Recuerdo el ejemplo de ésa clase... ése maestro explicaba lógica modal temporal. Explicó qué era un instante, qué era el tiempo. Dio un ejemplo con la postergación. No sufro de eso, por suerte.
Recuerdo que eran esas clases que marcaron mi vida: porque él decía cosas que me hacían pensar, repensar una y otra vez mi vida, lo que pasaba con ella. Lo que me iba a pasar. Todavía recuerdo sus clases, recuerdo que terminaban y que iba a llorar al baño. Me aterraba saber qué pasaría con mi vida, qué sería de mi. Aún me aterra, pero ya no lloro. No más de lo habitual.
Cuando dio un ejemplo, el del amor y el enamoramiento, sonaba como un filósofo: todo romántico, todo idealista... pero a la vez como un poeta que dice la verdad: ¿y cuánto tiempo para enamorarse? Un instante... ¿y cuánto tiempo para olvidarla? Un tiempo, a veces mucho, mucho tiempo. Incluso la vuelves a ver y todos los sentimientos renacen, como ese instante. Y otra vez.
La clase quedó en silencio. Nunca nadie había escuchado algo así, en especial de un maestro tan estricto, tan formal, tan alto, tan maravilloso. Nunca conocí a un maestro como él.
Ese maestro tan alto le enseñó a él, el que era muy especial para mi. Pero lo perdí porque no veíamos lo mismo. Creo que ni siquiera él se imaginaba lo que yo sentía. Creo que nuestros caminos estaban separados desde el primer día.
Recuerdo que cuando lo conocí, en verdad que lo ignoraba, pero hubo un maravilloso verano en que me empecé a interesar por él. Como cuando Gatsby conoce a Daisy. Recuerdo que cuando imaginaba cosas: a él y a mi saliendo de clase, juntos, siempre esperándonos. Mi mente se fue en esa locura, en ese ensueño.
Igual que Gatsby, él era para mi todo, quería celebrarlo con fiestas diarias, para que se diera cuenta de que estaba ahí. Pero ni siquiera se dio cuenta de que existía. Como todas las historias de amor, era trágica porque él representaba para mi lo que yo no representaba para él.
De ese conflicto representacional surgieron las mentiras, la dura verdad y el desamor. Sólo eso puedo decir: yo lo quería, pero él a mí no. Recuerdo que, aunque intenté enamorarme de otros (que sólo me obsesioné), al que quería de verdad era a él. Lo quería con todo mi corazón.
Sobra decir, que ahora que lo vuelvo a ver... me sigue doliendo: me duele lo que pasó y me dolió darme cuenta que en verdad lo quería. Que le aposté al caballo equivocado. Que cuando me enamoré de él fue un instante, que me cuesta mucho tiempo olvidar. Que el maestro alto tenía toda la razón y yo ninguna. Que me costará mucho tiempo volver a empezar, porque aún no sale del todo de mi corazón.
Sin más, tú sabes quién eres.
viernes, 29 de agosto de 2014
Ensayo sobre la tela de las arañas
Pasan desapercibidas, nadie ve lo translúcido de su tela, a veces se observa la presa que ha sido asfixiada, convertida en capullo. Lento, doloroso, poético.
Y es que el hilo delgado brilla en la luz es obsesionante y horrorosamente bello. Ahí te das cuenta de su presencia.
Cuando veo a las arañas al centro, el viento apenas y las inmuta, saben que es hora de viajar, de romper esa tela y trabajar en otra. Estructura ante los imprevistos.
Y amontonan a las presas en las cavidades seguras, porque la tela va perdiendo su brillo, ahora se vuelve blanca y el nidal tiene que ser seguro.
Observo la estructura de sus patas, de su exoesqueleto, sus ojos: son de un terror, pero de una belleza exquisita. Muchos no lo toleran porque ven su miedos, se sienten fragilizados.
Pero en un manual aparecen estructuras, orden, naturaleza, no hay por qué tener miedo, no hay de qué avergonzarse de la naturaleza horrible, pero bellamente ordenada. Todas las partes encajan.
