miércoles, 30 de abril de 2014

Sísifo en el cine

Sísifo es uno de los mitos más fascinantes, de las mejores alegorías y figuras para representar la fatalidad de la vida, el pesimismo y el absurdo. Sísifo es castigado por su desmesura a arrastrar las piedras de un barranco que eternamente se derrumbará. ¿Habrá una representación más poderosa que ésa? No lo creo.

Hubo una etapa de mi vida en que mi consigna era Todos somos Sísifo: todos tenemos una tarea que no podemos terminar, que sabremos que no saldrá y que nunca es diferente. Un enorme si, entre muchos no. Como en La Peste de Camus, como cuando es una empresa ambiciosa y nosotros tenemos miedo... cuando sabemos que quizá ni siquiera pasaremos de algo. Nos duele, nos representa un abismo. Al que queremos caer voluntariamente. 

Aquí les tengo unos ejemplos: 

- Carrie: cuando es la reina del baile, sonriente, en esa imagen espectral con el vestido blanco... que después será manchado con sangre de vaca por parte de sus ojetes compañeros. Si, es la fatalidad de la vida, lo que no podemos evitar: es una alegoría de lo que pasa por ser diferente, por creer que se está dentro de la dictadura de la pertenencia. 

- Gatsby: él no puede recuperar el pasado, pero lo sueña y quiere una vida con Daisy, su desenlace es fatal: sólo alguien que lo ve como es, que reconoció su alma atormentada y su valor lo recuerda. Gatsby no tiene nada, sólo a él mismo y el peñasco que se derrumba son sus obsesiones

-  Cabiria. En esta obra de Felini, aunque Cabiria soporta los peores horrores y bajezas de otras personas, nada vence a su espíritu y a sus ganas de vivir. A pesar de que su vida no mejora, quizá ni mejorará. 

 - Hartigan y Marv (Sin city). Ambos representan la muerte después de una vida de fatalidad: el no poder estar con quienes amaron, una vida de injusticia, de enfrentarse al poder y la corrupción... y fracasar. Esos son Sísifos modernos de una sociedad corrompida

- Dawn Wiener (Welcome to the dollhouse). Esta joya de Todd Solondz es la muestra de Sísifo en la adolescencia: una adolescencia que evidencia aspectos crueles, que saca lo peor de ti y que muestra que en la vida no hay esperanzas: que aunque nos aferremos a creer que las cosas cambian con el tiempo, simple y sencillamente esa mejora no se ve venir, no existe. 

Y sin embargo, se puede ver a estos Sísifos sonriendo: se ve a Carrie feliz por su coronación, a Gatsby feliz por recuperar a Daisy; a Cabiria sonreír mientras se va con la caravana; a Hartigan y Marv haciendo justicia, entre otros. Sísifo tiene su lugar en el cine: en muchas de las mejores películas que he visto. 



domingo, 27 de abril de 2014

Jamás se acabará

Cuando me preguntan qué pienso del bullying, de la delincuencia, la corrupción... siempre respondo que mejor ni lo intentemos, no porque sea fatalista ni porque me haya pasado a mí o yo lo haya hecho a otras personas. Lo cierto es que no pienso en quien me ha molestado, no es importante para mí: si bien lo es en el momento de la agresión, convenientemente olvido y convenientemente recuerdo. No me interesa lo que piensan de mi, porque tampoco les interesaría a ellos lo que les dijera. 

Además de ese principio de reciprocidad con las personas, también he notado que hay una fascinación con el agresor: la víctima es poco menos que dejada, estúpida y nunca sabe qué hacer. Lo cierto es que no siempre una persona sabrá que decir tendrá la energía para prestar importancia a las personas que son agresores. No es justificación, pero ¿qué culpa tienen otros de un problema personal o qué difícilmente se solucionará con alguien con quien te desquitas? 

El agresor vive su infierno... casi siempre son cosas muy estúpidas, pero de alguna forma tienen una importancia para él, dentro de su esquema la diferencia duele y no hay motivo para que haya otras opiniones. De alguna forma es patológico y patético. 

Pero, tendemos a idealizar a las personas que cometen crímenes: admiramos su astucia, el abuso, que puedan interponerse, incluso las autoridades los apoyan (siempre un tirano tiene sus matones, que fastidian a gente decente y que no representa una amenaza) Rara vez se meten con alguien de su tamaño. Un punto débil de ese delincuente, matón o corrupto, es que nunca ha estado en una situación de iguales circunstancias. 

Quizá por eso las personas tienen fascinación con la venganza: el agredido se vuelve agresor y recupera su respeto, gobierna y patea a los otros. Aunque no es representación correcta, es muy efectiva para que la gente se conozca, es un dilema apasionante y es, como una interpretación modera, una forma casi poética de justicia, de retribución. 

¿Qué les diría a personas que he dañado y que me han dañado? Que eso ya está hecho: continúen con su camino: No se les ha retribuido nada ni se han hecho mella a nadie. Su vida es igual de aburrida, su estupidez continúa y creo que es lo único que tiene en su vida: ese momento en dónde creen que controlan algo, pero llegan a su casa y son igual de ignorados, se sienten igual de mierda y no les importan a nadie. ¡Hurra por sus viejos logros! 

Nos conviene creer esto porque nuestra vida es absurda, es una tontería. Y quizá no es tan interesante. ¿Saben cuál es una defensa para los agresores? Hacer otras cosas con la vida, tener ideas diferentes. No hay mella que puedan hacer en una persona que siempre se enfrasca en otras ideas y no se queda en la misma. Un problema se vive, se obtienen conocimientos de él, pero no se queda en él como algo que define la vida misma, no es algo decisivo: las cosas cambian

Muchas personas no hay solucionado su pasado: yo no digo que perdonen o que sean pasivos ante la vida. Enfoquen sus energías a otras ideas, cambien toda la estructura de lo que conocían, tengan ideas contrarias. Un estúpido jamás tendrá razón ante una persona que ha cambiado: su esquema permanece intacto. Pero una persona que se mueve, rara vez se sentirá afectada por algo así.

Lo peor de los agresores, además de que son apoyados por personas a los que les cae mal el agredido (pero no tienen huevos para aterrorizarlo ellos); es que siguen pensando en sus viejas glorias... incluso usan eventos del pasado para creer que harán mella en tí. Esa idea del pasado horroroso, que tiene poder sobre ti, casi escrito en piedra, déjenme decirles que es de las visiones más maniqueas y manipuladoras de la historia. 

Por eso es que la historia tiene diferentes interpretaciones: para que se arme un rompecabezas y se tengan ideas diferentes lecturas y se siga aprendiendo de los hechos. De vez en cuando eso ayuda a crecer, a madurar. Es cierto que tiene su grado de dolor, de otros hechos que no son tan agradables, pero es cierto que no es tan diferente cuando tienes otras experiencias en la vida. 

Quizá a mi me molestaban porque era un verdadero pain in the ass. A lo mejor había algo que nunca les agradó de mi y también ellos tienen ideas sobre mi que, puede ser que sean ciertas. Así como hay cosas positivas que no creo, pues tampoco tienen importancia para mi. 
Tal vez tengan razón, o no. Ta vez sea un motor y algo por lo que pasamos, pero, como otras cosas en la vida, no nos define ni debería tener poder sobre nosotros.  



viernes, 25 de abril de 2014

Canciones con filosofía: Out here on my own

Adoro los musicales: ¿qué sentimiento no es mejor expresado mas que con una canción? ¿qué no es el canto como el llanto ahogado entre música? ¿no es una forma de sublimar el dolor, entre vestuario, trama y pasos de baile?

La siguiente canción se desprende de la película Fama (de la serie Fama y de la canción que también se llama Fama), es un canto al esfuerzo, al anhelo de los sueños y al profundo dolor que es el día con día que experimentamos al perseguirlos. 

