sábado, 6 de diciembre de 2014

Consideraciones sobre las fiestas

La navidad ha llegado a este blog (y a todo mundo, si). Y sucede que podríamos hacer las cosas mucho mejor que cuando nos ponemos de acuerdo, cuando entendemos al otro. No obstante, siempre hay problemas cuando hacemos una fiesta, porque, por alguna extraña razón, es un pretexto para pelear y para sacar frustraciones. 

No me refiero a personas que tienen algún trastorno, ni a personas a quienes no les gustan las fiestas. Me refiero a esas personas cuyas peleas son un modus vivendi para convivir y que no tienen una disposición a suspender sus peleas. 

Es cierto que hay personas indeseables, pero es cierto también que la única vez en el año que nos reuniremos no hay necesidad de recordar todo lo malo. Sino de eliminar a esas personas de nuestro pensamiento y de entender que no tienen poder sobre nosotros. 

He aquí algunas recomendaciones para seguir adelante, en vez de pelear: 

1. Evite tareas gravosas, o prográmelas de otra forma. La limpieza de invierno, la depuración de materiales, los planes a futuro. Todo eso de nada sirve porque no hay un buen comienzo en primer lugar. No lo enfocamos a que sólo será una vez a la año y es de cierta forma bueno. Pero como es gravoso, nos pesa hacerlo. Lo que propongo es que se haga de otra manera: dividir en dos o tres días, tareas sencillas y sin presiones. Apartar una a dos horas de ese tiempo y después hacer otras cosas. 

2. Si hay diferencia de ideas, acéptelas. En especial cuando es de forma de pensar, religión, ideología política son temas espinosos por los que nadie desea pasar. En vez de enfocarse en esos aspectos, que no producen más que peleas, evitemos eso. Pensemos que hay otras cosas de esas personas, cosas que tenemos en común, o bien, que no nos molestan. 

3. Evite pensar a largo plazo. Como en el aumento de peso, qué hara con el regalo, qué habrá pasado con otros invitados,etc. La administración es una tarea gravosa, en especial si pensamos en deudas, pero digamos que hay una tarea gravosa que puede evitarse. 

4. No adquiera cosas que no pueda pagar. Cuando se vean los regalos es mucho mejor hacer detalles más pequeños o cosas que sean para agradecer (puede ver el post anterior de los regalos en este blog). Cierto es que hay regalos costosos y que valen la pena, pero son mejores cuando se establece un presupuesto previamente. 

5. No busque cualquier pretexto. Si las fiestas no son de su agrado, permanezca neutral En lo personal a mí no me gustan, pero respeto: trato de mentalizar que pasarán esas fiestas, que no siempre tienen que ser así y que año con año tiene que cambiar. Si en verdad necesita un tiempo solo, considere que no siempre tiene que ser con la fiesta en cuestión. 

6. En todo hay aspectos positivos y negativos. Así como es una oportunidad para el consumo y para tener excesos, también es una oportunidad para pensar otras cosas: estar con los amigos, comunicarnos con quienes nos quieren, hacer las cosas de otra forma. No tenemos que participar en lo que no queremos, pero tampoco hay que molestar a otros en su forma de celebrar y de ser. 

Si no desea arruinar una fiesta, es mejor no asistir. 


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