que decir en este año de mierda es que correré muy rápido, para que esas cosas no puedan alcanzarme. 

Felices fiestas. 


2 Canciones con filosofía: That's Life

Así es: en esta maravillosa sección del blog, Frankie viene a poner orden. Dale Frankie, que es mi crooner favorito después de Dean Martin y de Tony Bennet... integrante de Rat Pack; Seth Macfarlane tiene un registro similar al intérprete de Fly me to the moon. Todo lo que toca Frankie, lo llena de clase. 

Mi historia es que sólo conocía las canciones más populares: My way, New York, New York; Something Stupid... pero vaya que tiene muchas maravillas, como esta que aparece en The Goodphilosofellas. 

En el programa de Cheko Záun, escuché la historia de Frankie... llena de sufrimiento, de triunfo, de genialidad, de soledad, de amor y fama. Frankie era maltratado por su madre, de milagro se salvó de morir, estaba marcado: del rostro, del corazón. Pero también fue nominado y ganador, de un Óscar por From Here to Eternity, en la cual estaba mucho mejor que Montgomery Clift. 

De personalidad arrolladora, todos han puesto su voz para hacer duetos con él, todos lo ven como la imagen del éxito, todos quieren imitar su estilo, hasta weyes que no cantan como Buble. Frankie es la imagen de la elegancia, de un ganador. 

Esta imagen de ganador, contrastaba con los sufrimientos de su vida. Cuando lo dejó Ava Gardner, Frankie cayó en una fuerte depresión, pero se levantó para triunfar en la actuación y la música. 

That's life, grabada en una época difícil para Frankie, molesto por regresar a grabarla, pero eso es lo que tiene que hacer un cantante: hablar de su sufrimiento con verdad, revertirlo en forma de un himno para todos aquellos que pierden, que han estado arriba y abajo. 

Quisiera dedicar esta canción a una persona muy importante para mi: para Andrea... a la cual no siempre trato de la mejor manera, pero es la única que ha estado conmigo. Ha sido todo: estudiante, empleada, capturista, adjunta, abanderada, chivo expiatorio, amante, ocasionalmente la novia. Ha sido títere, indigente, pirata, poeta, peón y rey. 

Pero tengo que reconocer que, aunque chocamos, siempre la he querido, me gusta y siempre intento que sea feliz, pese al mundo, pese a que otros quieran pisotear su sueño. Sólo le puedo decir que este mundo sigue girando. Y que aunque no esté abajo en enero, subirá en junio. 

Y quiero decirte que te voy a cuidar, te voy a regalar ese muñeco de Silverio y verás que seré más amable contigo. Aunque estemos enojadas, siempre voy a estar contigo, por lo que voy a intentar tratarte bien. No dejes que nadie te maltrate, ni siquiera tu misma. 

Y aunque a veces quieras renunciar, tu corazón no te dejará: porque eso es la vida, eso es lo que dicen las personas. 

Así que, querida, quiero que lo intentemos otra vez: la diferencia entre un año de mierda y un buen año, es un corazón como el tuyo. 

Felices fiestas philosofellas. Ojalá se dediquen una canción, un buen día, cuando haya tenido un éxito y un fracaso, yo se las cantaré. 





Mi cena con André o todos somos Wallace Shawn

Con la novedad que vi Mi cena con André, creo que si hubiera sido de mis películas favoritas, este maravilloso blog se llamaría Mi cena con Andrea. 

O creo que no. 

La película trata de Wallace Shawn, un modesto actor que se reunirá con André Gregory, un director que ha pasado un año en contemplación y que adquiere otros conocimientos sobre el mundo. Wallace, al contrario de André, es mucho más pragmático. 

Honestamente no fue lo que me esperaba... todo el tiempo pensaba en un argumento, algo que me pudiera decir esta película, célebre por sus temas filosóficos y porque, en muchos momentos, los protagonistas André Gregory y Wallace Shawn, están equivocados y acertados a la vez. 

Si, hubo cosas que me gustaron, me conmovieron, pero no la disfruté tanto, no lo sé... creo que es por los personajes, porque esperaba más contenido en esa cena, o porque estoy tan acostumbrada a ello, a argumentar, que ahora lo veo como una especie de conversación común... no lo sé. 

Cada vez que escuchaba al cosmopolita André, quería aventarle mi zapato a la computadora, no quería escucharlo. No se si por prejuciosa, pero creo que la postura de André no es realista. Sin embargo, hace que Wallace se abra, aún en su pequeño mundo, sabe qué botones presionar para que él hable, para que sienta y se vea a sí mismo. 

