miércoles, 11 de junio de 2014

¿Qué está mal con Glee?

Quisiera reiterar mi obsesión con los musicales, con uno de los mejores shows que he visto por televisión: Glee. Dicha serie me conquistó por el rescate de los temas de Broadway bajo el contexto de una etapa de descubrimiento como la secundaria. 

Antes de esbozar mis puntos en contra, tengo que reconocer que cuando vi Glee por primera vez mi corazón latió fuertemente: encontré una forma de canalizar los malos sentimientos cantando, moviéndome hacia lo que verdaderamente quería hacer. Ayudó a mi formación filosófica (de lo contrario, no sería posible este ensayo) y ayudó a abrir mi corazón. No hay más razones. 

Estos son sus puntos a favor: 

1. La pareja protagónica: La voz de Rachel Berry (Lea Michelle) es la voz de Dios en una mujer, siempre me transmitía paz. Rachel Berry era todo lo que yo quería ser, pero como filosófa: perfeccionista, chocante, pero triunfadora, segura de su talento y con gran presencia. Sus interpretaciones en la serie me hacen recordar a los hombres que he amado y me han ayudado a superar mis tristezas. 
En el otro lado estaba Finn Hudson, interpretado por el fallecido Cory Monteith. Un líder nato pero ingenuo, a veces movido por la dominante Rachel, siempre dispuesto a conciliar: era el maestro que la serie buscaba, el sustituto del profesor Schuester. Pero la realidad superó a la ficción, arrojando una lectura coherente con la serie: personas con vocación, con amor por lo que hacen, son difíciles de encontrar. 

2. La selección de canciones de las temporadas 1 a 3. Glee era un diálogo entre pasado y presente a través de la música. Una interpretación mucho más fuerte y poderosa de la música como lenguaje universal: era la música como extensión de los sentimientos, de la problemática en las edades de la vida, de la economía del mensaje en una canción. La canción como el llanto ahogado y la coreografía y efectos como aderezo de una emoción que no puede contenerse más. 

3. El elenco adulto. Muchos de estos personajes eran una delicia (eran, ya sabrán por qué): la esposa manipuladora del maestro, los novios intermitentes, los maestros con personalidad bizarra o que apoyaban a los alumnos; los estudiantes a los que no les interesaba la música. Las subtramas estaban muy bien relacionadas con la problemática inicial, daban protagonismo a la serie misma y no exaltaban personalidades. No había cabida para una trama maniquea

4. Los artificios en el guión. No sólo era la música, Glee tenía buenos antagónicos como la maestra Sue Sylvester, buen formato y buenos chistes. Era una telenovela juvenil profunda, pero con un gran guión, que no te dabas cuenta lo que era. Te enganchaba: quería saber y te importaba lo que pasaba con los personajes, con sus destinos expresados en una canción. 

5. La comedia humana. Glee fomentaba la empatía: porque los problemas, sentimientos y canciones eran universales, es como una lectura de la humanidad expresada en las ideas inmediatas que provoca una canción. Siempre había enseñanza y había movimiento, expresado en un vertiginoso musical. 

Espero se respeten estos puntos, porque lo que ahora sigue, desvela muchas ideas que han propiciado la debacle de la serie.

1. La selección de canciones a partir de la temporada 4, salvo algunas piezas de Broadway (por algo es la fábrica de artificios). Las canciones populares se han quedado en un mensaje ligero de lo que la serie era. 

2. El nuevo elenco. Quitaron a personajes que podrían haber salvado la trama, redujeron la participaciones de personajes profundos, como la entrenadora Beiste y metieron a personajes planos, tontos y sin ninguna presencia. Esto me lleva al siguiente punto

3. El Glee project. Es bueno querer sacar todo el provecho de una fórmula que funciona, pero no lo hagas a costa de gente que no tiene ningún talento: de cualquier forma, el personaje que quedó fue el más polémico y el que podía sostener las canciones. No los niños planos, grises, de los que después la serie ironizó que ya no estaban. ¿Cómo creer a algo que no toma en serio sus soportes?

4. El maniqueísmo homosexual. Glee presenta dos estereotipos que se agudizaron después de la tercera temporada: 

- Los homosexuales genéricamente perfectos. Se infiere en la serie que son más racionales, interesantes, perfectos, talentosos y creativos que cualquier otro personaje. Se eliminó a personajes profundos y atormentados (como David Karofsky) y se agudizó la diferencia entre el elenco base y los personajes que interpretaban homosexuales con las características idealizadas que les dieron los guionistas. 

- Las lesbianas increíblemente irracionales. Si no las disfrazaban de bi curiosas tontas y sin aportación alguna (como sucedió con Brittany), eran unas personas iracundas y terriblemente agresivas. Aunque concuerdo con esto último, la conducta agresiva también se extiende tanto a homosexuales como lesbianas y no es algo que se haga por enemistad natural (como que la otra sea más talentosa o que le caiga mal), la conducta agresiva de los gays deriva de un profundo sentimiento de poca aceptación social. 

Lo que nos lleva al último punto: 

5. El Jumping the shark moment. El fenómeno saltar el tiburón se dice de un momento en que la serie no tiene más audiencia y tienen que recurrir a situaciones absurdas para levantar la audiencia. Este momento, en Glee, fue: cuando Santana hace la audición para Funny Girl... y se queda. 

Como ya había muerto Finn, los homosexuales eran perfectos y Rachel la había armado en Broadway, por qué no meter a la persona menos talentosa, floja, irritante y trepadora de la serie. Saltar el tiburón para mantener el interés, con un asunto tonto, ya superado como el bullying. 

¿Por qué no metieron a un personaje que sí cantara? A un personaje que sí pudiera competir. Ese momento fue absurdo: cuando la mamá de Rachel (Idina Menzel) estaba en la serie, le dijo que entrar a Nyada era garantía para tener papeles y audiciones. ¿Por qué un personaje que nunca demostró un interés tuvo tanta notoriedad? Fue un momento muy estúpido, dejé de ver la serie por un largo tiempo. 

Lo único que pensé, en ese momento, fue en la comunidad latina representada por este personaje tan hostil: ¿y Rita Moreno? ¿y Bianca Marroquín? Ricky Martin salió en la serie y ahora hacen ver a los latinos como trepadores, doble juego, inseguros de lo que hacen e increíblemente irritantes. Pensé en las lesbianas que veían esa serie: ¿son tan desagradables y oportunistas como ella? 

Naya Rivera merece mi respeto, pero este personaje es muy difícil de superar: porque engloba lo malo que sucede con las mujeres en relación con otras, los vicios de la comunidad latina y lo terrible que es ser el matón. No creo que su carrera sea relevante después de eso y del rumbo tan absurdo que tomó ese personaje. 

La serie se traicionó, tiró todo lo que había construido en aras de incrementar el interés, lo cual derivó en que ya no fuera interesante. Es cierto que se premia a los villanos, pero no en una lógica del esfuerzo, de la dedicación y de la disciplina, como representaba acertadamente Rachel. 

Sabes de algo que está mal con una serie cuando los personajes secundarios y aparentemente intrascendentes son más interesantes que el elenco base. Ahora Glee ya no es Glee, es una serie de videos musicales con una trama poco atractiva. 

Sólo espero con ansías cuando se retiren con dignidad. Glee ya no da para más. 








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