jueves, 13 de agosto de 2015

Una pareja de idiotas 2 o el conservadurismo de Carl Sagan

Esta reseña es traída a ustedes: cómo pasé mis últimos dos días de vacaciones de verano, que ni fueron vacaciones ni fue verano porque ya no hay estaciones del año y siempre el clima es una desgracia. 



Por desgracia, a veces no hay tiempo de incorporar la comedia a la vida: este mundo es tan serio, la vida te da reveses, hay que hacer cosas que uno no quiere para tener algo que no necesita... Pero la risa, la comedia como tal, dejan salir, dejan ver que no tiene por qué ser así. 

No fui a ver la película Una pareja de idiotas 2 porque trabajaba, además de que no pude porque tuve mis asuntos... me hubiera gustado reír en un cine, tragando palomitas y chocolates y refresco, para después recordar los chistes hasta que me durmiera. 

Pero la verdad es que no estaba de humor. 

En fin, la película es dirigida por Peter y Bobby Farelly. Los que han traído a nosotros joyas como Irene y yo y mi otro yo; El rey del boliche; Amor Ciego (con Jack Black y Gwyneth Paltrow, en donde la ve flaca pero es una gorda, gorda, gorda); Ringer (en donde Johnny Knoxville finge ser discapacitado para ganar una carrera); Los tres chiflados, Osmosis Jones y Loco por Mary. Esta última, de las mejores comedias de la vida, junto con Una pareja de idiotas. 

Todo comienza con Lloyd (Jim Carrey) que le trata de hacer una broma a su amigo Harry (Jeff Daniels). Cuando Lloyd decide finalizar la broma, Harry le confiesa a Lloyd que tiene una hija y que deben buscarla. Lo que no saben es que la hija de Harry fue adoptada por un millonario, al que unos cazafortunas pretenden matar y robar. 

Harry y Lloyd nuevamente hacen hacen un viaje, pero las complicaciones y aventuras tienen consecuencias hilarantes. 

La película tiene reminiscencias a su antecesora. Una Pareja de Idiotas es de las mejores comedias de los últimos veinte años. Obviamente, se vale del poder de la nostalgia para atraer a su público: hay muchos chistes de la primera, del paso del tiempo de los protagonistas pese a su encantadora inmadurez; los créditos tienen la misma canción y los créditos finales juntan la fotografía de la primera y la segunda. 

La broma para explicar todos estos años de expectación es simplemente una resolución brillante, el mal sabor de boca de la precuela ni siquiera es mencionado. La secuencia del sueño de Harry y de Lloyd, las bromas estudiantiles que se juegan, son de una brillantez excepcional. Porque cada vez escasean las cintas de comedia en este mundo tan serio y en este cine tan complicado y las tramas tan sofisticadas. La película es un respiro maravilloso. 

Aunque tiene sus problemas, como la actuación de la hija, la cual deja mucho que desear, es cierto que muchos fans del género y de la pareja de cómicos no se sentirán decepcionados. Aunque si reduciría unos 10 minutos. 

Bien escrita, bien dirigida, excelentemente bien actuada: Carrey y Daniels conocen su negocio y se mueven como peces en el agua al dar vida a estos icónicos personajes de los noventa. Para mí, antes que los musicales, está el género de la comedia: porque es el género filosófico más demandante. 

El conservadurismo de Carl Sagan. 

Carl Sagan, ese gran maestro, pero que no puede ocultar su molestia hacia todo lo que no sea ciencia, cita en el libro de La Ciencia y sus demonios que "el hecho que Beavis and Butthead y Una pareja de idiotas sean muestras significativas de la cultura, es una prueba de la decadencia y rumbo equivocado de la misma". 

Bien señor Sagan, déjeme decirle (como si fuera a escucharme): hay algo que los hombres de ciencia deberían saber, que hay FRANQUICIAS. Y si son exitosas, la gente de negocios invierte en ellas. Eso también lo hacen los hombres de ciencia, en especial cuando algo funciona. Es más fácil hacer productos para que crezca el pelo o para la disfunción eréctil, que curar el cáncer o hacer alimentos más sanos. 

Beavis and Butthead son clásicos de la comedia políticamente incorrecta. Muchas películas que con los años se consideraron ofensivas, son una muestra de lo que pensaba la gente en aquel entonces. 

Lo único que pasa con las películas cuando son criticadas, prohibidas, sepultadas o destruidas, es que la gente quiera verlas, para buscarlas, entenderlas, observar por qué tanto alboroto. 

Y si hace 20 años eran esas muestras las que ejemplificaban la cultura, ahora mismo también, pero las cosas evolucionan. La gente entiende que lo que antes era un gran daño, ahora es inofensivo. Mucha gente no tiene que vivir anclada al pasado, o a un momento de sus vidas. 

En mi caso, esas películas, junto con su libro, han sido lo mejor de los años 90. Junto con la música, la mezclilla y la moda grunge, el brit pop, los programas de televisión. Eso es lo único que tengo después de un día largo en una escuela ociosa con compañeros imbéciles y maestros aún más idiotas. 

Y la cultura son todas las expresiones del hombre, no las que son sólo bellas o magnificentes. Me alegra haber visto una película inofensiva hace 20 años. Me alegra regodearme en mi idiotez, me alegra saber que cuanto más me resista, mi corazón estará más cerca de lo que extraño. 

Y cada que veo una película, veo una imagen de la vida. Por eso es tan inofensiva como peligrosa. 



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