domingo, 17 de agosto de 2014

Lección de filosofía política

Esquematización de impresiones

Algunos de los órganos de esta exposición:
Detrás de toda filosofía política hay una metafísica.
a)      Necesitamos conceptualizar el mundo, al menos en su funcionamiento.
b)      La búsqueda de un principio, o al menos de un axioma, de lo cual parta todo lo demás.
c)      El concepto de mundo sobreviene de un estado de naturaleza o estatuto ontológico del hombre: la forma en que es, lo que debería ser; los problemas que acarrea esa naturaleza, por mencionar algunos.
d)     Del comportamiento del hombre se pueden establecer sus inclinaciones:
-          Como un átomo disperso.
-          Como tendiente a organizarse en grupos.
e)      De ahí al reino de los fines o medios, según se relaciones con su estado de naturaleza, o con cómo es el mundo. Qué motiva al hombre para actuar de tal o cuál manera.

Detrás de toda pedagogía hay una epistemología:
a)      Es necesario conocer la naturaleza del hombre, sus propiedades intrínsecas y relacionales (bondad, maldad, libertad: los hombres son de esa forma en su clase natural o sólo tienen una relación que pueden decidir mediante la deliberación).
b)      Una vez que se conoce, necesitamos saber sus motivaciones, sus ideas y sus aspiraciones.
c)      De ahí, una forma de educar al hombre. De saber qué necesita para superar su estado o, bien de comprender su naturaleza.

Constitución del hombre y autonomía

La autonomía es una invención porque no forma parte de nosotros, no es parte del mundo natural, porque fue hasta después de la comprensión del estado de naturaleza que se tiene lugar.

Esto arroja una paradoja:
1.      La autonomía es artificial, no es parte de la naturaleza del hombre
2.      Pero al ser un invento del hombre, la autonomía deber superar la naturaleza del hombre mismo.
C.     Si el hombre es autónomo, entonces no está en su estado natural. Si el hombre se encuentra en permanente estado natural, no es autónomo.
Lo natural y lo no natural coexisten en la constitución del hombre, como mente y cuerpo o como pasiones y razón. Muchas de las posturas que expone Schneewind, presentan una dicotomía como en estos casos.

Religión: opresora o liberadora

Partimos de dos supuestos:
a)      La religión regula la conducta del hombre: su ética, costumbres. Justifica una norma de convivencia y una ley.
b)      La religión limita la fuerza del hombre, es un obstáculo para su razón y para sus acciones.
La solución a estos supuestos, es una reforma desde la filosofía, en especial para la justificación de una norma moral. 

Dentro del tema del concepto de mundo, surge el problema del destino. Partimos de dos acepciones:
-          El mundo es una cadena causal, se compara con un gran mecanismo (como en la metáfora del reloj de Hobbes[5]).
-          Pero, aunque hay una alta probabilidad de que esas causas ocurran necesariamente, también podemos decidir. La libertad, en una tesis mucho más fuerte, es lo que posibilita un mundo civil y democrático.

¿Qué motiva a actuar al hombre? 
Para la motivación de las acciones, presento algunos
-          La bondad del hombre. Es un estatuto ontológico que describe que el hombre hace buenas acciones.
-          La maldad. Reconoce este aspecto oscuro del hombre. Reconoce dicha fortaleza para actuar en contra de sus semejantes y como resorte de circunstancias adversas.
-          El deseo. Qué quiere hacer el hombre, se relaciona comúnmente con pasiones, apetitos, irracionalidad. Con la animalidad del hombre: son los deseos de su parte bestial, inmediatos y pedestres.
-          La obligación. Lo que tiene que hacer el hombre. Se relaciona con su razonamiento (de cualquier tipo: deductivo, moral, acerca del mundo). Pero también surge de un profundo deseo de hacer el bien, de hacer que funcione un todo organizado. Es el tribunal de la razón.

En estos dos últimos, deseo y obligación se relacionan con la dicotomía libertad – responsabilidad.  Sin generar más paradojas, presento este análisis:
-          Si es causa de un mal a otros, entonces puedo hacer lo que desee. Estoy en plena libertad de hacerlo. Mi problema recae en si en algún momento soy irresponsable en la forma en que ejerzo mi libertad
-          Si soy responsable por cada uno de mis actos, es probable que viva coaccionado por las leyes, o que aplique a un código moral que, lejos de liberarme, me esclaviza. El problema sería precisar en qué momento soy libre. Tal problema viene del supuesto de un mundo nomológico y por ende, determinista.

Distinción inicial: casuística

En el caso de las acciones, podemos entender que hay acciones incorrectas debido a presiones externas, pero la culpa que puedan generar a la persona que las efectúa puede no ser necesaria. Pongamos un ejemplo en el caso de Hitler y el nazismo: muchos pueden culpar y establecer una instancia en Hitler de ese hecho. Pero esa es una lectura maniquea, puesto que él, como personaje, es la culminación de una crisis de valores, de una podredumbre en la sociedad que dirigía.

No digo con esto que él no tiene una responsabilidad, ese no es el caso. Pero no fue el que hizo solo todos los horrores de ese periodo histórico: hubo soldados, generales, miembros del partido que estaban de acuerdo con él. La evaluación de sus creencias, sus motivos, son lo que los hace tan culpables como Hitler.

Ahora bien, muchas acciones pueden ser incorrecta, pero esto no quiere decir que tenga que culparse o criminalizarse a las personas que las efectúan: existen caso de negligencia, en donde no hubo intención de hacer daño alguno. Y hay casos que, aunque hubiese intención, la forma de actuar es correcta.

