Esquematización de impresiones
Algunos de los órganos de esta exposición:
Detrás de toda filosofía política hay
una metafísica.
a) Necesitamos conceptualizar el mundo,
al menos en su funcionamiento.
b) La búsqueda de un principio, o al menos
de un axioma, de lo cual parta todo lo demás.
c) El concepto de mundo sobreviene de un
estado de naturaleza o estatuto ontológico del hombre: la forma en que es, lo
que debería ser; los problemas que acarrea esa naturaleza, por mencionar
algunos.
d) Del comportamiento del hombre se
pueden establecer sus inclinaciones:
-
Como
un átomo disperso.
-
Como
tendiente a organizarse en grupos.
e) De ahí al reino de los fines o
medios, según se relaciones con su estado de naturaleza, o con cómo es el
mundo. Qué motiva al hombre para actuar de tal o cuál manera.
Detrás de toda pedagogía hay una
epistemología:
a) Es necesario conocer la naturaleza
del hombre, sus propiedades intrínsecas y relacionales (bondad, maldad,
libertad: los hombres son de esa forma en su clase natural o sólo tienen una
relación que pueden decidir mediante la deliberación).
b) Una vez que se conoce, necesitamos
saber sus motivaciones, sus ideas y sus aspiraciones.
c) De ahí, una forma de educar al
hombre. De saber qué necesita para superar su estado o, bien de comprender su
naturaleza.
Constitución del hombre y autonomía
La autonomía es una invención porque no forma parte de nosotros, no es parte del mundo natural, porque fue hasta después de la comprensión del estado de naturaleza que se tiene lugar.
Esto arroja una paradoja:
1. La autonomía es artificial, no es
parte de la naturaleza del hombre
2. Pero al ser un invento del hombre, la
autonomía deber superar la naturaleza del hombre mismo.
C. Si el hombre es autónomo, entonces no
está en su estado natural. Si el hombre se encuentra en permanente estado
natural, no es autónomo.
Lo natural y lo no natural coexisten
en la constitución del hombre, como mente y cuerpo o como pasiones y razón. Muchas
de las posturas que expone Schneewind, presentan una dicotomía como en estos
casos.
Religión: opresora o liberadora
Partimos de dos supuestos:
a) La religión regula la conducta del
hombre: su ética, costumbres. Justifica una norma de convivencia y una ley.
b) La religión limita la fuerza del
hombre, es un obstáculo para su razón y para sus acciones.
La solución a estos supuestos, es una
reforma desde la filosofía, en especial para la justificación de una norma
moral.
Dentro del tema del concepto de
mundo, surge el problema del destino. Partimos de dos acepciones:
-
El
mundo es una cadena causal, se compara con un gran mecanismo (como en la
metáfora del reloj de Hobbes[5]).
-
Pero,
aunque hay una alta probabilidad de que esas causas ocurran necesariamente,
también podemos decidir. La libertad, en una tesis mucho más fuerte, es lo que
posibilita un mundo civil y democrático.
¿Qué motiva a actuar al hombre?
Para la motivación de las acciones,
presento algunos
-
La
bondad del hombre. Es un estatuto ontológico que describe que el hombre hace
buenas acciones.
-
La
maldad. Reconoce este aspecto oscuro del hombre. Reconoce dicha fortaleza para
actuar en contra de sus semejantes y como resorte de circunstancias adversas.
-
El
deseo. Qué quiere hacer el hombre, se relaciona comúnmente con pasiones,
apetitos, irracionalidad. Con la animalidad del hombre: son los deseos de su
parte bestial, inmediatos y pedestres.
-
La
obligación. Lo que tiene que hacer el hombre. Se relaciona con su razonamiento
(de cualquier tipo: deductivo, moral, acerca del mundo). Pero también surge de
un profundo deseo de hacer el bien, de hacer que funcione un todo organizado.
Es el tribunal de la razón.
En estos dos últimos, deseo y
obligación se relacionan con la dicotomía libertad – responsabilidad. Sin generar más paradojas, presento este
análisis:
-
Si
es causa de un mal a otros, entonces puedo hacer lo que desee. Estoy en plena
libertad de hacerlo. Mi problema recae en si en algún momento soy irresponsable
en la forma en que ejerzo mi libertad
-
Si
soy responsable por cada uno de mis actos, es probable que viva coaccionado por
las leyes, o que aplique a un código moral que, lejos de liberarme, me esclaviza.
El problema sería precisar en qué momento soy libre. Tal problema viene del
supuesto de un mundo nomológico y por ende, determinista.
Distinción inicial: casuística
En el caso de las acciones, podemos
entender que hay acciones incorrectas debido a presiones externas, pero la
culpa que puedan generar a la persona que las efectúa puede no ser necesaria.
Pongamos un ejemplo en el caso de Hitler y el nazismo: muchos pueden culpar y
establecer una instancia en Hitler de ese hecho. Pero esa es una lectura maniquea,
puesto que él, como personaje, es la culminación de una crisis de valores, de
una podredumbre en la sociedad que dirigía.
No digo con esto que él no tiene una
responsabilidad, ese no es el caso. Pero no fue el que hizo solo todos los
horrores de ese periodo histórico: hubo soldados, generales, miembros del
partido que estaban de acuerdo con él. La evaluación de sus creencias, sus
motivos, son lo que los hace tan culpables como Hitler.
Ahora bien, muchas acciones pueden
ser incorrecta, pero esto no quiere decir que tenga que culparse o
criminalizarse a las personas que las efectúan: existen caso de negligencia, en
donde no hubo intención de hacer daño alguno. Y hay casos que, aunque hubiese
intención, la forma de actuar es correcta.
