viernes, 9 de mayo de 2014

Mi catálogo de obsesiones

Este maravilloso post es traído a ustedes por una razón más para escribir de los temas recurrentes en este blog. Es como cuando cuentas el mismo chiste, todo mundo lo conoce, pero lo sigue escuchando. 

Y, como me obsesionan las listas pues demos comienzo a este recorrido intelectual por lo que me ha ayudado a no enloquecer: mi locura fabricada (vaya que estoy lúcida). 

1. La narratofilia. Aprendí a leer mucho más rápido porque leía cosas prohibidas. Ni siquiera tenían que ver con sexualidad o algo: a veces eran libros de crímenes o de descripciones de asesinatos, o de la vida nocturna y sórdida del df. Eran libros que nadie leía o cosas vulgares: como novelas gráficas de los paraderos, a Jis y Trino, alguna columna de consejos vulgares- sexuales de las doctoras corazón. Chistes verdes, negros, amarillos: leía TODO (lo vulgar) que llegaba a mis manos. 

2. Las referencias a la mitología. Tengo una fascinación por las figuras de los mitos: los sátiros, las ninfas. Recuerdo que mi primera guitarra se llamaba la Lira de Apolo. Me gustaban los centauros (antes de que J. K Rowling los rescatara). Cuando era chiquilla, los mitos y fábulas fueron lo primero que leí. Pero me quedé por las historias eróticas de Zeus y los escenarios tan exquisitos. Qué simbolismo tan perfecto. 

3. Paul McCartney. Un dato curioso de mi vida es que me encantaban los Wings. Silly Love Songs y Another Day eran mis himnos de batalla antes de que me obsesionara con los Beatles. Paul McCartney se me hacía de los mejores rockeros, porque ignoraba todo lo demás. Era romántico, melódico, clásico... era Paul McCartney. 

4. Su majestad imperial Silverio: Está bien, he escrito como 4 post que hablan directa e indirectamente de él. Pero, amigos, es mi blog y voy a hablar de él en el futuro, en mis clases y hasta que prácticamente me canse de él. Lo cual no sucederá porque mi obsesión es sana y de cierto modo se alimenta de una locura que no hace daño a nadie. Ni él lo sabe. 
Un pequeño dato vergonzoso: El iluminado como que despertó mi líbido, pero Bombeando en Masaryk hizo que estallara. Gracias su Majestad




Algo más que diré: él cumple una función: materializa la fantasía del hombre rudo, altanero y obsesionante. Es seguro, representa la animalidad del hombre y el nihilismo de la hostilidad. El desconcierto sobre sus shows, sobre no entender una broma que te mereces de antemano. La genialidad de incorporar el exhibicionismo, el baile, toda la conciencia cultural de este hombre se expresa en su música. Me ha levantado de días malos y me ha revitalizado filosóficamente. Gracias de nuevo, su majestad: No puedo dejar de contemplarlo. 





5. La ciudad de Nueva York. Yo quería ser como Carrie Bradshow, pero es un personaje muy negativo y algo estúpido. Pero la forma en que se retrata Nueva York en esa serie, en las películas de Woody Allen y en el himno no oficial de Frankie... Oh my god! Es mi sueño hecho realidad esa ciudad: Broadway, la moda, la quinta avenida, los rascacielos que describe Ayn Rand, la oferta cultural y musical. La gente, las celebraciones. Nueva York me obsesiona más que Grecia. 
Es mi primer destino filosófico y el primer lugar donde voy a gastar mi sueldo de muchos años en zapatos. 

6. ITALIA. Los italoamericanos, los gángsters, las canciones, la comida, la moda, el diseño. Marcelo Mastroiani, Cinecita, Felini, Eugenio Garín, Malena... La grande bellezza, Scorsesse. Italia es mi obsesión desde que viajé a ella a los 16 años. La música de su idioma hizo que llorara en una góndola en Venecia: es el recuerdo más romántico que tengo. 