Y es una animalidad sexual: las que fornican con el macho lo matan después, creo que lo asfixian, las viudas negras. Si llega a caer la presa, ellas la sostienen con fuerza, pero la matan lentamente: su vida pende de un hilo. Son femme fatale de ocho ojos, ocho patas. Una vez que te atrapan, vas a morir entre esas extremidades. Poético, erótico.
Los colores vivos, los pequeños pelos de sus extremidades, los colmillos para el veneno: para muchos es una amenaza, para los que ven la naturaleza, una gran defensa, una virtud. No hay que tener miedo: porque es aterradoramente bello, pero es a la vez una parte de nosotros.
La tela de las arañas: una estructura, una trampa mortal, pirotécnico embeleso y terror de niño... morbo científico y erotismo.
miércoles, 27 de agosto de 2014
El cambio ya está aquí
Siempre buscamos una fecha para que algo suceda, o bien tenemos una fecha indeterminada: algún día, en septiembre, en diciembre, cuando esto suceda... Vaya que nos equivocamos.
Sucede que no nos damos cuenta que las cosas siguen avanzando y eso en parte es lo que nos conflictúa: porque cuando llega esa fecha, parece que el mundo externo se nos presenta y nos dice bien que lo hiciste, pero esto ya cambió.
Es bueno hacer una pausa y preguntarse ¿esto es como antes? Me pasó algo a los 10 años, pero ya no soy el mismo, el miedo se va y todas esas cosas que parecían una amenaza... pues no, ya no surten el mismo efecto.
De la misma forma, parece que nos dicen algo que el fondo nos lastimaba. Pero uno aprende a que eso no es importante, cambian las prioridades, los esquemas, las circunstancias.
Cuando la gente se sigue quejando, es porque en esencia no cambió sus supuestos iniciales. Hasta le pasan las mismas cosas o siguen cometiendo los mismos errores.
El esquema se rompe con ciertas ideas que son necesarias:
- Necesito cometer un error
- Necesito volver a sentir, enamorarme de nuevo
- Necesito perder el miedo
Y saber que ya no podemos seguir de esta forma:
- Es momento que deje de estrellar mi cara contra la pared
- Es momento de dejar de sentir lástima, por quien sea, hasta por uno
- Es momento de entender por qué esto no se puede quitar.
Porque si algo hay que saber para que llegue ese supuesto gran cambio, es qué estamos dispuestos, de corazón y con toda sinceridad, a modificar de verdad: un gran maestro me dijo que habrá cosas en la vida que en realidad nunca cambiarán de nosotros, que se agudizarán y siempre estarán ahí. Lo demás es cuestión de nosotros.
Y habrá situaciones que, aunque no podemos controlar, aunque no sabemos todos los factores, es necesario soltarlas, entender que, aunque hay miedo, lo mejor para nosotros es dejar de fantasear con que habrá control. No se puede.
Es por ello que los invito a que analicen siempre sus vidas... desde su corazón, no desde la cabeza, qué es lo que quieren cambiar, qué es lo que queremos dictarnos para que no nos sorprenda el mundo externo: porque mientras uno se encierra en sí mismo, ese cambio, el que esperábamos, no nos dimos cuenta de que ya llegó.
viernes, 22 de agosto de 2014
Canciones con filosofía: Una oración
Sigo enamorada: sin duda es una licencia para estar cerca de la locura (y a veces, justificarla, a veces).
Este gran tema de Juan Gabriel relata la espera de un enamorado, hombre o mujer ¡qué importa!, que cada mañana reza para que regrese con bien su amor. ¿Puede haber algo más maravilloso?
Recuerdo que cuando se fue de viaje (el amor de mi vida) siempre rezaba por él. Tal vez ese fue el parámetro porque, cuando uno ama, en serio que se siente cerca de lo divino. En serio que empieza a pedir por alguien más, su seguridad, su bienestar. Empieza a bendecirlo.
Quizá eso sea egoísta, después de todo, su bienestar no es tan desinteresado: si la persona amada es feliz, tú de cierta manera lo eres. Pero a final de cuentas te importa, lo haces porque lo amas y lo amas por lo que haces ¿se entendió?
Te pones en contacto con todo: contigo, con lo que te gusta, con los recuerdos de antaño y los ves sin importancia: porque la ilusión es ahora y no importa (en apariencia), cuándo se acabe.
