jueves, 9 de febrero de 2023

Mi vida a través de Burt Bacharach

Conocí a Burt Bacharach gracias a Mike Myers: de los soundtracks de Austin Powers, la 1 y la 2, conocí I'll never fall in love again y What the world needs now is love. Mi mundo cambió a partir de conocer su gran genio musical. 

Con What the world need now is love, me pareció escuchar de lo que se trataba el amor, de cómo suena estar enamorado y de vivir al máximo esa locura. Soñaba que, cuando encontrara al hombre ideal, aquel que me correspondiera, que fuera para mi, sonaría esta canción o algo similar. Es el vértigo del amor y Bacharach lo hacía majestuoso con cada interpretación. 

Con I'll never fall in love again, juraba tras cada decepción que tampoco me enamoraría. Y fracasaba estrepitosamente, porque no sabía cómo estar sola. Llegué a pensar que era mi culpa, pero empecé a tratar mis creencias sobre el amor y lo que significaba enamorarse. No era lo que yo hacía. 

Lloraba con This guy's in love with you, porque aún sigo creyendo que habrá alguien para mi, alguien que me vea como realmente soy y me acepte. He escuchado a tantas personas presumir de una relación perfecta, pero no la tienen, sólo asumen que es manipular o celar a la otra persona. 

This guy's in love with you, es tan bella con Noel Gallagher como con Herb Alpert: es sentir cómo una persona quiere ser visto y cómo quiere enamorarse, de lo contrario, puede morir. La muerte y el desamor van de la mano: enamorarse es vivir muchas veces, pero también es morir cuando no se es correspondido. Burt Bacharach influenció a Oasis en su obra Definitely maybe. 

Con That's what friends are for, imaginaba cómo serían mis amigos y una amistad que duraría para siempre. Por desgracia o por fortuna, Dios dijo: ahí hay un buen chiste. Ya he contado lo que pasó. 

Poco después, cuando veía Glee, cantaba A house is not a home. Así cantaba a la ausencia, al dolor de no ser amada y de no tener un hogar, una casa a donde acudir y ser comprendida. 

Pero la canción que más me rompía el corazón era de la One less bell to answer. Bacharach la escribió después de su separación con Angie Dickinson: aunque tenía menos cosas que hacer, menos llamadas que atender, le dolía la ausencia. 

Esa canción se la dediqué a varios pendejos y varios ex amigos ojetes que no querían mi amistad: porque el pinche amor duele porque tienes muchos recuerdos, porque amaste intensamente y experimentaste algo que no habías sentido. Aún con todo, yo siempre fui la que dio lo mejor de mi, supe ser amiga y supe amar a quien no merecía mi cariño. 

I say a little prayer for you la recuerdo con Aretha Franklin, más que con la infame película La boda de mi mejor amigo. Considero que no hay más prueba de amor que rezar por alguien y tenerlo presente desde que empieza tu día. 

No obstante: con God give me strenght vemos a un Burt Bacharach que ruega por el desamor, por quitarse todo ese amor y esos sentimientos que le provocó la persona amada: va del odio al amor, al resentimiento y la venganza. Bacharach puede ser oscuro, pero comprender y tener compasión hacia el amante herido. Con la voz de Elvis Costello, duele más. 

Bacharach era todo, menos un compositor fresa y poco comprometido: el cantaba al amor desde todas sus expresiones. 

No hace mucho, venía escuchando Raindrops keep falling on my head cuando me asaltaron. No debí haberme distraído, pensé que dicha canción era la culpable de mi mala suerte, pero no puedo enojarme con Burt, no con su gran canción, que dice que la adversidad no puede vencerte, ya que la felicidad vendrá a visitarte. 

Close to you la conocí por los Simpsons, pero los Carpenters me han gustado desde que conocí a Karen Carpenter. La bella voz de Carpenter, las letras de Bacharach y de Paul Williams, merecen cada lágrima que uno pueda soltar por ellas. 

What's new pussycat me gusta mucho con Tom Jones, pero también fue una gran película estelarizada por el enorme Peter Sellers, Woody Allen y el maravillos Peter O'toole. Un canción juguetona, un juego de palabras para alguien que amas y que te despierta ternura. 

The look of love combina la sensualidad y el amor que puede despertar una persona, la seducción que puede despertar con una mirada, con un toque, una sonrisa: ese el amor erótico que Bacharach, como filósofo, hace en esta canción. 

Parece que Bacharach es dueño de la música de una generación que va de los cincuentas a los setentas, pero en los ochentas escribió On my own, con uno de los mejores duetos: Patti Labelle y Michael McDonald. 

Después, el grupo Naked Eyes interpretará el cover de Always something there to remind me, la cual es imprescindible en la rockola ochentera y tiene un doble mensaje en la historia de venganza en Black Museum, de la serie Black Mirror. Con esto se confirma Bacharach es un compositor que en realidad es un filósofo. 

Para finalizar con las canciones ochenteras de Bacharach, tenemos el tema de Arturo o The best that you can do: un joven Christopher Cross cantaba uno de los mejores temas musicales de la película que estelarizaron Liza Minnelli y Dudley Moore. 

