jueves, 27 de enero de 2022

2 Canciones con Filosofía: We only just begun

Murió el gran Stephen Sondheim, uno de mis maestros indirectos de filosofía y el gran José Molina Ayala, otro de mis maestros indirectos en filosofía. La música y la conversación pueden ser consoladoras y curativas cuando tu mundo está a punto de derrumbarse. 

He tenido peleas por defender el trabajo de directores musicales de comentarios de gente pendeja. Lloré casi tanto por Sondheim como lloré por mi papá, Miguel. Las letras de Sondheim me han mostrado un mundo de sentimientos, innacesible para mi cuando no sufría ninguna pérdida. Sus letras me consolaron, me llenaron de esperanza, me hicieron sentir normal en un mundo tan horrible e indiferente a mi sufrimiento. 

Antes de saber quién era Paul Williams, yo idealizaba insanamente a un farsante y narcisista que quería abusar de mi psicológicamente. Le confesé, en un arrebato porque no perdiera el interés, que esa canción eran mis votos matrimoniales. Cosa que sigo pensando, pero cometí la pendejada de decírselo a él. Y ahí empezó una táctica de manipulación. 

Ese narcisista fue un culero conmigo, pero me agradó saber que no me quitó mi canción, que mi sensibilidad y mi forma de ver la vida son esenciales en mi. Y que él fue un error, un accidente y que toda la gente se aleja de él. 

Por desgracia, hubo muchas cosas que dañó: mi relación con otras personas de la universidad. Un maestro en especial, que era codependiente de la ex pareja de ese narcisista, me condenó por hablar con él. Yo me vi muy desesperada e intenté mostrarle que no era así, pero los prejuicios y la mala fe que me tenía frustraron mi intento. Y no lo culpo, en retrospectiva, creo que yo le caía mal desde antes. 

El maestro, que juraba ser el bueno de la historia, frustró muchos intentos en los que intentaba recuperar mi carrera. Lo cual ahora encuentro desilusionante, porque yo no le debo nada y sólo demostró quién era realmente. Sólo quería estar del lado ganador y buscaba de manera hipócrita alguien con quien exorcizar sus demonios. 

Sigo dedicándome a la filosofía, pero he cambiado algunas ideas que tenía sobre el éxito, la docencia, los reconocimientos y la relación con los estudiantes. Sigo pensando que muchas personas les carcome la envidia, aunque no tenga tanto como ellos dicen. Pero ahora ya no me enojan, me dan lástima y he aprendido a tener paciencia con ellos. 

En lo que a mi respecta, he aprendido a perdonarme: las personas codependientes y victimistas son como adictos a una emoción y, al igual que muchos adictos, no reconocen que eso es un problema, no es algo tangible y que necesitan ayuda. Aún teniendo herramientas filosóficas puedes equivocarte. Y mucha de esa gente así le fue. 

Aún con mis herramientas filosóficas, he aprendido a equivocarme, pero también a verme con paciencia y con ciertas ideas que no tenía antes. Muchas cosas fueron nuevas para mi: me sorprendo como la gente puede hacer daño hasta porque no tuvo un imposible o hasta porque tiene hambre. Es horrible y es desgastante, pero veo con más claridad qué los motiva. 

Muchos narcisistas son parásitos que no tienen nada y aunque roben, nada es suyo jamás. Porque lo que les faltaba era el amor de papá y mamá y porque creen que el mundo les debe algo. Pero no, el mundo ya estaba antes que ellos. 

Y se que, mientras haya creencias equivocadas, también hay aprendizaje, también podemos encontrar a alguien con quien podamos conectar. Que, aunque la conexión no es el antídoto para la soledad (yo conecto muchas personas porque tenemos los mismos problemas, pero ellos me odian a muerte y quieren que pierda todo), podemos tener amigos sinceros y podemos seguir adelante. 

También es cierto que, cuando las cosas parecen más terribles, podemos tener esperanza. Hay gente que nos quiere y que nos ayuda, aunque creamos que no es así. Y algunos de ellos también necesitan de nosotros. 

Cuando Molina murió, recordé muchas cosas feas de mi vida: el abuso del que había sido víctima, la revictimización por parte de su alumna codependiente; el maestro que se creía mejor que yo y que se cree intachable moralmente. Incluso recordé a dos ojetes que pensaban que la loca era yo. 