Es cierto que hay un tema teológico de por medio, pero también es emocional: el amor nos hace mejores personas, nos vuelve creyentes y nos vuelve ilusionados. Quizá si sea una locura, pero éticamente, nos muestra sentimientos y pensamientos mucho más intrigantes que otros sentimientos.
Ahora irá a Morelia... trabajo, siempre trabajo, pero algún día, en mi corazón sé que se enamorará de mi. Mientras seguiré rezando y queriéndolo. Estoy enamorada.
domingo, 17 de agosto de 2014
Lección de filosofía política
Esquematización de impresiones
Algunos de los órganos de esta exposición:
Detrás de toda filosofía política hay
una metafísica.
a) Necesitamos conceptualizar el mundo,
al menos en su funcionamiento.
b) La búsqueda de un principio, o al menos
de un axioma, de lo cual parta todo lo demás.
c) El concepto de mundo sobreviene de un
estado de naturaleza o estatuto ontológico del hombre: la forma en que es, lo
que debería ser; los problemas que acarrea esa naturaleza, por mencionar
algunos.
d) Del comportamiento del hombre se
pueden establecer sus inclinaciones:
-
Como
un átomo disperso.
-
Como
tendiente a organizarse en grupos.
e) De ahí al reino de los fines o
medios, según se relaciones con su estado de naturaleza, o con cómo es el
mundo. Qué motiva al hombre para actuar de tal o cuál manera.
Detrás de toda pedagogía hay una
epistemología:
a) Es necesario conocer la naturaleza
del hombre, sus propiedades intrínsecas y relacionales (bondad, maldad,
libertad: los hombres son de esa forma en su clase natural o sólo tienen una
relación que pueden decidir mediante la deliberación).
b) Una vez que se conoce, necesitamos
saber sus motivaciones, sus ideas y sus aspiraciones.
c) De ahí, una forma de educar al
hombre. De saber qué necesita para superar su estado o, bien de comprender su
naturaleza.
Constitución del hombre y autonomía
La autonomía es una invención porque no forma parte de nosotros, no es parte del mundo natural, porque fue hasta después de la comprensión del estado de naturaleza que se tiene lugar.
Esto arroja una paradoja:
1. La autonomía es artificial, no es
parte de la naturaleza del hombre
2. Pero al ser un invento del hombre, la
autonomía deber superar la naturaleza del hombre mismo.
C. Si el hombre es autónomo, entonces no
está en su estado natural. Si el hombre se encuentra en permanente estado
natural, no es autónomo.
Lo natural y lo no natural coexisten
en la constitución del hombre, como mente y cuerpo o como pasiones y razón. Muchas
de las posturas que expone Schneewind, presentan una dicotomía como en estos
casos.
Religión: opresora o liberadora
Partimos de dos supuestos:
a) La religión regula la conducta del
hombre: su ética, costumbres. Justifica una norma de convivencia y una ley.
b) La religión limita la fuerza del
hombre, es un obstáculo para su razón y para sus acciones.
La solución a estos supuestos, es una
reforma desde la filosofía, en especial para la justificación de una norma
moral.
Dentro del tema del concepto de
mundo, surge el problema del destino. Partimos de dos acepciones:
-
El
mundo es una cadena causal, se compara con un gran mecanismo (como en la
metáfora del reloj de Hobbes[5]).
-
Pero,
aunque hay una alta probabilidad de que esas causas ocurran necesariamente,
también podemos decidir. La libertad, en una tesis mucho más fuerte, es lo que
posibilita un mundo civil y democrático.
¿Qué motiva a actuar al hombre?
Para la motivación de las acciones,
presento algunos
-
La
bondad del hombre. Es un estatuto ontológico que describe que el hombre hace
buenas acciones.
-
La
maldad. Reconoce este aspecto oscuro del hombre. Reconoce dicha fortaleza para
actuar en contra de sus semejantes y como resorte de circunstancias adversas.
-
El
deseo. Qué quiere hacer el hombre, se relaciona comúnmente con pasiones,
apetitos, irracionalidad. Con la animalidad del hombre: son los deseos de su
parte bestial, inmediatos y pedestres.
-
La
obligación. Lo que tiene que hacer el hombre. Se relaciona con su razonamiento
(de cualquier tipo: deductivo, moral, acerca del mundo). Pero también surge de
un profundo deseo de hacer el bien, de hacer que funcione un todo organizado.
