jueves, 27 de agosto de 2015

Mythbusters filosófico 2: I am Cate

Se ve muy bien, pero aún es Bruce.
Esther Jenner. 

¿I am Cate es telebasura? No... pero vaya que coquetea con ello. 

Este es un pseudo documental, con pseudo problemas y pseudo soluciones que aborda la vida de un pseudo ícono de la transexualidad: Caitlyn Jenner... es un mal programa, bien producido, con algunos asomos de divulgación que no profundizan... aburrido como la semana santa leyendo la biblia. 

Un sketch filosófico

Cuando veía el programa, a mi hermano y a mí se nos ocurrió un reality de filosofía: en donde yo preparo mi ropa para ser adjunta, para ir a la biblioteca, para ir al instituto o para ir a conferencias o clases. Hay muchas tomas a mi clóset, y mucha ropa para probarme. Hablo un poco de lo que estoy investigando, pero las tomas rápidas a mi amigos y a mi ropa distraen el discurso. 

Después digo: ¿a dónde iré de compras? A Herder o al Fondo. Y mi hermano contesta: pues si queremos ir a ese ciclo de cine alemás, al Fondo. Reímos. No pasa nada, no se divulgó nada... fin del sketch. 

Así es el reality I am Cate: Jenner lucha, es un paso difícil de dar en el día a día. Se despierta en la madrugada, no puede dormir, porque tiene que salir al mundo: un mundo de amigas, coctelería, viajes al campo y a los viñedos de Napa, con hotel con jacuzzi y piscina. Ropa de diseñador que aún no ha salido a la venta, estilista, maquillista, asistente personal, chofer... Qué vida tan difícil. 

Y no me malinterpreten: me encanta el dinero que vendería un riñón para tenerlo. Incluso trabajaría toda mi vida para ganarlo... pero qué no me salgan con la idiotez de que Jenner tiene una vida difícil. Y si la tiene, el reality lo oculta muy bien. 

Yo me preguntaba: ¿y cuándo chingados van a hablar de la transexualidad? ¿Cuando demonios va a haber un apoyo real a estos problemas? Después reflexioné: es un canal dedicado a la telebasura... no puedo exigirle la exposición de problemas de interés público. 

Primer problema: de tono. 

Horacio Villalobos dice que ahora Jenner quiere erigirse como la Santa Patrona de la Comunidad Trans. Podría hacerlo, pero siempre que lo hiciera de un modo menos mediático, porque esa persona sólo quiere lucrar con su problema

El programa tienen problemas de tono: por momentos es (pseudo) documental, por momentos es divulgación del problema; por momentos es un programa aspiracional, por momentos es un programa de estilo de vida con comerciales grandísimos, por momentos es un programa de las Kardashian o de espectáculos. Y NUNCA, NUNCA, abordan aspectos de interés público o social. 

Por eso caga cuando Jenner sale llorando y diciendo: Quiero marcar una diferencia. Bullshit. Sólo quieres la atención mediática, los reflectores, porque ahora se trata de regresársela a la gente que te la hizo a ti. Más sutilmente, pero de manera maquiavélica.

Segundo problema: algo descorazonador.

La exposición constante a Jenner y su familia se observa en el reality, pero con muy poca consideración: no pueden ocultar su incomodidad ni la humillación a la que están siendo sometidos. Este es el capítulo 1, en donde Jenner se presentará como Caitlyn a su madre y hermanas. 

Con quien más simpaticé, fue con Esther Jenner, la madre de Bruce: porque le es difícil aceptar a su hijo, siente que perdió algo, que es difícil que vea lo que él ve. Con todas las explicaciones de la doctora Susan P. Landon (de L. A. Gender Center), con todo su entorno y toda la aparente tranquilidad... Esther Jenner tiene un problema que ni la información elimina. 

Argumento del alma e identidad personal. 

Esther Jenner siente que perdió un hijo, que se evaporó la existencia de Bruce. Que no puede hablar de él porque ahora él prefiere ser ella. Durante la entrevista, ella apela al alma para conservar la identidad personal de su hijo Bruce. El alma de Bruce está con ella, mas Bruce ya no existe como tal. 

Esta motivación, la de identificar la identidad personal con el alma de una persona, es ciertamente una hipótesis para explicar el cambio en una persona. Aún si volviera a nacer, si trasplantaran su cerebro a otro cuerpo, su alma se mantendría, persistiría. 

Esther Jenner se lleva el primer programa: porque entiendes su dolor, comprendes que no es fácil aceptar algo que era de otra manera al principio. Comprendes que, por muchos intereses, ideas y apoyo respecto al cambio, no todas las personas verán lo que tú ves. Entiendes que es probable que tenga razón con su argumento de perder un hijo. 

Que poca de su hija que exponga así a una madre. Que poca que se permita eso en televisión en aras de audiencia y dinero. Que indignación al ver que hay que embarrar a quien más se pueda para sentirse menos sucio. 

Si yo hubiera sido un transexual... no lo permitiría. Ella no me representa. 

Finalmente, el programa tiene que hacer una pseudo labor social al pretender interesarse por las víctimas de bullying y suicidios por dificultades sobre su condición transgénero. Jenner va a visitar a los padres de Kyle Prescott, una adolescente que se suicidó a los 14 años por constantes ataques y falta de aceptación. 

Argumento de las buenas intenciones. 

El camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones. Este es un lugar común, cierto. Pero este argumento está relacionado con el sentido de la vida. 

Cuando se pierde el sentido de la vida estamos perdidos, eso es una crisis existencial. Por ejemplo: no hay aceptación, no hay nada por qué levantarnos, estaríamos mejor de estar muertos... ¿Por qué vivir? 

Aunque no es un camino fácil de solucionar: puede hacerse con años y años de terapia, años y años de aceptar y perdonar experiencias traumáticas, o bien, preocuparse de una causa social y hacer de esa lucha un hacedor de sentido. 

La lucha social hace sentido porque el individuo tiene una especie de pertenencia, de ganas de luchar y de vivir. Pero también puede degenerar en tener un discurso irreflexivo y autoritario. Puede engendrar más problemas que soluciones. 

Jenner, al pretender ser una vocera de la comunidad transgénero, olvida muchas ideas relativas a su contexto: su cultura, su raza, su nivel económico. En parte del episodio 1 y 2, la profesora Jenny Boylan, intenta concientizar a Jenner de que vive en una burbuja. Que sus privilegios, lejos de poder hacer que ella llegue a muchos más lugares, cuestionan la posibilidad de que sea la voz de la comunidad a que pertenece. 

Obviamente, las participaciones de Boylan, aunque filosóficas y críticas... son cortadas o editadas para que sea una especie de antagonista, con quien Caitlyn tenga un contrapunto. Eso es de lo más absurdo: porque Boylan no tiene un discurso tan nocivo como el que inconscientemente expone Jenner. ¿Boylan es enemiga de los trans sólo porque estudia y tiene una posición diferente hacia lo que hace Jenner? 

¿A quién pretende ayudar Jenner si no exorciza sus demonios? ¿Es suficiente con que ayude a uno o muchos a la vez? ¿Por qué pretender un universalismo si sus problemas no son universales? 

En el final de este serial, presento mis conclusiones. 

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