martes, 23 de junio de 2015

Por qué en mi vida no hay música

Estoy en medio de una disputa interminable... tengo una situación familiar y en el trabajo no avanzo... en la escuela me volví a estancar. No tengo ganas de salir, no puedo continuar, no quiero levantarme... Pero aquí estoy. 

La única canción que escuché fue Sunday Morning de Maroon 5, el grupo con el ego más grande del mundo: Adam Levine. No me afecta en nada, pero detesto su voz, detesto que sea exhibicionista y que todas sus actuaciones se traten de lo guapo que es. A mi no me gusta, tengo otras fijaciones y perversiones.

Detesto a Adam Levine, antes era para mí una estrella, su porte, su banda. Con el tiempo el salió con sus tatuajes, quería ser sex symbol a huevo... su música sonaba igual y la de Payphone es una mierda de rola: su voz chillona me lastima los tímpanos. Si bien no era el Adonis, si era un chico agradable... ahora es como esos weyes que se vuelven mamones, que piensan que ya la hicieron porque todo el mundo piensan que son guapos y cool. Tal vez, proyecto a Levine en eneamigos pasados, pero aún así es cagante. 

Quería escribir sobre esta canción tan optimista en mi gustada sección Canciones con filosofía. Me habían dado buenas noticias, el sol había brillado con su canción pese a ser la madrugada, papá se pondría mejor... Basura: Adam Levine es un poser, un hipster de voz chillona, esa canción que antes me gustaba ahora es un hit barato, maroon 5 son la receta instantánea de las boy bands. Mueran los weyes como ellos y todos sus fans en una explosión nuclear.  

Y dije: a la mierda, no hay canciones que describan lo que siento, ni la esperanza ni el miedo, no hay música que me acompañe porque no se trata de mis ridiculeces románticas ni sobre mi inconformidad con los pendejos que conozco... no hay receta contra la incertidumbre, contra el miedo, contra comprobar algo que creías era lo contrario; no hay filosofía que pueda con el cambio, mas cuando no es un cambio favorable (cuando si, que a gusto). 

En esta vida, escúchenlo: no hay música. 

Cuando recibí las malas noticias, mi vida empezó a oírse como lo que es: horarios, planes, tareas, maduración: todo lo que detesto. Todo lo que no quiero enfrentar, mi vida dejó de tener música en mucho tiempo. 

Y dejé de oír el radio, dejo de interesarme la televisión, las series, me adulticé de la manera más mamona posible... dejé de oír música. El pedo no era con Levine ni con su grupejo: era con la vida y lo que pasaba. 

Yo no quería que esto pasara... pero no hay canciones con filosofía por este maldito mes. 




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