martes, 23 de diciembre de 2014

¿Qué Bello es Vivir es una mentira?


1.

La pregunta sobre el sentido: esa pregunta existencial que tiene que ver con la necesidad. ¿Somos necesarios en algún sentido? ¿Si no estamos nosotros, habría otra persona que nos supliera? Suplir en el sentido de que no sea como nosotros, se dedique a otra cosa y que nadie note nuestra existencia. 

Ambas preguntas se pueden colapsar: si otra persona puede hacer lo que hacemos, entonces no somos necesarios. Si no somos necesarios, es posible que nuestra vida no tenga sentido. 

Pero vamos con el argumento de una de mis películas más odiadas: Qué Bello es Vivir. 

Cuenta la historia de George Bayley: un niño que salva a su hermano de ahogarse en agua congelada. Tras el accidente, George pierde el oído derecho, lo que forja su carácter y su ánimo de ayudar a los demás. 

Con el tiempo, George se vuelve una figura importante en su comunidad. Pero en un giro del destino, George se endeuda, pierde lo que tenía. En una crisis existencial, Bayley pide a Dios no haber nacido. 

Dios, dentro de la historia, le envía a un ángel que quiere ganar sus alas; el cual le muestra no sólo que él es un miembro importante: sino que si él no estuviera, muchas vidas hubieran cambiando, para mal. George descubre junto al ángel qué bello es vivir (tal cómo la película nos mete por la garganta) y el ángel gana sus alas. Y todos ayudan a George. 

La pasaban en el 11 cada maldito 24, me caga y me seguirá cagando hasta ahora. 

2.

Hace no mucho atravesé por una depresión muy fuerte. Mi mundo se cayó, porque toda la gente que quería, salvo unas pocas personas, me dieron la espalda. Incluso implicaron que era mejor que yo hubiera muerto. Que preferían tener a otras personas en mi lugar. Ningún ángel vino a decirme nada sobre eso.

Entendí con el tiempo que era más fácil odiar que enfrentar problemas. Que era mejor eliminar a un problema (desearme la muerte), que hablar conmigo. Hubo un tiempo en que yo pensé igual que mis agresores. 

 3. 

Hace poco vi el documental Freakonomics, en donde Steven Levitt y Stephen Dubner establecen otra metodología del estudio de las causas y consecuencias de la economía. En especial el segmento en donde todo pareció tener sentido: I'ts not always a wonderfull life.

Este argumento corre de la siguiente manera: tenemos dos aspectos que aunque parezcan conectados, en realidad no lo están. En 1989, las tasas de crimen aumentaban y se esperaba que siguiera así. Pero no ocurrió: la tasa bajó. Quizá eran los policías, las sentencias, nuevos alcaldes, drogas. Pero esas eran las partes, no el todo. 

¿Cuál era entonces la mayor parte? La generación que pudo haber cometido esos crímenes: nunca nació. Las mujeres tenían derecho a abortar y lo ejercieron, previniendo así la posibilidad de concebir hijos no deseados. Que después serían ese vecino incómodo, ese niño que te molestaba, esa persona por la cual no puedes subirte al metro. 

La controversial tesis de Levitt es que si respetamos el derecho a las mujeres de decidir, esto tendría consecuencias a largo plazo. Una visible es la reducción del crimen. Porque no es lo mismo que seas un hijo deseado (que crecerá en un hogar, con una madre lista) a un hijo no deseado, que seguramente se molestará y hará un blog (guiño). 

4. 

Cuando estudié el argumento del viajero del tiempo con Lewis y Connee y Sider, observé que hay paradojas y que nuestra existencia sigue siendo un misterio (no en el sentido teológico). Una de las objeciones a Lewis es que si hay mundos posibles, no parece claro qué camino tomará la ética, porque de tanta posibilidades, todas parecen ser de una forma adecuadas (algo así como una implicación al relativismo). 

Supongamos que viajamos en el tiempo para matar a nuestro abuelo y así no nacer. Porque no habría nacido nuestra madre, ni nosotros. Pero una vez que estamos ahí, no podemos: si matas a tu doble en el tiempo, puedes quedar vivo tu. Osea que existes y no existes al mismo tiempo ¿cómo puede ser eso posible? Es, claro, una paradoja. 

Pero lo cierto es que si hay personas que son como yo en otros mundos posibles: ¿cuál es el que tiene las mejores posibilidades? ¿cuál es bueno o malo? ¿cuál es como yo, pero no es yo?

Cuando estudiaba eso, concluí que nuestra existencia no implica necesidad. Hay tantas posibilidades (no sólo cualitativas, sino cuantitativas) de que existan otras personas como yo... o incluso que yo no exista. Y hay tantas posibilidades en esos cambios, que no son perceptibles, no hay forma de saberlo. 

5. 

Por otro lado: ¿si yo no hubiera nacido mi mamá sería más feliz? ¿alcanzaría más la comida en el mundo? ¿mis enemigos serían felices porque no está su piedra en el zapato? Podría apelar al argumento de ser un chivo expiatorio... pero no soy tan importante. Entonces: si hay otro más que pueden odiar y que hace que no sean felices: ¿por qué debería preocuparme?

Afrontémoslo: es posible que mis amigos estarían tristes si yo muriera, este blog dejaría de funcionar, pero ¿y qué? Mis amigos tendrían a otro amigo. Mi mamá tendría su vida... La escuela, bueno, está llena de filósofos. 

Podría empezar una lucha social, bienintencionada. Pero como hay ideas que animan a la gente a ser peor de lo que era antes... pues no tampoco veo nada claro. 

¿Y si en verdad no debí nacer? ¿Por qué desafiar al destino, por qué resistirse a ser alguien o algo? ¿Por qué intentarlo? No basta con creer para saber... a veces es puro corazón y pura fuerza por lo que nos movemos, porque no hay nada en realidad. 

6. 

Y supongo que el problema del sentido volverá... Desde hace mucho que siento que mi vida tenía que haber acabado. Que si yo no hacía algo, alguien más lo haría; que si mi vida estorbaba a otros... pues eso me valía, después me dolió reconocer que pueden tener razón. Mi vida sólo vale para mi... pero cuando todo el mundo parece en tu contra, es difícil estar vivo, sentirse igual. 

Y sin embargo sigo viva... sin saber qué hacer. Esperando que el ángel me mienta y me diga que mi vida si valía algo. Y que por hacerme sentir mejor, Dios le conceda por pura misericordia sus alas. 

Felices fiestas Philosofellas. 


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