Cuando hay días malos, es buena terapia confrontarlos con una canción. Luis González de Alba escribe que, estas piezas inducen a la tristeza, pero con una especie de gozo, el cual nos ayuda poco a poco a enfrentar el dolor de, por ejemplo: no ser aceptados, que las cosas vayan mal, que sea difícil alcanzar una meta, por mencionar algunos. 

Dicha canción describe lo que a veces siento cuando trabajo en algo, cuando hay malos días en los que se juntan las labores y es difícil tener calma. No me justifico, pero siento a veces que las cosas me rebasan. 

Lo cual me trae ideas contradictorias: es posible que la meta alcanzada sea grande, que haya una gran recompensa o que no pase nada. Pero nada de esto me ha impedido abandonar. 

En esta parte del camino, lo que más tememos es a nosotros: estamos solos, limpiamos las lágrimas que a nadie mostramos... Nos preguntamos mil veces la misma objeción, pero cada vez con más pruebas, con más convicción, autoengañándonos, tal vez, pero ¿qué las grandes verdades no comienzan con las grandes mentiras? 

Sólo buscamos apoyo en nuestros anhelos, en lo que nos hace felices, en lo que nos volverá más fuertes... en las personas que amamos. Porque cuando estamos solos, el otro es el que evita que nos vayamos a pique. 

Tal vez no ganemos, pero no se nos puede rechazar: aquí, en nuestra soledad. 





miércoles, 23 de abril de 2014

Von Trier y Haneke o la filosofía y el sexo

Aprovechando esta temporada de guardar y pensar en lo que hemos hecho, decidí ver Ninfómana (volumen 1 y 2) en un día, el siguiente decidí complementar la información que tenía con la película La Pianista. 

Parece que no estaba satisfecha (insert joke here), aunque el trabajo de Von Trier es impecable, filosófico, hecho de referencias e imágenes obsesionantes; creo que trata demasiados temas a la vez y no es tan controvertida como dicen. De hecho, presenta guiños y referencias a obras que son mucho más provocadoras y polémicas como las de Sade o Haneke. 

¿Los filósofos hablan de sexo? Si en un sentido y no en otro. No puedo contestar categóricamente si o no. Es una discusión delicada: hay prejuicios, cosas políticamente incorrectas, decisiones difíciles y posibilidades 

En un ámbito de divulgación sí que hablamos de sexo: quizá su dimensión política, el cuerpo y el discurso que trae consigo. Lo cierto es que no hablamos en el ámbito de lo erótico, de las sensaciones. Incluso negamos que haya algo como eso: la sensación, los sentimientos son meros supuestos problemáticos en algunas filosofías. Creo que no tenemos demasiada información en un sentido de investigación. 

Quizá el mayor filósofo del sexo es Sade, pero también está Foucault y Derrida. Obviamente Foucault con sus tesis de el fascismo en el cuerpo y con los volúmenes de Historia de la Sexualidad. Derrida con la animalidad del hombre: parece que la dimensión sexual pertenece al hombre en su aspecto más salvaje, más desinhibido y fascinante. 

Cap. 1 Von Trier. Los filósofos no hablan de sexo. 

Para nada: su más reciente película, Ninfómana, no habla de sexo... teoriza acerca del sexo, nos muestra escenas de sexo (pero que no tienen poder en lo visual, eso es muy importante); pareciera que la obsesión de la Ninfómana es el sexo... Pero No es de sexo. 

Una de dos: puedes sentir que es una gran estafa... pero estás ante la obra de un fílósofo: tan extensa como breve, cuyas connotaciones te hacen pensar en Cervantes, Shakespeare o Moliere: mientras que en esas hacen referencia al lenguaje en descripciones definidas como un Hidalgo, mi Romeo (o un Otelo), un Tartufo... con Von Trier es una Ninfómana. Con Sade es un libertino el que empuja los resortes de la acción. La lista sigue y sigue. 

Ninfómana es una película de sexo: No, porque no te habla de sexo... pero eso es una de las tesis más provocadoras que he visto: Lo sexual proviene de lo no sexual. Un fetiche, un sentimiento, una representación, el olor, cierta propiedad del objeto (que sea de cierta forma, tamaño, altura). Todo lo que nos gusta hasta fascinarnos... viene de algo que No tiene por qué despertar deseo. 

Distinción inicial de Foucault: 

En el tercer volumen de Historia de la Sexualidad, Michel Foucault habla sobre dos maneras de explorar la sexualidad: 

- Scientia Sexualis. Es, de la forma más clara en que lo entiendo, toda la teorización acerca del sexo: cómo funcionan, cómo se llaman los órganos sexuales, qué sucede ante determinada situación biológica, social, ciertamente en el ámbito de la biopolítica. Todo lo que sea teorizar, analizar, argumentar acerca del aspecto sexual de la vida de las personas. 

- Ars Erótica. Son los aspectos dentro del juicio de las personas que conforman su vida sexual. Juicio en el sentido de si les gustan, si les permiten elaborar un conocimiento acerca de su sexualidad (sin ser teóricos). Pero no se agota en el aspecto práctico. Algunos ejemplos que tengo en mente son las parafilias (comportamientos que erotizan al sujeto mediante ideas o representaciones basadas en cuestiones tan habituales que parecen que no entran en la sexualidad); fantasías sexuales (que en cierto modo se basan en algo que no estaba en la realidad para hacer una especie de realidad alternativa), sensaciones: una vida puramente basada en el cuerpo. 

En el caso de la película de Von Trier: el hombre que ayuda a la ninfómana (interpretado por Stellan Skasgaard) sería la representación de la scientia sexualis. La ninfómana (personificada por Charlotte Gainsbourg) es la Ars Erótica. El papel de la masculinidad y la feminidad parece que son intercambiados para hacer una crítica: mientras que la ninfómana expone a los hombres como algo tan complicado. Las armas que tienen las mujeres para seducir parecen aprendidas de un hombre: algo de manipulación, imagen, ser visual y ser incluso vulgar y mentirosa para conseguir sexo sin sentido. ¿Habría problema si fuera un hombre, un adicto al sexo? Creo que no habría problema para nada... sería más cómodo de ver. 

El enigma del filósofo 

Ninfómana es una película difícil: porque hay muchos aspectos de la mente femenina que ni siquiera nosotras somos conscientes. La masculinidad se presenta como un enigma o rompecabezas (puzzle). Si algo saben hacer los filósofos son puzzles: poner todas las piezas juntas de una imagen que jamás llega a completarse. Von Trier lo hace trayéndonos una de las secuencias más conmovedoras y fascinantes sobre la mente femenina. No es un puzzle fregeano, kantiano; un puzzle de la filosofía del lenguaje: es un puzzle en donde reconocemos sentimientos, evocaciones, imágenes mentales y el amor: el objeto del deseo, casi siempre es el objeto amado. 

Puzzle se traduce como enigma o rompecabezas: en el rompecabezas juntamos las piezas y vemos una figura, pero si nos falta una, por pequeña que sea no vemos la verdadera imagen. Siempre habrá algo por lo que no se completa el puzzle. Nuestro razonamiento, nuestra búsqueda es así. 

El placer está ligado al dolor

Cuando la ninfómana no puede sentir, ciertamente es cuando entra en contemplación: cuando salen a flote su teorización sobre la vida, la ausencia y la naturaleza de la mujer. Es cuando parece que se asoma su instinto maternal, pero desaparece cuando regresa la sensación. 

La ninfómana siente cierta desesperación cuando su fuente del placer desaparece por lo que recurre al riesgo: experimenta con las barreras del idioma, sadomasoquismo, lesbianismo: cualquier cosa que la saque de su rutina. Una rutina en donde podemos caer cualquier mujer. 

Es un argumento recurrente que el dolor, los sentimientos, son importantes porque nos hacen sentir vivos, sólo así podemos completar enigmas, diferenciar de lo cotidiano. Las emociones que implica el sexo y la vida no son un supuesto problemático: son parte de nuestra naturaleza. Quizá se pueden desarrollar dentro de nuestra animalidad o dentro de si mismas: cuando la ninfómana se entrega al dolor, no hay miedo, redescubre su sexualidad y se libera. 