Es el tribunal de la razón.
En estos dos últimos, deseo y
obligación se relacionan con la dicotomía libertad – responsabilidad. Sin generar más paradojas, presento este
análisis:
-
Si
es causa de un mal a otros, entonces puedo hacer lo que desee. Estoy en plena
libertad de hacerlo. Mi problema recae en si en algún momento soy irresponsable
en la forma en que ejerzo mi libertad
-
Si
soy responsable por cada uno de mis actos, es probable que viva coaccionado por
las leyes, o que aplique a un código moral que, lejos de liberarme, me esclaviza.
El problema sería precisar en qué momento soy libre. Tal problema viene del
supuesto de un mundo nomológico y por ende, determinista.
Distinción inicial: casuística
En el caso de las acciones, podemos
entender que hay acciones incorrectas debido a presiones externas, pero la
culpa que puedan generar a la persona que las efectúa puede no ser necesaria.
Pongamos un ejemplo en el caso de Hitler y el nazismo: muchos pueden culpar y
establecer una instancia en Hitler de ese hecho. Pero esa es una lectura maniquea,
puesto que él, como personaje, es la culminación de una crisis de valores, de
una podredumbre en la sociedad que dirigía.
No digo con esto que él no tiene una
responsabilidad, ese no es el caso. Pero no fue el que hizo solo todos los
horrores de ese periodo histórico: hubo soldados, generales, miembros del
partido que estaban de acuerdo con él. La evaluación de sus creencias, sus
motivos, son lo que los hace tan culpables como Hitler.
Ahora bien, muchas acciones pueden
ser incorrecta, pero esto no quiere decir que tenga que culparse o
criminalizarse a las personas que las efectúan: existen caso de negligencia, en
donde no hubo intención de hacer daño alguno. Y hay casos que, aunque hubiese
intención, la forma de actuar es correcta.
La distinción inicial de la que he
hablado, tiene que ver con el estado de naturaleza: muchas veces ese estatuto
no tiene que ver con las acciones; de la misma forma, no toda acción hace
moralmente reprobable a una persona. Son casos y agravantes que tenemos que
tomar en cuenta para este tratamiento de la autonomía y justificación de normas
morales.
Conocimiento y normas morales
Dicho lo anterior, quisiera evaluar
algunas de las casuísticas más comunes, las cuales parten de supuestos
epistemológicos. Estos son los supuestos:
-
Tengo
que conocer lo que me motiva para poder efectuar tal o cual norma moral.
-
Tengo
que conocer un universal: lo bueno, lo justo. Para instanciar una acción y
efectuarla
-
Puedo
sentirme seguro de una norma y esta puede ser correcta.
-
La
norma es correcta, pero no tengo certeza de que es moralmente reprobable.
-
Una
persona puede sentirse segura de que una obligación es una acción que debería
estar prohibida
-
O
bien, que la persona se sienta segura de realizar una acción que debería estar
prohibida.
Lo cierto es que somos un sistema de
creencias que no es totalmente consistente: partimos de supuestos erróneos,
inconcebibles, imposibles (incluso mágicos) para actuar. En un sistema como el
nuestro, es imposible contar con omnisciencia lógica o bien, un cálculo
proposicional exacto para derivar correctamente (sea lo que eso signifique) las
consecuencias de cada acción.
Aunque se compare el organismo como
máquina, no es una máquina perfecta: es discontinua, necesita mantenimiento,
revisión, reset de los supuestos para
generar otros cálculos, programación. Tales son los elementos que se olvidan de
esta fascinante metáfora.
Una versión de este argumento es el
siguiente
1. Si hay una forma de conocer a Dios,
entonces hay una forma de acceder a sus conocimientos y leyes
2. No hay forma de conocer a Dios
C. No podemos acceder al conocimiento de las leyes
y doctrina de Dios.
Porque no es un sujeto en el que
podamos instanciar propiedades o predicados. La razón escapa de esta
conceptualización porque no es una imagen que clara y distinta. De Dios, tanto en Kant como en Pascal, no se puede predicar que es cognoscible.