Todos somos Wallace Shawn

Pero Wallace Shawn, Bertram en Family Guy (Victory shall be mine!), es sensible, mundano, profundo, conciso, razonable, maestro, plausible en sus argumentos... André es como esos maestros sabelotodo, que te dice cómo huele la Capilla Sixtina y bebe champagne. Wally Shawn, aunque guiado por André, es mucho más aceptable lo que ha dicho, porque lo vive, sin tanta contemplación, es un gran contrincante y un gran complemento. 

Además de que tiene las mejores frases de la película: Antes, cuando era niño, recuerdo que mi vida estaba llena de comodidades, de lujos y de viajes en taxi. Sólo pensaba en el arte y en la poesía, ahora sólo pienso en dinero. 

(A André, después de hablar sobre si renuncia o no a su frazada eléctrica) No, André, el mundo es un lugar muy duro como para renunciar a las pocas comodidades en la vida, yo no pienso renunciar a lo que tengo para una nueva experiencia. 

Cada frase de la boca de Wallace es cierta: cómo lo miran, cómo piensan de él y todo lo que ha respondido. El hombre común, el verdadero mundano, se observa y se lee en Wallace, no en André. André es el que guía la plática, Wallace la aterriza. 

Para mí, en esta etapa de mi vida, ganó Wallace Shaw, siento y pienso como él. Soy Wallace Shawn. 

Como datos curiosos, hacen una parodia en la serie Community, con Abed y Jeff, la cual se torna algo incómoda. También, en las primeras temporadas de los Simpsons, Martin Prince se encuentra jugando un arcade de mi Cena con André. Gran chiste que me gustó haber recordado. 

https://www.youtube.com/watch?v=V91Y7MRw7eo



martes, 29 de diciembre de 2015

Melancolía en una celebración solitaria

A los 20 años, en su casa empiezan a apestar - dijo la sabia maestra para motivarnos a hacer nuestra tesis. Creo que sabía demasiado, a mi me dio en donde más me duele. 

Con las celebraciones, uno recuerda lo que vivió... desde las veces que no tuvo el regalo que esperaba, hasta las veces en que te obligan a sentarte a la mesa con personas que no quieres y que no son bienvenidas en tu vida o en tu casa. 

Uno recuerda ese tiempo vago en donde había una aparente felicidad, antes de que finalmente salgan los problemas, te echen la culpa, descubras que te odian en secreto... si la familia se elige, en verdad que no serían las personas que tienes ahora. 

Y la navidad se basa peligrosamente en el anhelo: un buen día estarás con los quieres, vas a salir de aquí, vas a irte a Los Cabos, vas a comer ahora si como quieres y recibirás ese regalo que tanto quisiste. 

Todo el tiempo me la paso anhelando, en lo que hago, en lo que termina esta época. Es la primera navidad que paso sin un ser querido. En unos años, mi familia no será como la conozco. 

Vienen nuevas y mejores cosas, pero también vienen nuevas dificultades, nuevos retos, más enemigos... ni qué hacerle. Las cosas mejores son las que ponen todo en perspectiva, las que uno se procura, lo que a uno verdaderamente le importa, los que en verdad quieren estar contigo: eso alivia la melancolía, eso hace que salgas de tu casa cada día, que te levantes, aunque sea a las doce del día, a hacer y a trabajar, a poner en marcha proyectos. 

Y siempre están ahí para que uno saque fuerzas de flaqueza, la motivación no existe: uno hace las peores cosas, las mejores cosas, es un cretino o un ganador y lo hace sin motivación aparente. Es una falacia. 

Pasen felices fiestas, anhelen no basados en lo que no existe, sino en lo que tienen, en quien está a su lado, qué es lo que más quieren. En mi caso, me quiero más yo que a la gente que está alrededor, me pega más no tener dinero que comer todo lo que quiera, me gustaría ir con mis amigos a los cabos. 

Y si eso implica sudor, lágrimas, esfuerzo, que corra, yo soy más fuerte que otras cosas y que las circunstancias. Soy tan obsesiva como Howard Hughes. 

El peligroso anhelo se puede volver realidad, la melancolía es lo que tenemos 

jueves, 24 de diciembre de 2015

Llenos de comida

No es un día de regalos, ni de la familia, ni mucho menos una festividad religiosa: es un día de la comida, como toda festividad, como todo lo que se precie de tener la abundancia como bandera. 