Políticamente correcto

El desarrollo del filme versa sobre la aceptación terapéutica mediante la scientia sexualis. Haré un paréntesis para contar una anécdota. 

Leía una revista de chismes de la farándula y otras más para adultos (de esas que venden en los paraderos) Encontré dos conclusiones que llamaron mi atención. 

- De lo que se tiene culpa es del acto mismo, no de la persona involucrada ni de lo que sientas tú. 
- Las prácticas sexuales no son consultorio sexual. 

La primera conclusión la dio un sexólogo a un hombre que se sentía apanicado de encontrar al transexual prostituto con el que había tenido relaciones: preferiría no encontrárselo, porque temía que lo reconociera y lo avergonzara. Era un desplazamiento hacia el hecho que no podía aceptar que le había gustado ese tipo de sexo: que le gustó porque no iba con lo que le decía la sociedad ni su masculinidad. En sí, es absurdo que se lo encontrara en la metrópoli y es absurdo que el prostituto no guardara discreción. No es una situación tan bizarra en si. 

La segunda conclusión, es un poco más radical, tiene la particularidad de mezclar scientia sexualis y ars erótica: dentro de tus gustos, es necesario que el sujeto sea consciente de qué ideas le hacen daño, qué prácticas implican más riesgo y cuáles no está dispuesto a cambiar. Muchos de los sentimientos que presenta, generalmente se pueden volver más comprensibles o aceptables mediante la teorización del sexo en términos del conocimiento de las prácticas. 

Por ejemplo: podemos pensar que el adulterio es un gran daño para una pareja, pero, visto desde otros fines, puede reducir un estrés causado por la vida en pareja. A veces el riesgo es una especie de factor para que los individuos encuentren seguridad y así toleren las mismas consecuencias de esa vida. Las ideas no son tan peligrosas como parecen. 

Ejemplo del pederasta. 

¿Hablan los filósofos del sexo? Si, pero hay observaciones cargadas no de teoría, sino de prejuicios: cuando la ninfómana presiona sexualmente a un pederasta, haciendo que evoque un deseo reprimido, el pederasta suplica, llora: tal deseo es su perdición, es la causa del sufrimiento. Aunque nos provoque asco o saque a relucir nuestras cerrazones, el pederasta es también una especie de Sísifo insatisfecho: alguien que anhela, que parece terminar una tarea de antemano perdida. Nunca va a concretar su deseo. En palabras de la ninfómana es un desterrado sexual. 

La ninfómana se convierte en filósofa: logra sentir empatía por un enemigo público, entender su dolor y desesperación. Y logra poner el dedo en la llaga de la múltiple moral (doble, triple, usted escoja la cantidad según sus prejuicios)

El término desterrado sexual aparece en el filme, pero es un término digno de un tratado filosófico: parece que no sólo habla a un sector, habla a la humanidad como naturaleza sufriente, que nunca podrá materializar un deseo: ya sea porque está oculto, ya sea porque es vergonzoso, ya sea porque es difícil pasar de la teoría a la práctica. Hay prejuicio. 

La segunda vez que la ninfómana filosofa es cuando dice que la scientia sexualis, el discurso acerca del sexo, no debe ser políticamente correcto: porque hay piedras de toque para constituir la democracia: la censura del lenguaje es una estupidez, un problema oculto no implica su inexistencia. Evidencia aún más la podredumbre, distorsiona la autonomía del individuo. 

Y tenemos derecho de sentir, de comportarnos como se nos dé la gana: de ser putas, de ser amantes, de buscar sexo sin sentido. No es falta del mismo ni abundancia: es una búsqueda personal mediante el fenómeno sexual. La scientia sexualis es descriptiva, no regulativa: si a mi me gusta el sadomasoquismo no implica bondad o maldad, implica que hay una parte de mi ser que tiene tales creencias, manifiesta ciertas ideas con respecto al dolor. 

Y mucho menos implica incomodidad: si alguien le molesta el asunto sexual, que no lo mencione, que lo oculte para sí o que se corte los genitales, pero que no venga a proferir insultos, salpicar de fracasos y contagiar de prejuicios a quienes buscan su experiencia. Tenemos derecho a disentir: ese es un aspecto político, construído mediante el sexo. 

Tenemos derecho de ser como somos. El daño a terceros es un efecto colateral, la gente puede recuperarse de eso, puede entender otras cosas con los años. Pero castrar a un individuo, desterrarle, culparle de ser como es y satanizarlo: es para defecar en las bocas de los políticamente correctos. 

Y no, no hay que renunciar a eso para que unos cuantos imbéciles se regodeen en su inmudicia. No hay que dar comodidad a quien de facto, te ha rechazado. 

Final: guiño a Sade

El guiño a Sade es cuando, una vez que la ninfómana se ha sanado, ha conseguido otro amigo (aparentemente), observa que el camino que tome su vida sólo puede ser dictado por ella misma, que sólo ella puede juzgar sus acciones y no otros. Y que el paso a ser una mala persona, puede darse en cualquier momento. 

Aunque parece que la ninfómana recibe su merecido, es obvio que puede ser tanto víctima como victimaria: pero eso la hace una persona completa. Al final, da ese gran salto a lo que será su destino: su verdadera personalidad. 

Capítulo 2 Haneke, la mujer oculta 

Parece que me contradigo... pero después de observar la película La Pianista de Haneke, Ninfómana me pareció una historia de amor o un caramelo de Von Trier. Pero es que eso es: una historia de amor y de aceptación de una mujer que es incomprendida, menospreciada y que se odia a sí misma. Pero que con la terapia de la scientia sexualis y la ars erótica, logra unirlas con filosofía para crecer. 

Hay un guiño a Sade con las libertinas y madrotas. No es un spoiler pero en Sade parece que empiezan de niñas perversas con deseos sexuales increíbles para convertirse en sacerdotisas de la depravación, asesinas y alcahuetas. En Ninfómana se observa un poco, acompañado de un discurso político y de una argumentación provocadora. 

Haneke, por su parte no observa una evolución, sólo una pérdida de sentido. Lo que más es difícil para una mujer es pasar del pensamiento a la acción. Creo que es un retrato más cercano a lo complejo que es ser mujer en un ambiente totalmente rígido, sin oportunidad de ser distinta y libre por ser quien es. 

Hay un mejor tratamiento del prejuicio: uno intuiría que una mujer dedicada a las humanidades, sobreprotegida, delicada, sería... pues... sensible. Lo cierto es que todos sus infiernos, no son más del infierno que vive día con día, de esa torcidez que no sabe desde cuándo empezó. 

Es un aspecto de la feminidad poco explorado: una mujer que no quiere ser tratada con pinzas de amor y erotismo: quiere sexo con violencia, confesarse, liberarse de la culpa siendo, irónicamente, castigada. Que puede tener ideas tanto más provocadoras que un hombre. 

El papel de los hombres radica en su sensibilidad: tanto en Von Trier como en Haneke se observan hombres comprensivos, con tendencia al puro erotismo, los rituales y la entrega. Las mujeres en ambos filmes, se ven presa de sus obsesiones y sus padecimientos, sufren el hecho de querer ser tomadas. No pueden ser libres y, aunque la ninfómana adquiere cierto poder sobre sí, es porque se convertirá en algo mucho peor. 

Me pareció mucho más contundente la película de Haneke: ese individuo torcido, sin posibilidad, profundamente castrado por una sociedad hipócrita y déspota, que busca a toda costa un chivo expiatorio para otros vicios y puerqueces. 

Y ¿los filósofos hablan de sexo? 

