martes, 25 de abril de 2017

Negas, el comediógrafo




Me gustan pocos contenidos de internet, en especial mexicanos. Tal vez es algo malinchista y wanabe, pero la realidad es que hay pocas cosas buenas. 

Negas es de los moneros que logró sobrevivir a la epidemia de blogueros y colectivos de comedia chatos e inútiles. Su historia es algo curiosa: después de trabajar con un equipo que apoyó TV Azteca, en especial el ejecutivo Juan Manuel Rowland, Negas continuó con su animación y su estilo, pero limitó su participación a la producción, animación, doblaje y locución, de la cual es un exponente sobresaliente. 

Negas tiene un repertorio de personajes y un repertorio de voces que va de lo grotesco a lo hilarante. Grotesco en el sentido que son personajes groseros, irreverentes y profundamente críticos. Hilarantes, porque nos muestran un punto con humor sobre lo ridículos que podemos llegar a ser los seres humanos. 

Los diálogos también son críticos y juegan con el absurdo. Negas, apócope de negativo o de negatividad, presenta a personajes feos, vulgares, héroes absurdos que no saben más allá de sus narices. Estereotipos que resultan ser ciertos e incisivos, giros de trama inesperados y violencia divertida que no se agota en un solo chiste. 

Negas también emplea el trolleo como una forma de comunicación. Su personaje principal, el Niño Ratta, tiene una forma de trollear con una voz chillona exasperante, una serie de situaciones repetitivas y música pegajosa con frases que se pueden citar y arrancar buenas risas. 

Con el Niño Ratta emplea también una forma de trolleo que es la creación de Earworms, esto es, patrones repetidos que el cerebro replica como una forma de molestarte con la memoria. Los loops de Negas son los que producen estos Earworms o gusanos en el cerebro. Literalmente, consumimos el material de Negas porque queremos ser trolleados. 

Pero el Niño Ratta también es un héroe absurdo. Negas ha hecho capítulos en donde sus victorias son insignificantes (episodio 52 y 55), pero también otros en donde salva a la humanidad y a los extraterrestres (53 y continuación, 35). Hay otros en donde muestra lo ridículo de las tendencias y hace una crítica puntual a las ideas de los youtubers (episodios 57, 45 y  43). 

Su último episodio (61, La niña única y diferente), muestra el absurdo de aquellos que sólo porque aprecian una idea derivada de una serie de televisión, se creen que descubrieron el hilo negro, cuando en realidad no saben ni de dónde viene esa serie o su impacto en la sociedad. La niña única y diferente es un sujeto que consume y por eso puede ser manipulada y vista como un estereotipo más. Por eso es que ni es única, ni diferente. Uno de los gags visuales, es que la niña toma compulsivamente cloro con nutella, para hacerse daño. 

Estamos ante la consagración de un monero: Negas es un comediógrafo. 

Ahora bien, hay detractores de Negas que ven una especie de primer y segundo Negas. El primero es más irreverente, fresco, con humor ácido e incisivo. El segundo es un monero que abusa del chiste fácil, sin discurso alguno y sin alguna idea que valga la pena. Una crítica recurrente es que Negas se vendió, pero esto ya no es tan condenable, porque sus productos son buenos y merecen que le paguen por ello. 

Los que acusan a alguien de vendido, deberían regalar su trabajo un año o dos, a ver qué pasa. 

Y ahora, les propongo: dónde está su aportación a Negas, su apoyo y la compra de su merchandising para pedirle que haga lo que ustedes esperan ver, dónde está el armar un proyecto en donde Negas saque a sus anteriores personajes y tenga algo a cambio. Si nos gusta tanto y queremos que mejore ¿dónde está nuestro apoyo?  

Con respecto a la crítica del primer y segundo Negas, quiero aclarar que no hay tal diferencia. Negas hizo una serie de internet que tuvo una buena recepción porque sus personajes podían dar más de si. Es una serie que tardará en caducar, porque sus personajes son entrañables, críticos, te puedes identificar y elaborar situaciones con ellos. Las ideas de este monero son inagotables y las críticas que hace son muy pertinentes. 

Lo digo, porque yo reconozco que yo era una niña ratta. Me gustan Titán, Padre de Familia y los Simpsons y creía que el mundo era eso. Me gustaba Facundo, al grado de verlo al nivel de Jerry Seinfeld. Yo quería tocar la guitarra y hacer mi programa todo el día. Cuando crecí, le debo a esas ideas que me hayan hecho lo que soy. 

Todos empezamos como un niño ratta, trolleando, pero también, como Rodolfo González: pensando fuera de la caja, dibujando el mundo que veíamos, con una escuela inútil y maestros cretinos: nos distraíamos con juegos o videos si nos hartaba. Todos somos, en esencia, un niño ratta. 

Larga vida a Negas, hagan tendencia, compren sus playeras y vayan a verlo a las convenciones. Dejemos que siga hablando de la vida y que, como el misántropo, exponga a la humanidad, porque en el fondo sólo puede hablar de ella. 

2 comentarios:

  1. Buena observación de verdad... Mis Aplasusos.

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  2. Buena observación de verdad... Mis Aplausos.

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