La distinción inicial de la que he
hablado, tiene que ver con el estado de naturaleza: muchas veces ese estatuto
no tiene que ver con las acciones; de la misma forma, no toda acción hace
moralmente reprobable a una persona. Son casos y agravantes que tenemos que
tomar en cuenta para este tratamiento de la autonomía y justificación de normas
morales.
Conocimiento y normas morales
Dicho lo anterior, quisiera evaluar
algunas de las casuísticas más comunes, las cuales parten de supuestos
epistemológicos. Estos son los supuestos:
-
Tengo
que conocer lo que me motiva para poder efectuar tal o cual norma moral.
-
Tengo
que conocer un universal: lo bueno, lo justo. Para instanciar una acción y
efectuarla
-
Puedo
sentirme seguro de una norma y esta puede ser correcta.
-
La
norma es correcta, pero no tengo certeza de que es moralmente reprobable.
-
Una
persona puede sentirse segura de que una obligación es una acción que debería
estar prohibida
-
O
bien, que la persona se sienta segura de realizar una acción que debería estar
prohibida.
Lo cierto es que somos un sistema de
creencias que no es totalmente consistente: partimos de supuestos erróneos,
inconcebibles, imposibles (incluso mágicos) para actuar. En un sistema como el
nuestro, es imposible contar con omnisciencia lógica o bien, un cálculo
proposicional exacto para derivar correctamente (sea lo que eso signifique) las
consecuencias de cada acción.
Aunque se compare el organismo como
máquina, no es una máquina perfecta: es discontinua, necesita mantenimiento,
revisión, reset de los supuestos para
generar otros cálculos, programación. Tales son los elementos que se olvidan de
esta fascinante metáfora.
Una versión de este argumento es el
siguiente
1. Si hay una forma de conocer a Dios,
entonces hay una forma de acceder a sus conocimientos y leyes
2. No hay forma de conocer a Dios
C. No podemos acceder al conocimiento de las leyes
y doctrina de Dios.
Porque no es un sujeto en el que
podamos instanciar propiedades o predicados. La razón escapa de esta
conceptualización porque no es una imagen que clara y distinta. De Dios, tanto en Kant como en Pascal, no se puede predicar que es cognoscible.
El problema del mal
Usaré versiones de argumentos de
Introducción a los problemas y argumentos filosóficos. Nos encontramos frente
al supuesto que Dios creó todos los mundos lógicamente posibles, porque es
capaz de crear cualquier cosa.
Pero eso arroja una paradoja: si Dios
es un ser omnipotente, entonces puede hacer lo que él quiera, pero si hace el
mal y no puede evitarlo, entonces no es omnipotente. De la misma forma, si Dios
es responsable del mal, entonces no es omnibondadoso.
Causa del mal
Podemos adaptar el argumento de Dios
como causa de todo cuanto existe, pero en términos del problema del mal:
1. Todo suceso, bueno o malo es causado
2. La causa de los sucesos que sean de
cierta naturaleza, cosas buenas por ejemplo, es Dios
3. Pero es cierto que existe el mal, el
cual, aunque puede ser causado por Dios, también puede ser causado por los
seres humanos.
C. Una posible causa del
mal, es el ser humano.
En relación con esta conclusión,
podemos argüir que el libre albedrío, es una de la causas de este mal: porque
podemos decidir, aún con conocimiento de causa, qué es lo que tenemos qué
hacer. Y, si en esa decisión afectamos a las personas que nos rodean o
propiciamos una circunstancia desagradable, será una cuestión de responsabilidad
y para que eso se enmiende.
El supuesto problemático recaería en
la demostración de si el libre albedrío nos relaciona con Dios. Es cierto que
nos es dado por Dios, pero es totalmente compatible con que haya libre albedrío
el que Dios sea un ser omnibondadoso: porque, si ya había mencionado que los
hombres sufren mal moral a causa de sus acciones, eso no quiere decir que Dios
no pueda ser bueno: no es necesario que seamos a su imagen y semejanza, pero de
igual manera, sabríamos por qué razones hacemos las cosas u hacemos mal.
Si somos una naturaleza caída, quiere
decir que en algo diferimos del concepto de Dios y que como objetos (de clase
natural), tenemos otras propiedades. Aunado a esto, si tomamos el problema de
la existencia de Dios, la existencia no es una propiedad que podamos atribuir a
las cosas (de la misma forma que universales que sean virtudes, ser bueno, ser
justo, ser moralmente adecuado, etc.).
La idea es que, bajo el supuesto que
estamos hechos a la imagen y semejanza de Dios, podemos derivar que Dios no
evita el mal, tiene propiedades en el sentido que nosotros las tenemos y que
tiene razones para dañar a otros. Pero esto no es así, porque no conocemos la
naturaleza de Dios, ni las bases para que haya una doctrina moral basada en su
palabra.
Distinción inicial en el problema del mal.
Aunque el argumento de la causa es
plausible, no olvidemos que hay, por así decirlo, diferentes clases de mal:
-
Mal
natural. Creado por desastres naturales, catástrofes. De las cuales no es
responsable ningún agente humano.
-
Mal
moral. Es aquel del que es responsable un agente moral racional. Según lo que
he expuesto, este tipo de mal no es causado por Dios.
Bibliografía
-
Cornman,
James. Pappas, George. Lehrer, Keith. Introducción
a los problemas y argumentos filosóficos. Gabriela Castillo Espeje
(Traducción). México: UNAM, Instituto de Investigaciones Filosóficas.
-
Hobbes, Thomas. Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y
civil. Manuel Sánchez Sarto (Traducción y prefacio). Decimoséptima
reimpresión. México: FCE. 2011. 618 pp.
-
Kant,
Immanuel. Crítica de la Razón Pura. Mario Caimi (Traducción). México: FCE,
UNAM, UAM.
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