No estoy ahora tan segura: hablan cuando es un problema del aspecto que tienen que tratar, como Foucault con la tesis del fascismo en el cuerpo. Pero parece que hay una insuficiencia de argumentos, de razones y de aceptación de los supuestos problemáticos. Tengo que decir que no hablamos de sexo: porque es un medio extraño para canalizar o hablar de otras cosas, aunque lo mencionemos, jamás diríamos algo tan importante... Los filósofos no sabemos mucho de sexo, porque de lo que no se puede hablar hay que callar. 

lunes, 21 de abril de 2014

11 cosas que no entendía, cuando llegué a la carrera

Si de algo saben los filósofos es del error, no crean que tenemos una vida llena de contemplación, cine de arte, música clásica, libros raros. Para demostrarles lo contrario, les traigo esta lista de las cosas que no me hicieron nada de sentido antes de decidir que quería esta carrera. Es una lista vergonzosa, demuestra lo estúpida que puedo llegar a ser. Y me enorgullece, porque gracias a eso soy lo que soy. 

Las cosas que no entendía, ahora pues más o menos o de plano no, son: 

1. Las palabras y las cosas. Michel Foucault. Lo único que recuerdo es el análisis de las Meninas. Todo lo demás me hacía pensar: si así lo hacen los filósofos... entonces no quiero ser uno. No quiero saber de este libro más. Lo odié mucho tiempo, después volví a él, pero sigue sin convencerme. Aún así, valoro el reto y no olvidaré que abrió puertas de mi percepción en cuanto a la sexualidad, la política y el arte. 

2. El mito de Sísifo. Albert Camus. Aunque mi consigna en la vida es: Todo somos Sísifo, la primera vez que leí el libro no le entendí para nada... Y si, lo leí otra vez, leí el Extranjero y como que vi otras cosas. Pero la primera vez, parecía griego. Pero es de esos primeros libros que te retan y que lees una y otra vez, descubriendo algo nuevo e inspirador. 

3. Mullholand Drive. Neta, no le entendí ni jota: quién sabe si porque me distraje, si porque era la primera vez que la veía... pero no le entendí a Lynch. ¿Por qué termina así Naomi Watts? ¿Que pasó con Camilla?  Me la tuvo que explicar Zizek para que la entendiera. Una vez más el poder de la filosofía me salvó de la filosofía misma. 

4. Naranja mecánica. Stanley Kubrick. Esta obra de Anthony Burgess recuerdo que la vi en la secundaria... Nada, para mí no tenía sentido, no le entendí para nada: los términos, la ultraviolencia, las secuencias... Nada, sólo me impresioné, nunca había visto nada igual. Sólo recuerdo que me hicieron sentido ciertas secuencias de los Simpsons. Pero en sí, era como ver una película turca sin saber el idioma o el contexto. 

5. Eyes Wide Shut. Stanley Kubrick. También la entendí por Zizek... Mi lección aprendida es: si quieres ver una orgía sofisticada, espera la parodia triple XXX, pero no veas la película con ánimos de morbo, porque habrá muchas mentiras en la secuencia. Esta película es una disertación sobre la libido femenina, lo sexual y el mundo de las posibilidades. No es para prenderse ni nada. 

6. Yepa, yepa, yepa. Silverio. Ok, estoy en una fase (en filosofía estoy en mi etapa analítica), pero en música y filosofía estoy en una etapa de redescubrimiento silveriano. Al principio no me hizo nada de sentido... incluso no estuve de acuerdo. Pensé: ¿esto qué es? No lo podía creer, era malo per se. Pero, no podía dejar de mirar. Incluso su canción El iluminado, como que despertó una especie de morbo y después la pura fascinación porque la ponía una y otra vez. Después que lo redescubrí, se convirtió en un filósofo del caos. Se convirtió en algo significativo lo que hacía. 

7. El nexo entre estética y cine. Mucho menos el nexo entre estética y psicoanálisis. La verdad es que sólo veía las películas pasivamente... de hecho no consumía cine de arte en mi adolescencia, porque no lo entendía, lo cierto es que fui entrenando mi sensibilidad con historias del cine, apreciación, lectura de planos, análisis de secuencias a lo Zizek (pero sin psicoanálisis); espacio y tiempo en cada toma. En verdad que era un tema apasionante. Cambió mi modo de ver cine, de elegir películas. Cierta vez tuve una pelea con un snob del cine, pero quedó claro lo que era para mí: Para ti - le dije- el cine es una forma de arte, para mi, es un lugar donde se consumen pelis y palomitas. 

8. La moda no es superficial. Un poco de esto lo entendí por Gilles Lipovetski. La verdad es que no me gustaba la moda, pero después supe que era una forma de arte. Una vestimenta jamás será un disfraz, la ropa que usamos es una extensión de nuestra personalidad, no es verse como piñata para aparentar originalidad, nacionalismo o apoyo a una causa. Es un mundo interior en donde nos ayuda la alta costura, las tendencias y el estilo. Aún leo mis revistas de moda y veo: qué razón tienen los diseñadores, las editoras exigentes, los fotógrafos y los publicistas. 

9. La vocación, la virtud y el esfuerzo se resumen en una pregunta: ¿qué estás dispuesto a hacer? Gene Simmons (si, el de Kiss) se levanta todos los días a las 5, trabaja, da conciertos y administra junto con sus otros tres amigos judíos, trabajadores y listos lo que es la empresa musical que han creado. Tolousse Lautrec, enano, deforme, enfermo: ha hecho el mejor impresionismo que se ha creado, la mejor publicidad de su tiempo (un cartel para Moulin Rouge), Balenciaga perfeccionaba su estilo a diario, Mozart trabajaba arduamente. Pregúntate, seas lo que seas, no interesa, qué estás dispuesto a hacer. No sólo horarios, hábitos alimenticios, sacrificios en mayor o menor grado; pregúntate si estás dispuesto a sufrir, a cambiar de opinión, a creer lo imposible, a aceptar que hay algo más grande, fuerte y mejor que tú, a entender al otro, a aceptar, a frustrarte. Eso es lo que no derrota al hombre. 

La gente cree en cosas ideales, pero imposibles: cree que para hacer algo es necesaria omnisciencia lógica, ningún principio filosófico, habilidades extraordinarias, perfección, ser poco menos que dios padre. Huevos: la vocación es que vamos a hacer día con día para hacernos lo que queremos ser. Si algo me enseñó The goodfellas es que, hasta para ser un desgraciado, hay que tener vocación: estar dispuesto a hacer para ser. 

10.  Que Sokal NO tenía razón. El Sokal affaire es uno de los episodios más controvertidos para los filósofos: un hombre de ciencia manda un artículo chafa a una revista de posmos. El artículo es publicado, desatando una de las mayores cazas de brujas de la historia. La filosofía del posmodernismo es un chivo expiatorio, incluso se cuestiona la utilidad de la filosofía entera. Sokal es un héroe... nosotros, un manojo de sinsentidos. 

¿Será esto el fin de la Filosofía? Pues claro que NO: si algo me enseñó esta disputa es que, el que no entiendas algo no quiere decir que sea basura. Es más, cuanto más lo desprecies y censures, tanto más morbo genera haciendo que sea imposible su destrucción (vaya paradoja, Alan). Que elijas fragmentos de Marx y expongas sus sinsentidos, no destruye el marxismo per se, que digas que algo no sirve para nada, no alejará a quienes quieran conocerlo, practicarlo y hacer de ello su forma de vida. Quien es prejuicioso, no es una especie de lógico del sentido, sólo expone su problemática con eso y ya. 

11. Ser filósofo, ser cualquier cosa, no implica superioridad de ningún tipo. Que practiques algo bien te hace capaz en ese campo, pero eso no cura tu vida personal, no te hace incuestionable en otros campos ni te aleja de lo malo del mundo. No tienes ni idea de lo que pasará y son pocas, nulas, tus certezas para creer que por tomar una posición ya no hay peligro. No trato de educar con el miedo... sólo quiero que sepan que hacer algo que te gusta no significa una medicina para lo que no funcione contigo: muchas cosas de las que reniegan o te han traído problemas en el pasado se pueden agudizar y puede ser que no encuentres lo que quieres en el mundo. Eso no quiere decir que no seas competente, pongámoslo así: que tu actividad y proyecto sea una extensión de ti, no lo único que hable por ti: nada de lo que hagas hará que te dejes de equivocar, o que dejes de ser quien realmente eres. 

