viernes, 22 de agosto de 2014

Canciones con filosofía: Una oración

Sigo enamorada: sin duda es una licencia para estar cerca de la locura (y a veces, justificarla, a veces). 

Este gran tema de Juan Gabriel relata la espera de un enamorado, hombre o mujer ¡qué importa!, que cada mañana reza para que regrese con bien su amor. ¿Puede haber algo más maravilloso? 

Recuerdo que cuando se fue de viaje (el amor de mi vida) siempre rezaba por él. Tal vez ese fue el parámetro porque, cuando uno ama, en serio que se siente cerca de lo divino. En serio que empieza a pedir por alguien más, su seguridad, su bienestar. Empieza a bendecirlo. 

Quizá eso sea egoísta, después de todo, su bienestar no es tan desinteresado: si la persona amada es feliz, tú de cierta manera lo eres. Pero a final de cuentas te importa, lo haces porque lo amas y lo amas por lo que haces ¿se entendió? 

Te pones en contacto con todo: contigo, con lo que te gusta, con los recuerdos de antaño y los ves sin importancia: porque la ilusión es ahora y no importa (en apariencia), cuándo se acabe. 

Es cierto que hay un tema teológico de por medio, pero también es emocional: el amor nos hace mejores personas, nos vuelve creyentes y nos vuelve ilusionados. Quizá si sea una locura, pero éticamente, nos muestra sentimientos y pensamientos mucho más intrigantes que otros sentimientos. 

Ahora irá a Morelia... trabajo, siempre trabajo, pero algún día, en mi corazón sé que se enamorará de mi. Mientras seguiré rezando y queriéndolo. Estoy enamorada. 







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