El problema del mal
Usaré versiones de argumentos de
Introducción a los problemas y argumentos filosóficos. Nos encontramos frente
al supuesto que Dios creó todos los mundos lógicamente posibles, porque es
capaz de crear cualquier cosa.
Pero eso arroja una paradoja: si Dios
es un ser omnipotente, entonces puede hacer lo que él quiera, pero si hace el
mal y no puede evitarlo, entonces no es omnipotente. De la misma forma, si Dios
es responsable del mal, entonces no es omnibondadoso.
Causa del mal
Podemos adaptar el argumento de Dios
como causa de todo cuanto existe, pero en términos del problema del mal:
1. Todo suceso, bueno o malo es causado
2. La causa de los sucesos que sean de
cierta naturaleza, cosas buenas por ejemplo, es Dios
3. Pero es cierto que existe el mal, el
cual, aunque puede ser causado por Dios, también puede ser causado por los
seres humanos.
C. Una posible causa del
mal, es el ser humano.
En relación con esta conclusión,
podemos argüir que el libre albedrío, es una de la causas de este mal: porque
podemos decidir, aún con conocimiento de causa, qué es lo que tenemos qué
hacer. Y, si en esa decisión afectamos a las personas que nos rodean o
propiciamos una circunstancia desagradable, será una cuestión de responsabilidad
y para que eso se enmiende.
El supuesto problemático recaería en
la demostración de si el libre albedrío nos relaciona con Dios. Es cierto que
nos es dado por Dios, pero es totalmente compatible con que haya libre albedrío
el que Dios sea un ser omnibondadoso: porque, si ya había mencionado que los
hombres sufren mal moral a causa de sus acciones, eso no quiere decir que Dios
no pueda ser bueno: no es necesario que seamos a su imagen y semejanza, pero de
igual manera, sabríamos por qué razones hacemos las cosas u hacemos mal.
Si somos una naturaleza caída, quiere
decir que en algo diferimos del concepto de Dios y que como objetos (de clase
natural), tenemos otras propiedades. Aunado a esto, si tomamos el problema de
la existencia de Dios, la existencia no es una propiedad que podamos atribuir a
las cosas (de la misma forma que universales que sean virtudes, ser bueno, ser
justo, ser moralmente adecuado, etc.).
La idea es que, bajo el supuesto que
estamos hechos a la imagen y semejanza de Dios, podemos derivar que Dios no
evita el mal, tiene propiedades en el sentido que nosotros las tenemos y que
tiene razones para dañar a otros. Pero esto no es así, porque no conocemos la
naturaleza de Dios, ni las bases para que haya una doctrina moral basada en su
palabra.
Distinción inicial en el problema del mal.
Aunque el argumento de la causa es
plausible, no olvidemos que hay, por así decirlo, diferentes clases de mal:
-
Mal
natural. Creado por desastres naturales, catástrofes. De las cuales no es
responsable ningún agente humano.
-
Mal
moral. Es aquel del que es responsable un agente moral racional. Según lo que
he expuesto, este tipo de mal no es causado por Dios.
Bibliografía
-
Cornman,
James. Pappas, George. Lehrer, Keith. Introducción
a los problemas y argumentos filosóficos. Gabriela Castillo Espeje
(Traducción). México: UNAM, Instituto de Investigaciones Filosóficas.
-
Hobbes, Thomas. Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y
civil. Manuel Sánchez Sarto (Traducción y prefacio). Decimoséptima
reimpresión. México: FCE. 2011. 618 pp.
-
Kant,
Immanuel. Crítica de la Razón Pura. Mario Caimi (Traducción). México: FCE,
UNAM, UAM.
miércoles, 13 de agosto de 2014
Contra el pensamiento mágico
Regresé a la escuela y con ese hecho, regresó mi férrea racionalidad (o creo que nunca la abandoné, no lo sé): ahora la salidas de noche son pecaminosas, el tiempo es trabajo y Silverio es un fenómeno cultural que exalta la crisis de la razón y la inseguridad propia del mexicano, es una vanguardia en el arte, la cual es difícil de interpretar porque como artista no se reconoce como tal, lo cual engendra paradojas que... Y sigo.
Me acepto como una atea cientificista, lógica y con tendencias racionales extremas. Ya se acabaron las vacaciones.