Pero también recordé que Molina creyó en mi, que no era la primera (ni la última) vez que mi mundo se iba a derrumbar; que mucha gente me detestaba y que iba a aprovechar de lo malo que me pasara para hacerme algo malo. Que muchos de los problemas de esta gente, vienen de mucho tiempo atrás y que sólo quieren parecer buenos a ojos de otros, pero, en su proceso, pueden lastimar a alguien más. 

Ante todo lo que había pasado, esa canción me seguía conmoviendo: sus metáforas naturalistas sobre los momentos de la vida, sus frases inspiradoras, la forma en que habla sobre el amor y la esperanza. La forma en que equipara los momentos del día con los logros de la vida. Williams siempre nos dice que hay una esperanza, porque apenas estamos comenzando. 

Y, ante estos años tan horribles y de tanta incertidumbre, que se quede con nosotros la esperanza de que siempre podemos volver a comenzar. Siempre hay otra alternativa. 

Felices fiestas, lectores. 





domingo, 2 de enero de 2022

2 Canciones con filosofía: Faust

Poco a poco me he ido recuperando de las cosas que pasaron. No hubo algo tan malo para mi y pude entender mi rumiación. Un día, que no fue especial ni emocionante, me di cuenta de algo: mi papá no me quería. Nunca me quiso. 

Y no me derrumbé: me cobró cosas que según eran para mi manutención. Hacía comentarios sobre mi peso. Prometía a mi mamá una vida juntos, sin mi. Jamás vio por mi, jamás le interesé, jamás llamó. Mi mamá lo apoyó mucho y es de las cosas que no puedo entender. Tal vez con los años, no lo se ni me interesa. De ambos me separaré un tiempo, espero sin rencor ni preguntas, sino como un proceso natural. 

Cuanto más escuchaba esta canción, Faust de Paul Williams, más me consolaba. Yo me veo diferente cada año, y dentro de esa diferencia hay cosas que quiero, algunas las he adaptado, pero básicamente son las mismas. 

Faust es una alegoría de la obra escrita por Goethe, en donde una persona que ha adquirido el conocimiento pero ha perdido la juventud. Faust desea compartir su vida con alguien como Margareth, pero no puede por su condición de anciano; es en ese momento cuando es tentado para vender su alma para recuperar su juventud. El intercambio es sencillo: queremos tener todo, juventud, sabiduría y amor. Queremos alguien por quien merezca la pena vender nuestra alma. 

Faust es un modelo antropológico, porque, cualquier persona puede ser tentada por algo que desee. Y cualquier persona puede ser redimida en cuanto hace un acto desinteresado. Goethe, dentro del romanticismo, se adelanta a muchos tropos que observamos hoy en día. 

Pero esos tropos ya no tienen una realidad ahora. Como muchas cosas que hoy sentimos: antes pensaba en entregar mi alma a alguien, pero he descubierto que así no es el amor, cambia como todo lo demás y como las creencias alrededor de él. Muchas personas con las que me he topado, en especial narcisistas y codependientes, creen que estoy amargada porque no deseo ser de alguien más. Otros me han llamado estúpida o mucho peor, porque, he analizado esta idea y he dicho tesis controvertidas como que alguien puede enamorarse dos veces, en diferentes etapas de su vida, de diferentes personas. Vaya, qué escándalo, no imagino cuando sepan que defiendo el voto de las mujeres o la libre empresa...

Yo por mi parte, sigo pensando que yo si daría mi alma a un grupo de personas: que anhelo un grupo de amigos y que anhelo una felicidad que no termine. Y con felicidad me refiero a cierta plenitud y tranquilidad. A hacer lo que me gusta y cumplir con mis metas y proyectos. A veces me siento mejor por un periodo de tiempo, a veces me siento estresada, con mucho trabajo, pero... a veces me siento cansada de sentirme triste, de ser miserable todo el tiempo. Eso no me hace inteligente ni consciente, sólo me hace miserable. Me tomó mucho tiempo entenderlo. 

Y eso es porque, adivinen qué: tengo muchas creencias que me hacían daño. Como que una relación puede durar para toda la vida. Que perdonar hace que las cosas sean mejores y se avanza... Que el sexo es importante en cantidad y no en calidad. Que un duelo es lineal, que la familia no te detesta... Que si tu te detestas hay algo terrible, no siempre, de cierto modo tienes que ver lo detestable de ti para seguir adelante. Que la tristeza te hace parecer más inteligente... Que hay que agradar a todos y ser perfecto. 