El 8 de febrero murió Burt Bacharach, hombre que me hizo derramar lágrimas de alegría y de tristeza, pero que me ayudó a limpiar mi alma. Hombre que logró representar en canciones y en música todo lo que hay en el corazón del hombre, piezas que son tratados sobre el amor idealizado y el romanticismo, sobre las relaciones y sobre los mensajes acerca de enamorarse. 

Descansa en paz, gran compositor: lloré más que Sondheim y Bowie, pero menos que con Harrison, un músico que me abrazó con su música y que me consoló en mis momentos de mayor desesperación. 

Supongo que ahora el cielo estará deleitado con su música y con sus composiciones que son universales. 

Dios lo bendiga siempre, porque ayudó a una chica que no sabía cómo enamorarse y ayudó a valorar mucho más a los amores que tuvo. 

miércoles, 1 de febrero de 2023

Canciones con filosofía: Tomorrow

 Paul McCartney es uno de los mejores compositores de la historia: ya que, en pocas palabras logra hacernos evocar la eternidad, la vida buena y la belleza. 

Tomorrow viene en la recopilación de History del disco doble de Wings, es una canción que contiene la esperanza de quién va a salir el día de mañana, de quién tiene algo que esperar. 

La esperanza, ese estado tan sospechoso en donde creemos que algo será mejor, o bien, como dice Vaclav Havel: seguir adelante con algo, independientemente de cómo resulte. 

Durante muchos años yo perdí la esperanza, el mañana me daba igual o no quería que llegara. Estuve muy triste, pero no estaba rota. 

Muchas de las cosas que me molestaban de mi regresaron de formas terribles, con gente que estaba dispuesta a lastimarme, con pensamientos intrusivos y con culpa, mucha culpa de todo. 

Día a día me dediqué a darle voz a mi tristeza, a entender de dónde venía esa culpa, qué motivos podían tener para dañarme todos aquellos que lo hicieron. Muchas cosas se volvieron contra mi: hay un espiral del abuso, hay mucha desesperanza y hay también personas que si están rotas. 

Yo tuve suerte y recursos, dentro del ámbito de la salud mental y física, para seguir adelante. No me levanto cada día pensando a quien voy a dañar o quien me la va a pagar. Muchos de esos individuos, lo que buscan romper, es algo a lo que no se pueden acercar, por más que intenten. 

¿Eso la fuerza interior? ¿es que ellos no saben lo que nosotros? Es posible, pero me falta seguir indagando, creo que siempre habrá algo que no te pueden quitar, a lo que no van a llegar. 

Cuando enfermé de covid pensé en lo que había sido mi vida: ahí, escuchando a Stephen Sondheim, a Raphael, agradecí estar viva, después de muchos años de inadecuación, de auto odio, de sentir que merecía lo que me había pasado. 

Un día, finalmente pasó: dejé de sentirme triste y empecé a aceptar lo que había decidido, algunos errores y algunas formas en que las cosas son. No puedo cambiar lo que me ha pasado, no puedo cambiar muchas cosas que me hicieron, porque fueron motivadas por el odio también, el cual era mucho mayor por parte de quienes me agredieron. 

Vi que mi vida no estaba tan mal, que podía buscar algunas soluciones, pero entender cuando no era el momento ni el lugar. Esto ha sido de las cosas más difíciles que he tenido que hacer. 

No obstante, aún recuerdo las cosas buenas de la vida: cuando he salido, el ruido de las aves y los parques; recordé a personas buenas y cosas buenas que me han pasado, el sabor de las mandarinas; las calles y el silencio; cosas que he podido hacer, pese a que tuve muchos obstáculos. 

Pese a estar encerrada o haber estado mucho tiempo sola, aún quería seguir intentando, haciendo lo que yo quería y dando a otros una oportunidad. He conocido amigos que me motivan a salir, con los que quiero intentar 

Y, pese a todo, no cambiaría muchas cosas por estar con mi familia. Supongo que son fantasías consoladoras, pero me han ayudado a continuar. 

El mañana a veces pesa, pero otras veces, parece prometedor. Aún con algunos sinsentidos, esto tiene sentido para mi. 

Así se siente la vida cuando uno sale de paseo: buscas un lugar soleado, quieres estar con tu persona favorita, comer lo que tú quieres o algo muy rico, quieres tocar su cabello y sentir que la vida pasa con ella. La vida es un paseo que puede salir o no: ves los lugares, te preocupas en otro momento, haces algo para ti, solo para ti. 

Un momento del día en que todo está bien, el día es bonito y soleado, tienes tiempo de ir y regresar, ese día en que sientes que nada puede fallar, que todo puede ser perfecto. Un día que esperabas, con amigos y con todo lo que planeaste. 

Ya habrá otro día para trabajar, otro día para preocuparse, otro día en que lo haremos mejor, mientras, no nos decepcionemos mañana, porque podría ser prometedor.  

Así que no me decepcionen mañana, no me dejen mañana.