Sucede que estoy en contra del pensamiento mágico, no contra la magia en su sentido más explicativo (la acepción medieval-renacentista del funcionamiento de la naturaleza) o más poético (hacer magia educando, hacer magia escuchando una canción, magia del amor, etc.); lo mío es un arrojo crítico a atrevernos a pensar racional y reflexivamente.
Yo estoy en contra y desprecio el pensamiento que no respeta procesos, que desconoce las causas y que tiende a fomentar la automatización. Fomenta también el analfabetismo y la cerrazón de las personas: tal es el pensamiento mágico.
No es para nada ingenuo: el pensamiento mágico es peligroso porque da la ilusión de inteligencia a las personas que lo poseen y hace que las personas, en vez de buscar respuestas, encuentran pretextos.
El pensamiento mágico se gesta principalmente en las sociedades cerradas: en aquellas en donde hay más ignorancia y, sospechosamente, se pretenden acelerar los procesos en aras del progreso: pero de un progreso que sólo se enfoca en los resultados, no importan nada de lo que hay en medio, o de lo que se tiene que hacer (en todo ámbito) para lograrlo.
Ejemplos de pensamiento mágico, con sus respectivos temas:
- Bajar de peso en determinado tiempo y con ciertos hábitos. En alimentación y dieta.
- Aprenda a leer rápido. En poco tiempo, claro, pero con ciertos productos. En educación
- Tenga una licenciatura, en ciertas escuelas, con determinado plan. En educación, también.
- La tecnología resolverá los problemas del futuro. Para sociología, medio ambiente, política, ética, etc.
Ante tal idea es mejor declarar que la magia, amigos míos, no existe.
Me acepto como una atea cientificista, lógica y con tendencias racionales extremas. Ya se acabaron las vacaciones.
Sucede que estoy en contra del pensamiento mágico, no contra la magia en su sentido más explicativo (la acepción medieval-renacentista del funcionamiento de la naturaleza) o más poético (hacer magia educando, hacer magia escuchando una canción, magia del amor, etc.); lo mío es un arrojo crítico a atrevernos a pensar racional y reflexivamente.
Yo estoy en contra y desprecio el pensamiento que no respeta procesos, que desconoce las causas y que tiende a fomentar la automatización. Fomenta también el analfabetismo y la cerrazón de las personas: tal es el pensamiento mágico.
No es para nada ingenuo: el pensamiento mágico es peligroso porque da la ilusión de inteligencia a las personas que lo poseen y hace que las personas, en vez de buscar respuestas, encuentran pretextos.
El pensamiento mágico se gesta principalmente en las sociedades cerradas: en aquellas en donde hay más ignorancia y, sospechosamente, se pretenden acelerar los procesos en aras del progreso: pero de un progreso que sólo se enfoca en los resultados, no importan nada de lo que hay en medio, o de lo que se tiene que hacer (en todo ámbito) para lograrlo.
Ejemplos de pensamiento mágico, con sus respectivos temas:
- Bajar de peso en determinado tiempo y con ciertos hábitos. En alimentación y dieta.
- Aprenda a leer rápido. En poco tiempo, claro, pero con ciertos productos. En educación
- Tenga una licenciatura, en ciertas escuelas, con determinado plan. En educación, también.
- La tecnología resolverá los problemas del futuro. Para sociología, medio ambiente, política, ética, etc.
Ante tal idea es mejor declarar que la magia, amigos míos, no existe.
martes, 5 de agosto de 2014
Silverio es filosófico
Él revitalizó mi fe en la filosofía, al ritmo de Yepa Yepa Yepa, desafiando las barreras del sentido y de mi férrea racionalidad.
Logró que el erotismo en las ideas volviera... sencillamente, me enloqueció.
Cuando supe quién era, sus ideas, su concepto: no pude evitar observar su genialidad, traspasó mis ojos.
Silverio es la Hybris encarnada: su desmesura, es el único hombre que estando semidesnudo es fuerte. No es vulnerable como otros. Impacta con su realismo y con su teatralidad. Es un trickster humano (1)
Su castigo o némesis es ser el portador del caos, la celebración y la incertidumbre: a dónde quiera que va, las cosas se salen de control. Sólo él puede contener (y participar) del alboroto, lo cual no siempre es fácil para el creador del personaje, Silverio no es un contexto difuso, pero es un ente que desata lo incontrolable.