La Navidad... esa fecha en que pensamos más en lo que vamos a comer, que lo que haremos, en donde el pensamiento mágico abunda de una manera encantadora, pero que siempre termina con deudas y sobrepeso. 

Todo son recetas, comidas, trucos para no subir, ensaladas, trucos para comer menos, trucos para bajar el empacho... combinación de los tres grupos mágicos de alimentos: azúcar, grasa y sal. Oímos estadísticas, seguimos comiendo, no pasa nada.

Puestos de múltiples colores: tortas, ensaladas cremosas y llenas de fruta, helados, hamburguesas, tacos al pastor, tacos de cabeza, panes de dulce y de sal, hot dogs, pasteles, chocolates, gelatinas, buñuelos, pozole, café, ponche, atole y guisados con muchas calorías... parece que uno se asustaría con la variedad, pero no: no puede detenerse, se le antoja todo, come lo que no debe, come a todas horas... todo está a flor de piel, por lo que es muy fácil tomar malas decisiones. 

La comida: ese extraño elemento. La comida es medicina, es consuelo, es protección, es amor, la comida sigue en los recuerdos, no siempre es el recuerdo mismo. La comida es objeto de culto, celebramos con comida, nada marca más la abundancia como que haya mucha comida. 

No todos los obesos están enfermos, muchos son por falta de actividad o por comer mal, otros comen poco, pero a veces comen por ansiedad, por consuelo, por calor. ¿Quieres que una persona cambie de ánimo, quieres conocer cómo se ve y se conduce? Observa cómo es cuando no come y cuando acaba de comer.

No tendríamos por qué vincular emociones o sentimientos a la comida... pero es en gran medida lo que hacemos, lo que podemos hacer... no comemos conscientemente, comemos para llenarnos, para no sentirnos mal. Si fuera tan sencillo, todos los cuerpos serían iguales. 

Ojalá funcionaran los pequeños trucos, yo he intentado de todo: comer con la otra mano, escribir lo que comí, sustituir un producto por otro natural o uno de menos calorías... ojalá funcionara porque he visto que la gente delgada no hace tales charadas. 

Y si es culpa del entorno o de otra cosa... no lo se, no podemos suplantar todos esos puestos de comida por puestos de ensalada, no podemos prohibir ni regular la comida chatarra... tal vez ni siquiera nos llenemos. Sólo podemos decidir, entender que nos llena, que nos come a nosotros, con qué nos sentiríamos cómodos o medianamente satisfechos. 

Son pocos los placeres de esta vida... es comprensible que comamos para consolarnos, que la comida sea de lo más universal, necesario y asesino. Es posible que no haya sensaciones iguales, tanto dañinas como saludables. 

Y el balance... no es hacer dieta, comer bien es un aprendizaje... y como tal cuesta años, es ensayo y error, hay distintas maneras, es mediante inducciones, razonamientos, análisis, pruebas. 

Recuerdo que desde hace mucho tiempo renuncié a la comida rápida... principalmente a los empanizados tipo KFC... la razón fue porque me sentía terrible, lo que al principio era un festín de calorías, después se volvió gelatina de salsa en mi estómago, dolores y una sensación de quemazón en el estómago... las fresas significaban para mí un montón de granos en la lengua, con el vino me salían ronchas... Aprendí a cuidarme y evité todos esos alimentos. 

Además preparo una ensalada de pollo con pedazos de naranja, lechuga nuez y queso. Me gusta el agua de alfalfa sin azúcar, bien fría, papaya antes de comer salsa de habanero y comer frutas congeladas: una pitaya es deliciosa, más que un mango, un higo es una delicia. El salmón es mejor que el roast beef. 

Pero me costó mucho hacer todo eso... porque yo no lo sabía, y porque no me daba la oportunidad de comer otras cosas. Me costó cansancio, una gastritis e inflamación. 

Sin embargo... miro a todos lados, tengo que aprender a vivir con ello, la comida es como el argumento del mal, la peor viene fue hecha por los hombres, nosotros interferimos, nosotros queremos cosas, sentir, tener sabores en el paladar, nosotros podemos tener avances, pero estos avances conllevan grandes sacrificios. 