Un bonus 

Y lo que más me cuesta trabajo admitir que no entendía es: 

12. La Filosofía Analítica. Si, de hecho no sabía ni por qué era una división de la carrera. En serio: no entendía por qué estaba ahí. Hasta que leí El miedo al conocimiento de Boghossian, entendí la forma en que trabajaban los filósofos. Leí después ¿Qué significa todo esto? Y un libro que me ha ayudado en la carrera: Introducción a los problemas y argumentos filosóficos. Cuando leí con atención este libro, observé las discusiones, el rigor, las referencias y los argumentos (premisas y conclusión), la terminología... todo eso me encantó, me convertí a la filosofía analítica. Así quiero escribir: porque me despertó, me obligaba a poner atención, a estar atenta y a hablar cuidando mi lenguaje. Y era algo en donde tenía que trabajar, en donde no podía ser improvisada: es todo lo contrario a lo que yo, confieso, soy. 

Descubrí ese mundo y me quedé en él: eso es lo que quiero hacer aunque no siempre lo entienda, sea avanzada o vaya lento. Yo estoy dispuesta: es como las propiedades y la lógica modal temporal: que hoy tengas una propiedad, no quiere decir que mañana será así. Hay algo en la filosofía que se llama cambio y, aunque es difícil de explicar, existe. 

En conclusión, aunque no entienda muchas cosas, y no haya vida para todo lo que quiero saber o que pueda conocer, es obvio que no siempre será así. Creo que el cambio principal se da en el conocimiento, después, llega el sinuoso camino de la acción, pero ese camino sólo tiene sentido con el esfuerzo, con no esperar a que llegue eso que buscamos: salir y enfrentarnos con él. 

domingo, 20 de abril de 2014

Silverio o el mundo externo.

Esta nueva sección es traída a ustedes por la composición Cómo pasé mis vacaciones de verano, semana santa, puente por fecha que no recuerdo, lo que sea 

Lo único interesante que hice en estas vacaciones (de lo que hice mejor ni hablamos, porque no fue nada...) fue el presenciar a uno de los más grandes artistas de todos los tiempos. Uno que me hizo despertar de mi sueño dogmático (sí, así de cabrón está); me hizo ver las cosas de otras manera: el amo del misterio, míster Silverio: su Majestad Imperial 

La anécdota

Me enteré del evento que se anunciaba: Jueves santo con Silverio. Fue en el Imperial, un lugar muy cerca del parque México. Aunque iban personas muy estándar de su público, debo decir que su Majestad, como me referiré en adelante a Silverio, atrae demasiadas attention whores: aunque siempre hay más hombres adelante, en este caso había muchas chavas en grupos. No se si será así de ahora en adelante. 

Una attention whore es un individuo (hombre o mujer) que desesperadamente va a un evento, o sale a la calle a hacer cualquier cosa con tal de que lo veas, lo escuches, sientas que está ahí. Generalmente lo consiguen en ambientes muy concurridos y planean que una persona como su Majestad se las brinde. Pero a su Majestad es muy difícil que tales whores llamen su atención, por lo que con algunos insultos y desplantes se las quitó de encima. Bravo, su Majestad, bravo. 

Canciones

Comenzó su Majestad con Yepa, yepa, yepa, que es la consigna obligada para que empiece la fiesta; siguió con Disco Triple X (un poco setentero, pero increíblemente fresco y original); Hagámoslo, Perro, que es su nuevo sencillo. Salón de Belleza (feat Otto von Schirach), Electrificante, El pulgoso mix (lo reconocerán por el coro que interpreta su Majestad: esta canción la canto yo / todo / el día / esta canción la canto yo / todo el día ay /). Bombeando en Masaryk, gran canción, gran video. Una de mis canciones favoritas acerca del sexo, la cual se llama El iluminado, El baile del Diablo (que en este caso duró 7 minutos, en otras presentaciones dura 9). Gorila, la cual hizo que su Majestad bailara en la barra del Imperial, ante los sorprendidos como yo y los que ya han ido a sus shows. 

Terminó con Super ídolo, la que para mí es una de sus mejores piezas. Yo le grité que la tocara, a lo cual contestó: Tú no me mandas guey. En ese momento pensé: Su Majestad imperial me insultó, pero en el mundo de lo extraño significa que le simpatizo

Y, considerando que a muchas de las attention whores les escupió, aventó mocos, les enseño la verga, les hizo mentadas con sus aparatos, aventó y les dijo toda clase de groserías... creo que a mí no me fue tan mal. 

Las mejores frases de su Majestad

¿Frases o insultos? Con ese gigante no hay diferencia: 

- Esto es lo mejor que tendrán en su puta vida. Valen verga 
- ¡Mamacita chupo todo! Frase ya inolvidable de su Majestad. 
- Pinches aguados (al momento que imitaba que bailábamos de la verga)
- Su Majestad besa a una attention whore y le dice: Esto es lo único que tendrás en tu vida, pendeja. ¿Existirá algo mejor que eso?
- Su Majestad se suena la nariz y sale un moco transparente, le dice a la misma whore: Ahí si quieres te lo guardo para cuando gustes
- Su Majestad remata a la attention whore: Muñeca, estás de la verga, pero me caes muy bien. 
- Su ya conocida frase: Música moderna... para gente pendeja.
- Gritando: CÁAAALLATE IMBÉCIL 
- Tragan camote a bocanadas.
- Cuando salpicó de sudor a los presentes: Pura pinche agua bendita cabrones 

Ante todo esto: reí, lo grabé en mi memoria para siempre. 

Lo más alucinante

Su Majestad rompió de un patadón, la mesa en la que estaba su Octapad, aventó cerveza, se peleó con algunos imbéciles, bailó como Beyonce (quienes conocen a su Majestad lo entenderán) y saltó al comenzar el show, imagen que dio a pie a muchos memes. 

Su vestuario era su traje azul de poliéster, con su camisa roja. Un cinturón brilloso con aplicaciones de pedrería roja. Sus botas negras con calcetines del mismo color, el casco romano harto sudoroso cuando acaba el concierto y sus ya conocidos calzones rojos, en los que bailó para las damas. Bravo, su Majestad, una y otra vez

Tomó la gorra de uno de los que estaban hasta adelante del escenario, se la metió en el pantalón y la devolvió al público. Su majestad es célebre por devolver sudadas las prendas que le avientes, dado que se limpia con ellas la verga y las axilas. Las personas a las que les ha pasado eso, he visto, reciben el gesto como un gran regalo. 

Mi reacción al principio era de nerviosismo total: el show de su Majestad Imperial es una de esas cosas que tienes que ver, experimentar y entender al menos una vez en la vida. Silverio no sólo es un grande, es necesario: para tocar un botón que dice Destroy yourself, que hace que explotes con gritos, insultos, exhibicionismo y baile hasta que duele el cuerpo.  

Era como una niña o como un homínido que descubre algo por primera vez: los sentimientos a flor de piel, como si viera al que será una leyenda, al que se hizo a sí mismo. Mis manos estaban en mi cabeza, impresionada, a un lado de la acción como espectadora. Pensaba: ¿¡No puedo creer que lo hizo!? ¿¡Alguien más lo vio!? ¿¡Vieron eso!? ¡Hey, whoa, hey! Cuando tiró la mesa de su octapad le grité fuera de mí: ¡Estás cabrón Silverio!  

Pero su show es pura energía, locura total e incertidumbre. Llegué muy tarde a casa, me dolieron las piernas y el cuello, me levanté tarde... Pero ¡por eso fue que me gustó tanto! Si en mi vida tengo la oportunidad de verlo otra vez, mi búsqueda tendrá un nuevo sentido, uno más fresco. Y es que toda la semana anhele un evento que no me decepcionó para nada, un evento que fue mejor de lo que había en la videoteca de internet, un evento que me hizo muy feliz. Filosofé y dormí como bendita después de verlo. 