Silverio no existe: sólo aparece, pero cuando aparece existe más que nunca. Se refiere a él su creador en tercera persona (2), con esto recuerdo dos lecciones:
- El artista no puede estar en la ciudad. Cuando se fue de gira, en julio de este año, se sentía mucho más su presencia: estaba vivo porque lo veíamos por fuera y entendíamos que era un referente cultural, que exportaba ideas de la psique del mexicano; que llevaba su música a dondequiera que iba. Que ahí había triunfado.
- El artista no existe: sólo existe su arte. En Silverio hipostasiamos ideas: el caos, la desobediencia, la irracionalidad, la pérdida del sentido, la autodestrucción y la celebración de la masa. Pero Silverio sigue sin existir... aunque es necesario, esas cosas se magnifican con él, no por él (3).
Silverio es un referente vacío: no hay un objeto tal que llene sus propiedades, sólo existe quien lo hizo, pero el artífice no es el artista... lo cierto es que el artista no puede existir sin su arte. Yo no puedo proclamarme artista sin hacer algo... pero ¿qué hace Silverio? Si es parte músico, si es parte comediante, parte histrión, parte criminal, inductivamente no es nada. Con cada particular no se puede precisar un universal. Silverio es una tesis difícil de estética.
Silverio es la animalidad del hombre, el fascismo en el cuerpo y el resorte metafísico de la acción: nos lleva a ser irracionales, a presionar un botón que soltaría la bomba: como la secuencia de Doctor Strangelove que se lanza al vacío ante la pérdida del sentido y el inminente caos.
Silverio muta en animal con cada provocación: Perro porque gesticula y se contorsiona con movimientos feroces. Gorila, porque suena en medio de una jungla de ritmos: lo simiesco en los movimientos deshinibidos del hombre, a su bestialidad, su evolución mediante la violencia. Silverio es pues, el más primitivo pero a la vez el más evolucionado de los seres.
Es un desbordamiento del ego, que es casi tan grande como su erotismo. Silverio no es pornógrafo, pero siempre usa recursos para ser visto: la moda setentera que lo vuelve indiscernible de un estereotipo del cine XXX o bien, de un cantante de rockola. Colores brillantes y agresivos: como el rojo o el dorado.
Silverio es la sexualidad animal, la pornografía: porque simulando actos con ingeniosa edición y desmesura, logra el morbo y la enfermedad visual de la obsesión. Ocasionan la vulgaridad y el vicio privado, que se convierte en virtud pública: su empresa es arte de la provocación.
Sus videos y loops musicales te persiguen en imágenes y delirios mentales: se repiten una y otra vez, pese al cansancio, pese a que ya se han agotado (o eso crees). Él puede apagar, interrumpir y destruir su propia música... pero esa música difícilmente saldrá de ti.
Silverio es una adicción: después de verlo sólo quieres saber qué más habrá, en dónde hay más espacio para ser violento, en dónde se concentrará más ira, cómo imitar sus movimientos, cómo fingir un tourette inspirado en sus insultos. Cómo desprenderte de ti, para que él mueva tus hilos como un titiritero. La de Silverio, es una dictadura violenta: porque nos hace esclavos desde nuestras creencias más pedestres: él nos da permiso de ser irresponsables, de no pensar, de no hacer y dejarnos llevar. Es la ilusión colectiva hecha Superídolo.
Es un juego que trasciende la realidad.
Y nosotros lo aceptamos, aunque aparentemente no estemos de acuerdo... él revitalizó mi filosofía al ritmo de Yepa, Yepa, Yepa.
Referencias:
(1) De Portuales, Alejandro. La mitología del trickster y la desobediendia divina. En http://pijamasurf.com/2014/06/la-mitologia-del-trickster-y-la-divina-desobediencia/ Consultado 4 de agosto de 2014, a las 4:30.
(2) Xavier Velasco apud Silverio / Esclavo. Texto introductorio. México: Jus Records. Primera Edición 2010.
(3) Vid, Gombrich, Ernst. Historia del Arte y Trías Eugenio, El artista y la ciudad.
Fotografía, Silverio en el Dobermann, por G. O.
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