Yo pensaba como Fausto y como el Fantasma: podría vender mi alma por un amor... luego eso se fue diluyendo cuando me enfrenté a una relación normal. Cuando fui a terapia de pareja (yo sola), cuando intentaban abusar de mi psicológica y hasta físicamente. Yo quiero a alguien que me ame, pero si tiene que decirme en algún momento que no me quiere o que tenemos problemas, es válido separarnos. 

Sigo interesada en la amistad, en el amor, en soñar. Sigo peleando conmigo, pero ahora me veo diferente. Se que no va a haber mal que dure cien años. Que cada celebración y cada navidad van a ser distintas, Que he pasado cosas terribles, pero sigo aquí. 

Y tampoco es como que se haya derrumbado mi mundo: así se sintió y así lo vi en ese momento. Veía muchas películas y usaba muchas metáforas, porque no tenía las herramientas. Creía que mi primer amor sería el único y el que yo sentía de verdad. Y sólo fue una creencia perniciosa o una forma en que me estaba volviendo codependiente. 

Por eso agradezco a muchas herramientas que tengo y muchas ideas que me conforman estar con quienes quiero estar. Agradezco no ser gustada y que se me hayan cerrado puertas y que se hayan cerrado círculos, porque yo no les debo nada a esas personas. Ya estoy cansada de sentirme terrible conmigo. 

Sólo sueño que un día estaré con un montón de amigos y que mi amor estará de mi lado. Y que todo lo que viene, si no es mejor, será distinto. Y eso es lo que me hace no ser tentada por promesas falsas. 









sábado, 1 de enero de 2022

Phantom of the Paradise o el compositor de culto

Aunque vi muchas películas y algunas series que, honestamente no me da tiempo de comentar, decidí decantarme por un filme de 1974 como una de las mejores cosas que vi en el 2021. 

Dicha película estaba en mi lista de lo que iba a ver hace como 3 años... Era la película de menor duración porque estaba harta de trabajar. Es un buen trabajo pero, ese día había llegado a mi límite. 

Dirigida por Brian de Palma, cuenta con dos referencias a la cultura pop que son geniales: la primera es la aparición del señor Largo con el traje del Fantasma en el intro de la Casita del Horror XXIV por Guillermo del Toro. La segunda es que el casco de Palomo del Fantasma es de donde Daft Punk tomó su inspiración para hacer los cascos de su vestuario. Williams también haría una colaboración con Daft Punk, pero de eso hablaré después. 

La cultura pop le debe mucho al Fantasma. 

La película cuenta la historia de Winslow Leach (William Finley), un idealista compositor que se obsesiona con la perfección en las piezas que compone. Winslow quiere terminar su cantata, pero, desde que se encuentra con el enigmático productor Swan (Paul Williams), su vida comienza a ir en picada. 

Swan planea abrir el Paraíso, un lugar para espectáculos en donde él y Phoenix (Jessica Harper) sean los actos principales, pero Winslow buscará sabotear los planes de Swan. 

El compositor de culto

La película es una crítica a la industria de la música y a algunas nociones de la estética: como el artista sufriente es más importante que un artista con un contenido. Es una crítica a la sociedad del espectáculo, porque el paraíso se torna un infierno cuando nos entregamos al exceso y al interferir con los procesos que nos darían algo de dignidad. También se trata el tema de la muerte del artista y de vender su alma para seguir vigente en este negocio. 

Me atrevo a agregar que no esperen un villano ni un personaje bueno. Yo considero que la industria es la verdadera villana: porque es la que obliga a la estrella a no envejecer, a perder su dignidad, a no ser fiel a su obra y vender su sufrimiento como algo bueno, como si ser miserable fuera algo que es parte del espectáculo. Me agrada el hecho que Winslow lucha por su obra imposible, pero también observa los intereses y las traiciones que tiene que hacer para sabotear a alguien más poderoso que él. Por otro lado, Swan también está sujeto a las duras reglas de la industria y tiene que jugar en consecuencia para seguir vigente. 

Lamentablemente, la realización de la película es un poco la alegoría que representa: desde compositores que pensaban que las frases de algunas canciones eran suyas, como en el caso de Led Zeppelin. Y muchos obstáculos en cuanto a la producción y el estreno de la cinta. El Fantasma no fue un éxito en taquilla, pero si fue un éxito de culto. 

Y el compositor de culto sería Paul Williams que escribió las mejores canciones que he escuchado. Su interpretación como Swan es icónica y trágica y su historia es espectacular: aunque no logró seguir actuando, escribió canciones para las películas de Los Muppets, para los Carpenters y esta gran obra del Fantasma.