sábado, 14 de junio de 2014

Nueva sección: Mythbusters filosófico

En esta ocasión les presentamos: el fraude de la lectura rápida. 

La lectura rápida parece que es una promesa de un mayor aprendizaje en poco tiempo y con resultados satisfactorios para un mejor vocabulario y un estudio independiente. 

Tal es la premisa en que se basan algunos ejecutivos de centros en donde se ofrece este servicio. 

Pero, la filosofía siempre arruinándolo todo (pero, buscando mejores métodos de aprendizaje), contribuye a la pedagogía con su arma secreta: los supuestos epistemológicos. 

Los supuestos epistemológicos son todos aquellos que tengan que ver con la forma en la que conozca el hombre; la forma en que es y los estímulos que recibe para aprender y hacer algo nuevo. 

Ahora los supuestos van encaminados a las neurociencias, a la interdisciplina, a la psicología, pero SON INCIPIENTEMENTE FILOSÓFICOS. Pero, eso no nos compete aquí. 

Usaré ideas de Mortimer Adler, Juan Domingo Arguelles, Daniel Pennac, Earl Conee y Theodore Sider. 

Y, algunos supuestos, plausibles, para dejar caer ese fraude son: 

- El miedo a intentar cosas nuevas, se quita intentado cosas nuevas. 

Una versión, mucho más analítica, de este supuesto es: 

- Todo es condición necesaria de sí mismo. Por ejemplo: para que yo lea una novela, sea necesario que tenga tiempo, disponibilidad y ciertas ideas alrededor que me motivan. Pero lo más importante es que la lea. Incluso la puedo leer sin que necesite las condiciones que ya mencioné. Se quitarán todos los sentimientos y pensamientos una vez que lo haga. 

Así, el miedo a leer se quita leyendo: sólo lo tienes qué hacer. 

Y sí, se puede leer rápido, lo que uno quiera y cuando quiera. Quizá el supuesto del aprendizaje en estas compañías de lectura rápida es que podrás hacer lo que tú quieras, sin temor o inserguridad. Tal es la palabra que motiva la acción. 

El éxito de esos cursos radica en este argumento: 

- (1) Las escuelas no enseñan lo que deberían, además,(2) juzgan al alumno en un terreno donde debería sentirse seguro, entonces esa compañía te brinda esa seguridad. 

Objeción: si eso es tan necesario ¿por qué no lo enseñan democráticamente? Y con ello me refiero que, sea para todos, apoyen a escuelas con menos recursos, fomenten este aprendizaje. ¿Por qué pagar tanto dinero? ¿Qué otras implicaciones tiene? 

Bien, muchas veces no sólo se vende un método, sino un sentimiento de comodidad, de éxito. Ya no hay que preocuparse: el pensamiento de una persona sería: hago los ejercicios en un tiempo y veré resultados, aprenderé de forma independiente. 

Segunda objeción: Un aprendizaje es para toda la vida. Siempre habrá libros que sean un reto más que otros. Por muy veloz que sea nuestra lectura: ¿han notado que hay libros de los cuales uno sigue observando implicaciones toda su vida? Quizá la rapidez va en detrimento de la calidad del aprendizaje. Sólo especulo. 

El problema de las implicaciones. 

Siempre que observamos un párrafo que es importante, como que lo leemos muchas veces para que se nos grabe esa información o como que lo leemos más... no lo sé, lento. 

Obviamente, no se qué tan necesario será leer rápido, porque, para fijar y para entender el conocimiento tiene que ser lento. De la misma forma que uno no va a entender una película porque adelante partes o el final: creo que hay un RITMO para entender las cosas. 

Objeción: El problema del tiempo 

Sucede que la gente, entre las razones que pone para no leer o no dedicar un espacio a la lectura, son las siguientes: 

- No se han decidido por un material 
- Han tenido malas experiencias con el material 
- Hay mejores cosas qué hacer. Cómo escribir un blog, o salir o ir al cine
- Leer es sinónimo de una vida ociosa
- No hay tiempo para la leer 

Es probable que la lectura rápida sea la posible respuesta a la falta de tiempo de las personas. Ademas, un supuesto acuñado por el educador Mortimer Adler, se dirige a que las personas quieren conocer un libro antes de leerlo, sobre todo para saber si lo van a leer o no. La respuesta a ese problema es La Rapidez. 

Objeción: Algo que tenemos que hacer

Pero, ¿no necesitamos un tiempo para hacer cosas tanto que nos gustan como las que no nos gustan? ¿Por qué específicamente con la lectura? ¿Por qué no ver cosas más rápido como personas o como obras de arte o películas? Es cierto que hay mucha oferta de libros, nuevos materiales impresos o digitales. Pero de que podemos distribuirlo con otras actividades si que podemos hacerlo. 

Además: si es que podemos interesarnos por un libro y dejar de hacer otras cosas, o preferir al libro que otras cosas... creo que eso significa que, después de todo, si tenemos tiempo. 

En palabras de Juan Domingo Arguelles: el tiempo para leer es un tiempo robado. Quizá el tiempo para hacer cualquier cosa. Casi siempre es tiempo robado las cosas que nos importan. 

Para que lea mucho más este blog, pienso hacer esta rigurosa investigación en tres entradas, va la primer de tres partes para este Mythbusters filosófico. 










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