Promoción desvergonzada

Los shows son algo que te despiertan de tu sueño dogmático, te hacen consciente de que hay un mundo allá afuera: donde existen artistas fascinantes como él, que son capaces de hacer que tu cabeza explote en toda clase de detalles que regala en sus videos. Que mientras crecías, el ya era un fenómeno en sus presentaciones. Que ser agredido, arrestado e insultado sólo lo hizo mucho más fuerte y que sus posibilidades son infinitas. Sus videos hacen que quieras ir a verlo, no para ser hostil, sino para experimentar el fenómeno Silverio; te hacen pensar: ¡Carajo! ¿Cómo no estuve ahí? Pude haberlo visto... 

Su discurso es hacer arte sin hacerlo, es tomar al rock star vale madre, bravucón para darle su merecido a todos los que quieran ser hostiles: Silverio, su Majestad imperial, no se deja de nadie. 

Y eso también es un arte, hay tanta hostilidad en el mundo, que con su nihilismo se torna en comedia, en instantánea inolvidable y en un estilo que No hay en este país. Porque si algo tiene su Majestad es la creatividad y originalidad para darnos algo nuevo, en LP, disco, show, envuelto en unos calzones rojos que estrujamos con agrado. 





sábado, 19 de abril de 2014

Filosofía y Terror

Este es un planteamiento didáctico, no está basado en un libro o en ensayos anteriores. Está basado en observaciones y experiencias obtenidas de las películas, las series, documentales e historias que he observado desde que soy adolescente. 


Espero encontrar libros que sustenten lo que pienso. Lo cierto es que la mayoría de las veces me he encontrado con que mi interés al leer no se complementa con lo que me gusta como espectadora. Puedo ver películas de arte o muy populares y leer a la vez de filosofía de la ciencia, liberalismo o filosofía de la lógica. 

No siempre leo un libro sobre cine a la vez que veo ejemplos de las películas citadas, no siempre tengo esa metodología. Lo que sí hago es incorporar vocabulario de la filosofía analítica a prácticamente todo lo que consumo como espectador. Estilísticamente es diferente, pero por momentos parece que sólo conociera de filosofía analítica, la cual es mi preferida, no lo niego. 

Distinción inicial acerca del terror

La pregunta que quiero responder es ¿por qué da miedo lo que da miedo? Es algo muy simple y mi planteamiento también, lo sorprendente es que tardé dos años en darme cuenta de lo que escribiré a continuación

Hay dos tipos de terror en una fuente u obra:

- El que se ve. Terror provocado de la manera más pornográfica posible: como el estilo de John Carpenter en la cosa de otro mundo; como la descripción de los crímenes en American Psycho; humillaciones, masacres, golpizas, guerras. Está cercano a lo gore y al realismo. 

      Lo cierto es que en esta categoría hay una especie e ficcionalismo: se encuentran los monstruos (Alien, It), las representaciones catastrofistas y distópicas (como en las novelas de tesis a lo Orwell y lo Huxley; las películas de desastres naturales); las alucinaciones que replantean la existencia (La escalera de Jacob, Estados alterados). Son de cierto modo reales, en el sentido que involucran al espectador a participar en sus propias ideas y miedos que sólo conoce por introspección. Lo cual nos lleva al otro tipo de terror

      - El que no se ve. Como la sugerencia de una violación (es el caso de un Tranvía llamado deseo) o un crimen que no se observa (como en Psicosis de Alfred Hitchcock), la incertidumbre, desesperación al no poder defenderse (como I spit on your grave). O una especie de decadencia sobre la cual las personas sacan lo peor de sí, relegando a la representación del terror que si se ve como una amenaza secundaria, incluso trivial. 
     
      Por ejemplo, las series de zombies o donde hay pandemias o monstruos: no es el caso que la amenaza sea tal catástrofe: la amenaza son los otros seres humanos en que No podemos confiar ni observar la humanidad que profesarían si eso nunca hubiera pasado. 

       O bien, en el caso de It de Stephen King. Recientemente vi una reseña cómica por el Crítico de la Nostalgia; lo que llamó mi atención para argumentar acerca de que si It es o no una película de miedo es que, no importa tanto lo terrorífico (o tremendamente cómico y cruel) que luce el payaso. Lo que recuerdo que me da mucho más miedo es el sentir lo mismo que los protagonistas ante una situación de abuso escolar: nadie te entiende, te anima y creen que es tu culpa. De hecho hay un apoyo y ánimo al agresor y una humillación del agredido. Es una situación de incertidumbre y en It está muy bien representado. 
    
      Stephen King no es de los autores que sea un epítome del terror, pero es muy familiar el acercamiento que hace y el manejo de las situaciones. Creo que es un nivel muy básico para acercar a una narrativa más compleja, pero King lo hace muy bien y creo que ese es el mérito para otras obras mucho más sobresalientes. 

Sin temor a equivocarme, concluyo que el más poderoso es el terror que no se ve. Un monstruo bien puede ser sólo lo que representa lo que no ves: el desplazamiento hacia la verdadera amenaza. Es lo que hace que se mueva la mente, al vacío de la incertidumbre y a los caminos que no desea recorrer, pero que de hacerlo, el individuo se descubre como sobreviviente, como héroe, en algunas honrosas excepciones. 

A lo largo de mi vida, siempre he temido a los monstruos: aquellos que veo en el cine con todos los efectos especiales, el maquillaje; el imaginario que obtienen de la mitología y los bestiarios… El Alien, Eso, La cosa del otro mundo; la niebla y hasta las sombras, han sido objeto del viaje de mi mente.

El movimiento de nuestra mente: eso es lo que excita al terror, es aquello que más impulsa las acciones, el sentimiento y la confusión. El monstruo, el agresor, el contrincante, busca que se mueva eso para traer la acción, a costa tuya. 

Y el terror no es más que la incertidumbre: ese umbral que no nos atrevemos a pasar, porque aunque nos persigan los monstruos, los mil demonios y luchemos contra el mal, aquellas cosas que imaginamos, que rigen nuestro catastrofismo personal siguen ahí y se materializan o magnifican según nuestros infiernos. 

Después de todo ¿Qué es lo que preferimos sentir en vez de miedo? Ira o rabia son lo más fácil, pero al final todo viene de pasiones débiles y pedestres... las más poderosas, las que controlan nuestros centros de miedo. Incluso en política: la incertidumbre es uno de los motores para el terrorismo o para un mal gobierno. No saber qué es lo que pasará, alimentar una amenaza inexistente para sacar a relucir lo peor de nosotros, es un paso para la manipulación y para la castración de un individuo. 

Sabia virtud de conocer el miedo. 






miércoles, 16 de abril de 2014

Canciones con filosofía: Happy

Empezaré con un lugar común: la felicidad es un fin en sí mismo, un fin perfecto y en donde se puede realizar la contemplación. Tal es la idea de Aristóteles en la Ética a Nicómaco.  

Muchos siglos después viene un filósofo, bueno, no exactamente un filósofo músico como Dylan, Lennon o Richards... pero es un gran músico. Hace proyectos como N. E. R. D. Clásicos como She wants to move y Maybe, de inspiración beatlemaniaca, claro homenaje a la penúltima etapa del cuarteto de Liverpool, el piano que toca juro que es igual al de McCartney. 

Poco después hizo el mejor tema para unos tenis sin arco, la marca no importa, pero la canción se llama My drive thru, con la colaboración de Julian Casablancas (otro gran músico, sobreviviente de los Strokes) y Santogold: la mejor comparsa, el mejor video en stop motion, el comercial más deleitante e informativo que he visto sobre tenis. 

No importa la película para la que fue adquirida esa canción, de hecho, rara vez importa lo que rodea una canción cuando es universal, cuando habla de un mensaje tan poderoso y cuando conecta la mente y el cuerpo en el ritmo del corazón. 

Pharrell Williams: músico, influenciado por Nile Rodgers, por McCartney, un poco por el sonido Motown. Ha hecho que las personas se unan en algo mucho más bello y fuerte. La búsqueda de la felicidad frente a los problemas, el expresar el ánimo con el movimiento el cuerpo, el saber que las etapas de la vida no son duraderas: pero esas colecciones de soles puede que brillen más cuando vemos las cosas de diferente manera. 

