jueves, 31 de enero de 2019

Canciones con filosofía: Thursday's Child

Ya casi tengo 30... y mi vida es un desastre. 

Aunque me siento fuerte y resiliente, no pude evitar el eminente fracaso. Los planes que me propuse no han llegado muy lejos. Sigo teniendo los mismos patrones y las mismas ideas... sigo siendo la misma. Esto no se si es bueno o malo. 

Estoy bajo un abismo de desesperación, en el que mi nacimiento fue un error, pero mi vida otro y tengo pocos aciertos. Busco un sueño que es una quimera y es increíblemente difícil. No me tengo compasión, ni me he perdonado. Pero mi vida sigue. 

Y entonces lo veo a él, que en un trabajo horrible con un desfile interminable de sociópatas me sonrie... ¿Acaso es mi culpa enamorarme de él? ¿Pensar que mi dolor disminuye con su sonrisa, con su presencia, con su risa? Cuando dice mi nombre, aunque sea en diminutivo, es como música para mi alma. 

Veo su foto con un fondo negro, para verme reflejada y obtener una imagen juntos, en ese espejo negro se refleja mi alma: quiero a alguien como él, o quiero que eso fracase para seguir autocompadeciéndome y odiándome. Me hago más vieja pero menos sabia. 

Porque nada me preparó para su sonrisa, que iluminó la oscuridad de mi alma. No esperaba que me gustara, que lo deseara, que él me viera y me diera seguridad... Todo se cayó a pedazos 

Quisiera tener esperanza, pero a veces, eso falla y es peligroso. Lloro hasta dormirme otra vez y quiero vengarme de todo y de todos, siento que mi coraje se va hasta los pies. No tengo otra opción, tengo que comprometerme con algo. 

Pero otras veces pienso que nací fuera de mi tiempo, como muchos otros como yo. 

Mañana cumplo casi 30 años de mi vida... y no he hecho nada.




David Bowie - Thursday's Child from wndr★ on Vimeo.

martes, 22 de enero de 2019

No lo soporto

No soporto tu maníaca alegría
No soporto que la vida te favorezca
Que la gente te quiera, pese a que te humillas 
No soporto tu buena suerte 
Ni que seas gustado 
Cuando eres sólo un chismoso de mierda 
Cuando no paras de molestarme
Cuando crees que soy menos por no ser como tu
No soporto tu voz, tu presencia 
Odio tu risa, ríes de nada
Detesto caer en tus trampas. 
Detesto tu máscara que te queda
Y que ves en mi lo que no te gusta
Pero eres tu mismo. 
Odio que eres uno de ellos. 
Y algún día verás que eres usado
Y que no eres inmune a la tristeza
Que el control y la alegría son ilusiones
Que los grandes logros, conllevan dolores. 
Ojalá te pase todo esto. 
Pues sólo eres un chismoso de mierda. 



viernes, 11 de enero de 2019

Cuento: Charlie Charlie

Sufrí una humillación pública en el trabajo: un psicópata integrado y una apática me descalificaron, hacían lo contrario de lo que hablaban, planeaban sacarme de ahí y se asegurarían que me doliera y que jamás lo olvidara. 

Yo por mi parte... ya lo sabía, ya lo imaginaba: todo lo que ellos me harían y que para cada solución tendrían un problema, que serían increíblemente crueles y despiadados. Cometí muchos errores para ellos, el principal era existir. Aunado a tener padecimientos, a que fue un mal día, a que no le caigo bien a mucha, mucha, muchísima gente, la cual tampoco me interesa conocer. 

El problema no era yo, era que no entraba dinero... Uno puede ser un imbécil mientras sea bueno en lo que hace. Yo jamás observé que cuestionaran a otros que eran peores o mejores que yo. Y como no era amiga de nadie, pues, si iba a irme. Todo era cuestión de dinero. Cuando es un trabajo enajenante y estresante, el dinero vale más que la dignidad de una persona. 

Y no me malentiendan, el dinero también es importante, pero se supone que si tienen alguna especie de principios, pues sería conveniente aplicarlos con la gente que hace la empresa... Tal vez por eso no encajé desde el principio. Ya nada de eso importa. 

Mi cuento empieza así: cuando dijeron que querían que me fuera, me sentí libre al fin: lo había logrado, lo conseguí, mi fantasía de autocompasión y mi autoprofecía de fracaso se hacían realidad. Lo había arruinado todo y podía seguir triste. Podía seguir detestándome. 

Entonces empecé a sonreír: me esperaba una computadora para ocupar todo mi tiempo libre, que el negocio empiece hasta febrero, yo me largo. 

Le sonreí a la gente, a los cretinos que me habían tratado mal, a los chismosos, a todos los que se aseguraron de darme un golpe para que cayera al abismo. Le sonreí a los pendejos, al psicópata integrado y a la apática. Cosa que también criticaron, por cierto. 

Le sonreí a los que me odiaban, a los que me miraban condescendientemente, a los que les dio gusto, por primeros cinco segundos, que me fuera... A todos y a él. 

Me sentía tan libre porque supe que al fin había acabado: me disparé en el pie y los buitres iban a despedazarme. 