7. Los gángsters. Me asombra como un figura tan nociva es tan paradigmática: todas las dimensiones que se pueden aprovechar de estos maleantes. Algunos materiales: Broadwalk Empire, Los soprano, El padrino (1 y 2), The goodfellas, Bullets on Broadway. La lista seguirá, porque los gángsters son fascinantes. 




8. Los musicales. Si, lo confieso, antes de querer ser una Nussbaum o un Turing... quería ser una Liza o una Bianca o una Barbra. ADORO los musicales: desde la serie Glee hasta los clásicos (Cabaret, Chorus Line, Rocky Horror Picture Show, West Side Story, Jesus Christ Super star, Hair, Chicago, Les Miserables, Rent). La idea de que se puede cantar sobre algo que ocasiona dolor, pero de una forma entonada, con luces, colores, maquillaje y vestuario. Es desgarradora e increíble para mí. Un no filósofo dijo que el canto guardaba más dolor: porque es un llanto reprimido. 

Un plus: South Park me encanta con sus referencias; los números musicales de Family Guy y de los Simpsons: son de lo mejor que he visto en la vida. 






9. Los tacones altos. Es un fetiche, pero es de las mejores prendas que hay en el mundo. Este post se torna en una columna de revista de moda. 

10. Seth McFarlane. Este hombre me encanta tanto como Silverio. Pero él tiene una voz satinada, muy sensual. De las cosas en las que se asemeja a su Majestad, es quizá su creatividad y su espíritu por enriquecer su trabajo con lo de otras épocas. Han hecho demasiado por esta servidora, que los amo tanto. 
Por cierto: mi lista de hombres con los que me he obsesionado... pues, cuando publique mis intimidades en un libro, siempre será una moda hacer leña del árbol caído. 

11. La guitarra. Antes de ser filósofa, quería tocar la guitarra como Clapton... Tenía el nombre de mi grupo, la vestimenta, el trasfondo filosófico de una canción... pero no tenía idea de cómo tocar. 

12. La entomología. Suena extraño, pero es fascinante cómo embonan pieza a pieza los insectos, el exoesqueleto, las estructuras, el pelaje microscópico que inspiraría modas vanguardistas. La entomología es uno de los saberes mejor estructurados y más desafiantes: te ayuda a enfrentar tu miedo a los insectos (a mí me curo del miedo a las arañas, me hizo apreciar su belleza). Las fotografías y estudios esquemáticos. Ojalá el hombre fuera insecto.

13. Gatsby. ¿Acaso tendría que explicarlo? Gatsby es Sísifo, es un hombre que se esfuerza, es el último romántico, el artista, el filósofo de la fatalidad, el viajero del tiempo, el amante, el hombre que se hace a sí mismo, el naturalista, el lujo, la virilidad, las contradicciones. Es la gran novela (americana) de todos los tiempos. La representación, la figura de Gatsby es una tesis filosófica de lo que el hombre ha perdido. Su manera de celebrar su amor, de reverenciar a su amada. La forma en que persiste pese a los tiempos, la moda superficial y el desprecio por las cosas. Gatsby es mejor que todos nosotros. Gatsby es quien podríamos ser. 

14. La filosofía. Pues sí: yo la veo en todo: en las fiestas, en lo más superficial, en el sol, en la belleza, diariamente. Es mi proyecto de vida. Me ha costado algunas cosas: quizá mi cordura, quizá mi familia, mi oportunidad de ser aceptada. Pero, caray, es lo que yo quiero hacer. Y lo haría una y otra vez, sin importar el costo. Es lo que más me importa en este mundo tan hostil. 

Aprendí algo al hacer esta lista: creo que las obsesiones tienen sus costos, pero son lo que más conserva la cordura, en donde está la cura y la verdadera felicidad. Por eso, os convoco filósofos y legos a entregarse a su obsesión, hasta que ceda. Sepan que ahí está su hogar, su corazón y la vida que en verdad anhelamos. Sepan que todo ese imaginario es el mejor de sus mundos posibles y sepan que su obsesión no le hace daño a nadie, no aún. Pero atesórenla como si fuera un gran regalo. 

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