Pharrell es un filósofo: supo recuperarse de la adversidad, aprovechó su momento, conjuntó sus influencias para hacer lo que todo filósofo querría: llevar felicidad a los hombres con un mensaje fresco, brillante, pero bellamente confeccionado. Hecho del pasado, pero que trasciende espacio y tiempo. Ahora lo que ha iniciado le supera, como las ideas filosóficas y los filósofos. 

El coro que va in crescendo, en donde se repite la palabra Happy, Pharrell declara algo que debería entrar en nuestras mentes, en especial cuando atravesamos un mal momento: 

Bring me down, can't nothing
Bring me down, your love is too high (let me tell you now)
Bring me down, can't nothing
Bring me down, because i'm... Happy!

Es una declaración que avanza con el baile: vemos a individuos diferentes, moviéndose hacia adelante: cómo debería ser. Un salir avante en los problemas y ser feliz, lo que es un fin último. Tal vez así llevaremos felicidad a nuestros padres, colegas, maestros y a nuestros alumnos y lectores. No es casual esa postulación de felicidad como fin. No es algo trivial: es una ley de vida para que funcionemos y para que superemos aquello que pensábamos era un gran obstáculo. 

Tal vez un día nuestro mensaje llegue, como llegó el de Pharrell, a todo el mundo. 



domingo, 6 de abril de 2014

Personas que hablan de filosofía, sin ser filósofos

El profesor Carlos Vargas, en la asignatura de seminario optativo, tenía una tesis que servía de hilo conductor para la comprensión de la enseñanza de la filosofía: las personas que mejor la enseñan NO son filósofos. Es una tesis provocadora, pero no es controvertible. Trataré de esbozar algunas consideraciones: 

- Metodológicamente, los no filósofos ven objetivamente a la filosofía, la ven de forma distinta y es probable que su aportación sea original. 
- El discurso es distinto, no académico. Abundan metáforas, figuras y sentimientos
- Uno puede acercarse más con estos recursos que con argumentación, con lógica y con seguimiento histórico. 
- Los no filósofos nutren su arte con una visión filosófica. Generalmente, es un diálogo en donde es difícil distinguir a la filosofía de la cultura. Según Hegel en Lecciones de filosofía de la Historia, el filósofo hace a la cultura. Esta es una forma de entenderlo. 

Lo que podría contraargumentar es que el rigor es una forma de dar seguimiento a una discusión. Creo que esos contenidos nuevos y esas visiones, puede ordenarse mediante la lógica y mediante la consulta de las fuentes. No es una relación antecedente consecuente, es más bien una especie guión para que haya compresión, nuevas lecturas y relación con el tema principal.  

Dicho esto, ahora les presentaré una lista de pruebas, que, con todo el poco rigor, con todo mi sentir y mi experiencia filosófica demuestran que los mejores maestros para aprender filosofía no son filósofos. Es una especie de Sargento Pimienta, pero muy mal hecho. 

1. Jaime López. El autor del himno nacional, no oficial, mexicano: La Chilanga Banda, no sólo expone el uso y plasticidad del lenguaje, la figura del peladito y el ingenio del mexicano (virtud que a veces parece su peor defecto). López se revela con conciencia cultural, un creador que tiene al hombre en su más alta estima: porque sólo alguien puede hacer ver algo tan común, tan ordinario, como una muestra de genio. 
López también habla del liberalismo, de la frontera tanto geográfica como de los sentimientos, de cuando el mecanicismo falla (escuche Desenchufado, por favor), hace ingeniosos juegos de palabras y arte musical, sólo un artista puede hablar de la filosofía a los hombres mediante su música. 

2. Sergio Zurita. Locutor, dramaturgo, columnista especializado en teatro. Su programa, Dispara Margot Dispara, es una extensión de su personalidad filosófica, de sus ideas de corte liberalista y crítico; de la exposición y seguimiento de la filósofa Ayn Rand. Del profundo amor que tiene por su vocación teatral y de un sentido del humor original y fresco. 
Sergio Zurita me inspiró a estudiar esta carrera: por él comprendí que toda idea, por más simple que sea, es incipientemente filosófica. El motivó a mi lectura de Rand y de Joseph Campbell, de Becket, de Arthur Miller, de Bob Dylan, de Jaime López, del humor filosófico que hace pensar y reír. Tal vez un día se entere, mi corazón latiría mucho más fuerte. 

3. Bob Dylan. Dylan es el tratadista, el sociólogo y filósofo en un cantante folk. El manifestante que vio el saber de una época y los conocimientos de su tiempo. Su discurso es tan complejo como cualquier libro filosófico. Cada vez que se le escucha, se aprecia algo nuevo, se penetra en su sentido. Su discurso es atemporal y ciertamente será un referente musical de la filosofía. 

4. Martin Scorsese. Por dónde empezar... Scorsese es filosofía de la historia, del funcionamiento de un gobierno y de la construcción de la identidad nacional (Pandillas de Nueva York); el individuo que se somete a la violencia para combatirla, el inadaptado social que sigue el camino del héroe (Taxi Driver); la animalidad del hombre en contraposición a la razón, la brutalidad de la codicia (The wolf of wall Street); las raíces de la corrupción y del juego doble (The departed); la vocación del hombre más violento no por una profesión, sino por una forma de vida que se adereza con la violencia (The goodfellas); la incompletud del ser humano propuesta por el mecanicismo, cuya parte faltante es la aceptación de los sentimientos, la magia del cine como mediación de la vida (La invención de Hugo Cabret); el viaje de un director para construir su identidad y sus fascinaciones (Mi viaje a Italia)   
Martin Scorsese es un cineasta filósofo: no sólo por la multivocidad de sus películas, todo es nuevo en la película que observas, el aburrimiento no es compatible con su narrativa y cada idea filosófica tiene representación en alguna secuencia. 

5. José Joaquín Blanco. Ensayista de la vida cotidiana, cronista de la identidad de los mexicanos. Sus historias son tan maravillosas como Scorsesse, pero sólo se pueden encontrar en libro en los estantes olvidados de la Vasconcelos, o en su blog: La iguana del ojete. Blanco habla sobre los intelectuales (El asalto de los profesores), sobre el chisme, de cómo funciona el ambiente artístico (en Bernal y Beatriz) ; los crímenes pasionales y la idiosincrasia del mexicano (La tragedia del castigador); del alejamiento de la pareja y las dificultades para el autodescubrimiento (Mátame y verás). Gran reseñista, traductor de Maupassant, maestro y hermético en su personalidad: lo conocereis mediante sus escritos, tan filosóficos como literarios. 


viernes, 4 de abril de 2014

Silverio y Robin Thicke

Nunca dos representaciones tan dispares y tan distintas producen una idea clara y distinta. 

Ambos me gustan, ambos son artistas, ambos llevan el deseo y el éxtasis a niveles de la libido y la fascinación femeninas. Tan diferentes... tan poco apreciados porque usan su imagen para la lectura de otros temas de los que casi nadie hablan. Silverio y Robin Thicke. 

Redescubriendo a Silverio. 

Tenía sentimientos encontrados cuando escuché a Silverio, pero fue porque no entendí el concepto ni tome con humor la broma. Ahora veo un artista que habla sobre el mal gusto, que hace arte sin poder hacerlo (paradoja brillante). Veo un discurso cuyos elementos visuales, culturales y musicales se configuran para una expresión filosófica, para una denuncia. Estoy fascinada con Silverio. 

Rastreando sus antecedentes humorísticos, un poco haciendo genealogías como hace cualquier filósofo, Silverio viene de la tradición de Tony Clifton. El genial Andy Kaufman (Taxi, Saturday Night Live) crea a un cantante irreverente, divo, que insulta al público y varía las reacciones: desde el que sabe el engaño a ultranza, hasta el incómodo que lo abuchea o arroja cosas cuando se presenta. Eso es Silverio, pero con una identidad mexicana, crítica y con conciencia cultural. 