La distinción inicial de la que he hablado, tiene que ver con el estado de naturaleza: muchas veces ese estatuto no tiene que ver con las acciones; de la misma forma, no toda acción hace moralmente reprobable a una persona. Son casos y agravantes que tenemos que tomar en cuenta para este tratamiento de la autonomía y justificación de normas morales.

Conocimiento y normas morales
Dicho lo anterior, quisiera evaluar algunas de las casuísticas más comunes, las cuales parten de supuestos epistemológicos. Estos son los supuestos:
-          Tengo que conocer lo que me motiva para poder efectuar tal o cual norma moral.
-          Tengo que conocer un universal: lo bueno, lo justo. Para instanciar una acción y efectuarla
-          Puedo sentirme seguro de una norma y esta puede ser correcta.
-          La norma es correcta, pero no tengo certeza de que es moralmente reprobable.
-          Una persona puede sentirse segura de que una obligación es una acción que debería estar prohibida
-          O bien, que la persona se sienta segura de realizar una acción que debería estar prohibida.

Lo cierto es que somos un sistema de creencias que no es totalmente consistente: partimos de supuestos erróneos, inconcebibles, imposibles (incluso mágicos) para actuar. En un sistema como el nuestro, es imposible contar con omnisciencia lógica o bien, un cálculo proposicional exacto para derivar correctamente (sea lo que eso signifique) las consecuencias de cada acción.

Aunque se compare el organismo como máquina, no es una máquina perfecta: es discontinua, necesita mantenimiento, revisión, reset de los supuestos para generar otros cálculos, programación. Tales son los elementos que se olvidan de esta fascinante metáfora.

Una versión de este argumento es el siguiente
1.      Si hay una forma de conocer a Dios, entonces hay una forma de acceder a sus conocimientos y leyes
2.      No hay forma de conocer a Dios
C.  No podemos acceder al conocimiento de las leyes y doctrina de Dios.

Porque no es un sujeto en el que podamos instanciar propiedades o predicados. La razón escapa de esta conceptualización porque no es una imagen que clara y distinta. De Dios, tanto en Kant como en Pascal, no se puede predicar que es cognoscible.

El problema del mal

Usaré versiones de argumentos de Introducción a los problemas y argumentos filosóficos. Nos encontramos frente al supuesto que Dios creó todos los mundos lógicamente posibles, porque es capaz de crear cualquier cosa.

Pero eso arroja una paradoja: si Dios es un ser omnipotente, entonces puede hacer lo que él quiera, pero si hace el mal y no puede evitarlo, entonces no es omnipotente. De la misma forma, si Dios es responsable del mal, entonces no es omnibondadoso.

Causa del mal

Podemos adaptar el argumento de Dios como causa de todo cuanto existe, pero en términos del problema del mal:
1.      Todo suceso, bueno o malo es causado
2.      La causa de los sucesos que sean de cierta naturaleza, cosas buenas por ejemplo, es Dios
3.      Pero es cierto que existe el mal, el cual, aunque puede ser causado por Dios, también puede ser causado por los seres humanos.
C. Una posible causa del mal, es el ser humano.

En relación con esta conclusión, podemos argüir que el libre albedrío, es una de la causas de este mal: porque podemos decidir, aún con conocimiento de causa, qué es lo que tenemos qué hacer. Y, si en esa decisión afectamos a las personas que nos rodean o propiciamos una circunstancia desagradable, será una cuestión de responsabilidad y para que eso se enmiende.

El supuesto problemático recaería en la demostración de si el libre albedrío nos relaciona con Dios. Es cierto que nos es dado por Dios, pero es totalmente compatible con que haya libre albedrío el que Dios sea un ser omnibondadoso: porque, si ya había mencionado que los hombres sufren mal moral a causa de sus acciones, eso no quiere decir que Dios no pueda ser bueno: no es necesario que seamos a su imagen y semejanza, pero de igual manera, sabríamos por qué razones hacemos las cosas u hacemos mal.

Si somos una naturaleza caída, quiere decir que en algo diferimos del concepto de Dios y que como objetos (de clase natural), tenemos otras propiedades. Aunado a esto, si tomamos el problema de la existencia de Dios, la existencia no es una propiedad que podamos atribuir a las cosas (de la misma forma que universales que sean virtudes, ser bueno, ser justo, ser moralmente adecuado, etc.).

La idea es que, bajo el supuesto que estamos hechos a la imagen y semejanza de Dios, podemos derivar que Dios no evita el mal, tiene propiedades en el sentido que nosotros las tenemos y que tiene razones para dañar a otros. Pero esto no es así, porque no conocemos la naturaleza de Dios, ni las bases para que haya una doctrina moral basada en su palabra.

Distinción inicial en el problema del mal.
Aunque el argumento de la causa es plausible, no olvidemos que hay, por así decirlo, diferentes clases de mal:
-          Mal natural. Creado por desastres naturales, catástrofes. De las cuales no es responsable ningún agente humano.
-          Mal moral. Es aquel del que es responsable un agente moral racional. Según lo que he expuesto, este tipo de mal no es causado por Dios.

Bibliografía
-          Cornman, James. Pappas, George. Lehrer, Keith. Introducción a los problemas y argumentos filosóficos. Gabriela Castillo Espeje (Traducción). México: UNAM, Instituto de Investigaciones Filosóficas.
-          Hobbes, Thomas. Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil. Manuel Sánchez Sarto (Traducción y prefacio). Decimoséptima reimpresión. México: FCE. 2011. 618 pp.
-          Kant, Immanuel. Crítica de la Razón Pura. Mario Caimi (Traducción). México: FCE, UNAM, UAM.






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