Estamos llenos de comida, queremos comer, pero no sabemos cómo hacerlo. Habrá que aprender de la forma más difícil, que es enfrentando nuestra hambre, no sólo llenándonos o autoengañándonos. Tenemos que comer.  

lunes, 14 de diciembre de 2015

El de izquierda, el de derecha y el que dona

El dinero es libre empresa: hasta la fecha no se le puede criticar a alguien por comprar un kilo de chicles en vez de un kilo de frijoles. No es obligación de un hijo ayudar a los padres, como de los padres ayudar al hijo. El hecho de comprar, la motivación del hecho de comprar, responde a razones morales, a veces éticas, a veces egoístas. No siempre, si no es que la mayoría de las veces, es una elección racional. 

Las personas de izquierda están de acuerdo en que el gobierno provea de salud, vivienda, educación, servicios y asistencia a las personas. Es por tanto obligación del gobierno que haya hospitales, alumbrado, escuelas con mobiliario, transporte y formas para adquirir una casa. 

Las personas de derecha, suelen pedir la limitación del gobierno. Un gobierno no debe exceder más su poder en la vida de los ciudadanos: no debe entrometerse en los negocios, el campo, el transporte ni recursos para la escuela. No abusar en la recaudación de impuestos y que las personas hagan su propio trabajo. Lo más que podría hacer el gobierno es poner drenaje y alumbrado. Que deje hacer y deje pasar. 

Las personas de izquierda a veces mezclan sus creencias con las personas de la derecha. Es cierto que se puede ser de izquierda con tendencias liberales, o liberal de derecha. Se puede ser de izquierda radical y confundir la seguridad con la vigilancia excesiva de los ciudadanos. Se puede ser de derecha y estar a favor del aborto, ir a la iglesia, pero no creer en el populismo ni en ningún fanatismo.

Y se puede ser de izquierda y pedir que se limite al gobierno, que aumente la fuerza policial en las manifestaciones, usar ropa de marca y vivir en zonas residenciales increíblemente caras. Se puede ir a restaurantes. Se puede ser de derecha y trabajar toda la vida para que en días festivos se tengan celebraciones buenas. 

Pongo de ejemplo mi propia postura: soy liberal con tendencias de izquierda. Quiero que se limite al gobierno, que no interfiera en la educación, ni en las televisoras, ni en las garantías individuales, creo que el hombre es libre y que tiene que decidir sin presiones. Quiero, por otra parte, que se le brinde asistencia a las personas: desde seguros de desempleo y de salud, yo si pagaría impuestos para que sean mejores. Y creo que la empresa privada tiene que ser con miras a lo social. Alternativas mixtas financieras, para el pequeño crédito hasta los grandes empresarios. Creo que los recursos son libre empresa. 

Vuelvo al punto que destaqué en el primer párrafo: el dinero es libre empresa. El que dona tiene que hacerlo porque quiere hacerlo. Tal vez, una consecuencia es que se sentirá mejor consigo, deducirá impuestos, le pasó a una persona que conoce o simplemente quiere ayudar. En todo caso: QUE SEA PORQUE QUIERE HACERLO, SIN COACCIÓN.

El que dona tiene un derecho: a que sea respetada su cantidad a donar (cualquier ayuda cuenta), a que el dinero vaya a donde tiene que ir y, si tiene que comprobarlo, los medios sean eficientes. La contabilidad esté hecha y se usen honestamente los donativos. No es por ser de izquierda o de derecha, es trabajar honestamente. 

Pongamos el ejemplo del padre de la iglesia que se compra gustos y regalos con el diezmo: si yo supiera que el padre ha hecho un buen trabajo, tal vez no estaría molesta como parte de la feligresía. Por otro lado, me gustaría que mejor él fuera más honesto con sus necesidades y su cumplimiento de votos. Tal vez entendería si dijera qué hace. 

Por otro lado, si estaría a favor de revisar la contabilidad de instituciones como el gobierno, la iglesia, la escuela, las instituciones de caridad. Eso si me gustaría que fuera transparente. 

Pero no criticaría a quienes donan, ni haría un escándalo si hacen campañas ruidosas o con buenas intenciones. Si hacen un buen servicio, con el tiempo se verá. Si no lo hacen, también saldrá a la luz.

Es bueno donar si se está convencido de ello. También si se ha comprobado lo que hace a quien se dará el donativo. Lo que desapruebo es confundir creencias, inventar teorías, la incesante conspiranoia y el deseo de que otras personas sean perjudicadas, aunque tengan buenas intenciones. 

Y no olvidar que si nuestras creencias coinciden con la izquierda, indudablemente coinciden con el cristianismo: tener todo para todos, que cualquier persona goce de salud, vivienda, vestido, educación, alimentos; que haya igualdad. Si están con la derecha, permean con un pensamiento más conservador, pero que se encaminan a la libertad del individuo, a los valores de la iglesia y de la persona. 

