lunes, 31 de agosto de 2015

Oportunismo y divulgación: Oliver Sacks

Esta post es traído a ustedes por: somos un blog de divulgación pero no divulgamos nada. Me enteré de la muerte de Oliver Sacks hace una hora. Murió de cáncer en el hígado a los 82 años.  

Oliver Sacks, neurólogo, divulgador y novelista. Sus obras son: Un antropólogo en Marte, El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Despertares, Alucinaciones, por mencionar algunos de sus libros. Uno de sus filósofos favoritos era David Hume. 

Es el tipo de autor recomendado en filosofía cuando observamos problemas de la teoría del conocimiento. Algunos de sus casos clínicos, como el de agnosía visual, las alucinaciones, sirven para elaborar algunos contraejemplos al supuesto de los individuos sanos como sujetos cognoscentes. 

Si una persona no puede ver, no siempre puede justificar su creencia, tiene que apelar a otros sentidos para poder decir que es un conocimiento. Lo cierto es que Sacks plantea casos de sujetos cuyos sentidos no son del todo fiables, por lo que tienen que conocer de otras formas, apelando a otros mecanismos cognitivos y a otra metodología. Como una especie de sentidos entorpecidos, sentidos que funcionan de otra manera, porque no pueden formar un juicio. 

Me tocó ver la película de Despertares, con Robin Williams y Robert De Niro. Honestamente... no me pareció una gran película: el mensaje (supuestamente) humanista, se diluye con un discurso como de despertar a la vida y que tienes que vivir el hoy. Creo que no representa la actividad científica (o no se lo que pretendía, pero creo que no es así) y creo que el discurso cientificista se asoma de vez en cuando.

No es un ataque, creo que Sacks expone con facilidad y amenidad algunos conceptos, pero a final de cuentas su discurso verdadero sale a flote, como Sagan o Asimov: la ciencia siempre es la solución. Las humanidades son mero consuelo o autoayuda. Las referencias son ciertamente buenas, porque Sacks es un hombre culto y sus libros son fáciles de leer, pero no escribe sobre humanidades, es un científico con sensibilidad. Científico humanista, pues como que no hace mucho sentido. 

Sacks fue un aventurero, motociclista, lector empedernido, columnista del New York Times, melómano. Tal vez de la talla de Sagan, tal vez un poco más grande. Nos recuerda que la divulgación tiene que ayudar al lector a entender su enfermedad y vivir con ella. A entender que un paciente no es un bicho raro y antisocial: sólo diferente. 

Es cierto que desde el caso clínico, una persona puede humanizarse: los libros de Sacks son una combinación de motivaciones de Historia del cuidado, teoría del conocimiento, divulgación de la ciencia (y a veces filosófica) y de narraciones sobre enfermedades y su posible tratamiento. 

Con Sacks el discurso sería que la ciencia, médica, te ayuda a comprender lo que te pasa, te ayuda a integrarte al mundo y saber que no eres el único, hay otros casos como el tuyo. Y de cierta forma hay que aceptar la aventura y la empatía: porque la enfermedad es un contexto difuso entre la realidad y las personas que la padecen. Porque de cierta forma, cada quien crea lo que puede sobrellevar, pero no tiene que ser una realidad en si. 

Sin más, aquí recordamos a Oliver Sacks. 

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