El saber de elementos, darles un toque de creación: algo que no había antes ahora lo hay. Con expresiones nihilistas  e invitantes al caos por el caos. La figura de Siverio no lleva la fiesta, ES la fiesta misma. Es un artista. 

Las personas que lo entienden, incluso valoran el insulto: hacer que en un mundo hostil algo se vuelva cómico sólo es traza de un verdadero genio. 

Su sencillo: Bombeando en Masaryk (que en sí mismo, debería ser tema de análisis el título), explota simbolismos de la sexualidad: un túnel, la forma fálica de un rascacielos, el ritmo de la penetración en un ingenioso juego de figuras entre una motocicleta y una mujer. El acto sexual aderezado con la representación y la música: el sólo video es una fascinación. Combina la parodia y el psicoanálisis. 



Silverio juega con el exhibicionismo: explota que la gente seguirá mirando, que está a la expectativa de lo que él haga. Su imagen con una trusa roja y botas, la forma de su cuerpo y su desenvolvimiento: es imposible no observar. Juega con el morbo del espectador y con las reacciones: ¿por qué mirarle, si no es un modelo... o si lo es? No hay una solución aparente. 

Sólo hay un cabo suelto en el puzzle de este artista: no lo he experimentado, porque detonará mi locura. Tiempo, oportunidad y pasta he tenido... pero no puedo decidirlo tan fácil: es un riesgo que aún sigo cuestionando. Supongo que es por la escasa oferta de conciertos que sean de mi interés y el miedo a los riesgos. 

Todo lo que se de él, es por lo que me he documentado, analizado y oído. Nunca lo he visto: si es un provocador en escenario, creo que volará mi frágil mente, lo reconozco. 

No fue de mi agrado su presentación en el pasado festival, cuando salió a cantar con Laura León. Lo cierto es que con ese acto hubo una lectura de alabar lo pedestre, lo popular por encima del arte, el mal gusto en su máxima expresión. Sólo un artista pudo haber capturado esto y ese fue Silverio. 

Y Robin 

Robin Thicke conjuga elementos culturales con discursos que emanan ternura y empoderamiento. No es del tipo de Silverio... es un hombre increíblemente atractivo, pero, difícilmente puedes dejar de mirar. 

Estos dos cuerpos tienen la misma estructura, pero el revestimiento de la carne es lo más difícil de descifrar: un hombre bien parecido, otro que es morbosamente encantador, dueños del escenario y un discurso similar. El juego del sexo por la mirada. 

Thicke configura elementos de películas o clips pornográficos para empoderar a una mujer y que decida tener sexo. Silverio juega con su mente y con sus deseos. Sabe que el acto sexual requiere de ciertas cosas que en un principio no aceptará, pero que la harán considerar su posición. Silverio provoca y Thicke invita, pero ambos se dirigen a un mismo fin. 

Uno de los elementos es la fotografía, la edición y el hecho de contratar a mujeres que parezcan actrices populares pero que claramente tengan actitudes que sólo encontrarías en la pornografía: como bailes eróticos, actitudes sugerentes y aceptación de cosas que normalmente no harían. 

Silverio es directo, Thicke sugiere que puedes hacer mucho más. Silverio produce fascinaciones, Thicke habla de ellas para que puedas pensarlas. 

Por qué no habrían de juntarse ambas ideas, creo que lo que demuestro es que hay distintas formas de llegar a la cosa. De acercarse y conocerla, el juego de las reacciones quizá sea el elemento más aleatorio, pero el más atrayente. 

Sin duda, ambos son considerados e interpretados por su imagen. Pero, en el discurso, la imagen es un mero artificio o extensión del mismo: ambos son algo más por la manera en que ordenan sus elementos. Ambos saben qué límites explotar. 

Tarde o temprano tienes que mirar: lo que no te guste también eres tú. 




La sublimación mediante la prostitución

Sobre si las mujeres tienen derecho a dedicarse a la prostitución: diré que si. Y eso no tiene que ver nada con la moralidad, ni con lo que yo piense. Es un trabajo. 

La polémica recaería en cuáles son las posibilidades de este trabajo: porque los argumentos siempre versarán sobre eso, ni siquiera sobre el trabajo mismo. Por ejemplo: ser científico no sería cuestionable si sólo hicieran bombas y algunos compuestos tóxicos: esas son las posibilidades. No es el único trabajo del científico. 

Tampoco voy por argumento faciloide que las prostitutas sirven de consuelo, que sirven para escuchar a aquellos que no hablan demasiado, que son una especie de sanadoras, nuevamente, eso es una posibilidad de su trabajo, que no siempre las define. Es cierto que la persona de vez en cuando necesita clandestinidad en el sexo, un poco de sabor a prohibición, a sordidez e ilegalidad. Necesita atreverse y como no es posible confesar todo ni a uno mismo, la prostituta cumple con su función. 

Es la sublimación del deseo, de aquello que no se puede hablar y que uno calla. Es hacer algo prohibido e incluso sentir excitación por el hecho de pagar (en serio, esa parafilia existe), creo que es por lo que será es difícil la extinción de la prostitución. Siempre será paradójica la sexualidad, siempre habrá doble cara, habrá censura y prejuicio. Con la prostituta se entra al reino de lo posible. Esta censura y prejuicio siempre alimentarán a esa industria, pero por otro lado, no se es capaz del abandono de estas creencias. 

Paradójicamente, es la forma en que podemos expresarnos libremente: dentro del riesgo, dentro de lo explícito. Parece que las barreras se eliminan y no sólo es el alquile de un cuerpo: es un desahogo, es empezar a expresar lo no permitido. 

Salud social y ontología

La prostitución debería ser la columna de la salud pública: de la sanidad de los cuerpos puede haber sanidad mental. Que no sólo haya seguro médico, crédito: eso no es una utopía, es una urgencia que de no atenderla, sería una hipocresía ontológica: nos engañamos deliberadamente sobre nuestra naturaleza. El primer engaño es negar importancia ontológica de los sentimientos (deriva en la negación de las pasiones). El segundo, creo fuertemente que es la negación de la sexualidad. 

Ahí es en donde entra ese ambiente: los ambientes liberadores no son siempre los mejores escenarios, se conjuntan todos los elementos lúgubres, los instintos más poderosos son los más pedestres. Pero la sublimación de lo estos sólo se obtienen con la prostitución, con aquello que no debe ser. 

Es un asunto espinoso, porque pensamos que la prostituta tienen  valor nulo, que solo es un recipiente de todo cuanto tenemos, lo cierto es que hay un intercambio: algo habrá de ella que bloquees, que olvides o que te ayude a comprender. El desahogo no es dejar de ser, es ser de otra manera. 

La censura a nosotros es manifestada por el otro: en realidad no queremos hacer cosas a otro porque es un límite de nosotros mismos. Observo a mi pareja idealizada, incapaz de hacer algo que sólo yo pienso y siento ¿qué me hace pensar que otros se someterán a mis deseos? Es un intercambio también. 

Sobra decir si hay deseos, no se puede fingir lo que no se tiene o no desarrolla. La posibilidad de la libertad del deseo es brindada por este servicio. Tenemos pruebas: lo más prohibido es lo que más se desea: violación (escenificada y con riesgo), profanar lo que tenemos en otro estatuto; el incesto, la parafilia, la ilegalidad. Todo ello se conjuga en este encuentro. 

El chivo expiatorio

Y para quien cree que una figura es recipiente de lo denigrante: sólo busca un lugar para verter su porquería, fingiendo que está limpio. Un lugar donde concentrar su ira y se la toma con la prostitución: porque nunca ha aceptado que ahí está lo posible, lo verdadero, lo paradójico que permite el significado de la contradicción. 

La prostitución es un símbolo poco interpretado, pero lejos de la actitud: no se menciona porque no da problemas, me parece que los asuntos transversales a ellas cobrarán dimensiones terroríficas. Es una urgencia que jamás debió negarse.