No pidamos cosas que no coinciden con nuestras creencias. Analicemos primero de dónde viene esa aportación, para quién es y si valdrá para lo que hace. No hagamos lo que es contrario a nosotros. 






sábado, 12 de diciembre de 2015

Canciones con filosofía: Christmas (Baby please come home)

Presentando a Darlene Love

Darlene Love es una cantante que solía hacer mancuerna con Phill Spector, el productor de esta canción. Love fue maltratada por Spector, lo que la hizo retirarse de la música por un largo tiempo pese a su talento. Tuvo muchos trabajos, incluso llegó a ser empleada doméstica. Love tomó coraje cuando, al limpiar el baño de una de las casas en que trabajaba, escuchó su canción en el radio. Y empezó a buscar el éxito que en ese entonces se le había negado. 

Por desgracia, el camino no fue fácil, porque no era común que una corista o cantante menor (había estrellas como Aretha Franklin, Dayana Ross, en esa época), ganara fama tan rápido. 

El recién retirado David Letterman, fue quien le daría a Love la oportunidad de cantar su famoso tema, cada año, en el Late Night. Desde los ochenta, sería una tradición del programa y porque Letterman afirmó que es la única canción de navidad que realmente disfruta. 

La historia de Darlene Love se observa en el documental 20 feet for stardom. Y tiene un final feliz: ingresó al Salón de la Fama en 2011; Bruce Springsteen le produjo un disco y cantó algunos temas con ella. El disco se llama Introducing Darlen Love, como puse de subtítulo en esta entrada. 

De la historia de Darlene Love, la moraleja es que si deseas algo, se consigue con trabajo duro y con un equipo que reconozca tu talento. Basta una buena canción, una gran voz y buenos amigos, para ser inmortalizada. 

De la historia de la canción... Vaya, no estoy segura. Es obvio que es para un amor, ese alguien especial para la persona que lo canta... Pero ¿y si fuera para un padre? 

Es la primera navidad que paso sin mi papá... aún no he madurado y todo me lo recuerda. No quiero predisponerme, pero la verdad es que se siente todo demasiado. Falta él, lo que hacía, cómo me ayudaba, cuando íbamos al centro a comprar sus velitas. No hay día que no lo extrañe, o alguna canción, un olor, una circunstancia me lo recuerde.

Y es que lo quería mucho... con él todo era diferente, la casa se sentía diferente. No sabe la Navidad igual, y ninguna celebración.

Él salía a los cohetes, comía helado de chocolate como un niño; le dábamos regalos como camisas y sábanas de franela, pero también chocolates finos, arándanos y turrones, que comía él solo y nadie más. Así era él y lo extraño. 

Apenas el año pasado estaba con nosotros, pero un feo día de junio todo cambió, de un día para otro se puso mal... una cosa llevó a la otra. Desvelos, enojos, frustración. Él se deprimió horriblemente. Lentamente fue deteriorándose... y se fue. 

Y yo me siento muy sola, muy triste. No es una depresión, pero si es una tristeza que me invade. No pienso medicar mi tristeza, ni evadirla, ni taparla hasta que explote. La voy a aceptar, me voy a hundir en ella hasta dejar de sentirme triste. Voy a llorar hasta que me seque o hasta que ya no pueda más. 

Ahora la pena es muy grande y tengo fe que un día dejara de doler. Sigo pidiendo al cielo que por favor, por favor, vuelva a casa... la Navidad no será lo mismo sin él. 

Luego recuerdo que no volverá, al menos no en la forma que quiero. 




martes, 1 de diciembre de 2015

Cuando tener sexo se volvió complicado III

Esta es mi gustada sección en donde hablo de temas no filosóficos, en un blog supuestamente de filosofía, pero que está lleno de chismes. 

Ahora, más chismes, pero con una moraleja. 

Sucede que prefiero el celibato... mas bien, no quiero estar en circulación por un tiempo, un largo tiempo. 

Y antes que me pongan o digan comentarios, me anticipo (ya la has visto, pues como es no me extraña, qué preocupado me tenías, ni que estuvieras tan buena... y demás bajezas que me han dicho).

Lo que descubrí, más bien, estaba por todas partes fue lo siguiente: 

Por más accesible que seas, más apertura que tengas, más complaciente busques ser... Los hombres no lo son. 