Pero nada me hizo sentir tan libre como sonreírle a él: en medio de los idiotas él emergió de entre la multitud y entonces lo vi: atractivo, varonil, rudo: todo lo que deseaba en un hombre. Sus ojos se cruzaron con los míos, al fin pude ver lo maravilloso que era, su sonrisa, correspondiendo a mi pequeño gesto de transgresión. 

Ya nada importaba: él fue el único que me correspondió con su sonrisa y con su mirada. En todo ese insufrible momento, él fue lo mejor de mi vida y de mi noche. Él fue lo más interesante que me ha pasado. 

Al día siguiente repunté. Pese a aquellas terribles personas. Al psicópata jamás le importó esto, como jamás le importará nada o nadie. 

Inmediatamente lo restregué en la cara a los otros, como hacen ellos cuando algo bueno les pasa, de repente, ya era su igual, fue como una especie de milagro. 

Pero tampoco me importaba mucho. 

Lo que pedía a la vida y a Dios era verlo otra vez entre la multitud: su atractivo, su sentido del humor, escuchar su voz, sentir sus manos algún día. Y se me concedió: un día lo vi a la luz de la luna y mi corazón se aceleró. Qué hombre tan sensual. 

Él es lo más importante que me ha pasado en este trabajo. Ese gesto, tan simple para él, jamás lo voy a olvidar. 

2 canciones con filosofía: Pure Comedy

Estuve pensando mucho en la segunda canción con filosofía... Mucho en verdad. 

Porque no tiene nada que ver con la canción anterior... y generalmente, tienen algún tema filosófico y están relacionadas con la melancolía y la tristeza. Este, mi periodo azul, me sirvió para entender mejor mis frustraciones, la verdad y la realidad en torno a lo que me pasa. Y me ayudó a ver que nuestra vida está en nuestras manos. 

Gracias a que me sentí triste aprendí a leer la hostilidad, las situaciones y la toxicidad de las personas. Me han humillado muchas veces y siempre usan los mismos mecanismos: hacer como que tú eres la única que existe, descalificar todo lo que haces, compararte, hacer personal algo que es académico o laboral. Ya me sé todo de memoria, ahora sólo falta cambiar mi reacción. 

A veces me da mucha risa, todo lo que intentan aplicarme y hacerme sólo por cosas tan insignificantes, de esas que sólo enajenan. Creen que si tu tienes problemas eres un fracasado, pero si tienes privilegio, eres un imbécil consentido, que no valoras nada... ¿Quién demonios los entiende? 

Y sin embargo, es lo único que tenemos. 

Balzac intentó describir la comedia humana, Dylan sintetizó la hostilidad de la hipocresía y la verdadera naturaleza. Pero Father John Misty perfeccionó la narrativa del antropocentrismo: todo es una comedia. 

No quiere decir que todo sea un chiste ni que hay que abandonar el sentido, quiere decir que hay que abrazar la contradicción. Yo soy una persona que no soporta el narcisismo, pero peca de narcisista intelectual. Cuando alguien me miente y lo descubro, trato de encauzar a la verdad, pero no tengo problemas con encubrir la mentira. 

La gente no me soporta y yo no soporto a la gente... pero, honestamente, a veces busco la aceptación. Y a veces me afecta lo que piensen de mi, aunque piensen puras estupideces e incoherencias. 

Pero esas contradicciones me han hecho confrontarme, aprender a decir la verdad y entender que la gente creerá lo que quiera. Eso me ha servido para defenderme y tratar de afrontar la tristeza. 

Muchas personas que me detestan, me han traído mucha suerte: porque he evitado cosas que no quiero para mi y que no quiero en una relación. Su odio me fortalece, porque de todo lo que me han echado en cara y de mala entraña, me ha ido bien. Esa gente tiene mucho dolor, aunque mienta y dé de sí una imagen de éxito. 

La gente muy feliz o encantadora, por desgracia, me ha tocado ver cómo es una máscara para su dolor, creen que no serán descubiertos, pero eso es lo que están pidiendo. La gente con supuesto privilegio, es una inútil que no sabe trabajar ni producir,pero tampoco quiere aprender. 

Tal es la comedia humana que me ha tocado presenciar: tanto destructiva como fascinante. 

Este año aprendí a pedir, aprendí a ser una amiga, pero observo esta comedia humana y me lleno de desesperanza.También comprendo que en la vida siempre nos perseguirá esa comedia: la que nos dice que no hay sentido, que sólo hay hostilidad y que tenemos que ser complacientes para que la gente no nos odie tanto. 

Esa misma comedia nos hace decidir: qué queremos, quiénes somos y qué vamos a hacer, qué nos da miedo y asco de esas contradicciones, cuáles vamos a abrazar o quizá a tener qué ocultar para no volvernos locos. Si nos maravillamos con la existencia o nos aferramos a ella como quien no posee nada. 

Un Father John Misty filosófico dice que nuestra idea de libertad es estar encerrado en una prisión de creencias, con un lenguaje confuso y con comportamientos crueles, pero siempre de la mano de otro ser humano, ya sea como compaña o como enemigo. 

Y aunque nuestra existencia es banal, la maravilla de esta comedia, política, existencial, filosófica, jamás termina. Es como una especie de reality show, cuyas temporadas son increíbles y decadentes a la vez. 

Porque nosotros somos lo único que tenemos, tal vez no haya nada más... pero ¿realmente necesitamos más? 

Feliz año, philosofellas.