Recientemente sucedió lo de Charlie Sheen, ¡vaya noticia! Pero en vez de indignarme a lo tonto o de pensar mal de él... simple y sencillamente dije, NO ME EXTRAÑA. 

¿Y por qué? Porque la diferencia entre Sheen y los hombres, al menos los que conozco, es que el tiene dinero y fama. Los otros no. 

Sheen es el tipo perfecto para una fascinación sexual: macho, irreverente, que no le preocupa nada, que no se calla y que, pese a que la cague descomunalmente, se siente un triunfador, un ganador, que cree que nada le va a pasar. Que no hay consecuencias. 

Si yo les platicara de la cantidad de machos que me ha tocado conocer, que arguyen las siguientes razones: 

- Con condón no se siente nada... pierdo la erección. 
- Es que con condón no puedo 
- ¿Qué problema con que te pegue algo? ¿De algo te tienes que morir no?... Esta, sin comentarios. 
- Ni que estuvieras tan limpia
- Es que se resbala... clásico. 

Y mientras, friéguense otras... 

Aún se observa, pese a la liberación sexual y a la información, una bola de machos que han secuestrado el sexo, el placer sexual de una mujer, la apertura para escuchar y hablar, la accesibilidad para intentar cosas nuevas. 

Y por desgracia, una ya no desea volver a conversar, salir, ligar, intentar conseguir una cita y un momento placentero. Ni siquiera es moral, ni siquiera es guardarse para alguien más especial. Es simplemente no querer escuchar, ni aguantar, tantas estupideces. 

Yo quiero sexo seguro, estoy harta de que exijan una supuesta limpieza cuando ellos no practican higiene sexual. Harta de que se metan en mi intimidad cuando sólo es para juzgarme como persona, en vez de un propósito lúdico en el sexo. Harta de que manden, que ellos sean los que siempre quieren, llamen, tienen la última palabra, mientras que una es una muñeca inflable y cuasi estúpida. 

Yo defiendo el sexo casual, el sexo sin compromiso y el sexo con servicio de citas rápidas. Lo que no soporto, es que cualquier imbécil que lo busca en los mismos sitios, quiere imponer sus reglas, vivir sin consecuencias y ejercer violencia sexual con el pretexto de que si una mujer está ahí, tiene que aguantarse. No es justo. 

Si eso se tiene que soportar para tener algo de sexo... renuncio, no me interesa. No vale la pena intentar. 

Y lo peor es que hay miles de pruebas, de que los mismos que piden fidelidad están en portales de sexo casual, en donde exigen prácticas riesgosas, invitaciones a fiestas, miden tus aptitudes como si fueras una actriz porno... Ugh, prefiero darme un balazo en medio de los ojos. 

Y si una los escucha y comparte cosas con ellos, las divulgan, hablan de ti, eres una prostituta. Pero si una no comparte con ellos, no ha intentado algo, entonces ¿qué sabe hacer, qué es, qué hace? Si no soy un pinche perro. 

Empiezo a pensar que años de insatisfacción, en sus expectativas, no en el sexo mismo, es lo que propicia que sean unos cretinos con las mujeres. Creen que encontrarán a una actriz porno, que no le importen sus enfermedades (porque de seguro es inmune a todo), que no le importe si es casado o comprometido, creen que no importa si le dicen que es especial, aunque esté con otras mujeres esa misma semana y todas den asco. Quieren a alguien que no piense y que exista por medio de ellos. Quieren un sexo simulado, pero que ellos sientan real, como la pornografía misma, sólo que lastimando a una mujer que sólo quiere estar con alguien. 

Sigo sin entender por qué de repente ponen tantas trabas, que si el físico, que si las prácticas sexuales, que si los lugares para convivir, que si platicas un rato, conoces a alguien y ves si te gusta. Con cada cita, esto ya no es excitante, sólo estás a la espera de lo que te vayan a decir, de cómo te van a juzgar, a atacar. Castran nuestro deseo, nuestras ganas de volver a ver a alguien más. Es cansado. 

Hoy es el día mundial de la lucha contra el sida. Una enfermedad devastadora, no por los síntomas ni la discriminación... sino por los prejuicios y las creencias idiotas de la gente, que se siente aliviada porque no se cuida, no hay consecuencia, que cree que hablar con alguien no es esencial para que se sienta cómodo, que cree que el sexo es idéntico a las películas porno: sin protección, sin acercamiento, con gente aceptable; que cree que los demás no merecen respeto, ni siquiera para hacer que se sientan bien.