lunes, 13 de septiembre de 2021

Canciones con filosofía: Love's A Game

The Magic Numbers sencillamente me cagaban: esa ondita The Mammas and the Pappas pero para gente fresa, llorona y probablemente obesa. Sólo eran Forever Lost, en donde salen dibujados ligeramente más delgados de lo que son. Se me hacían como de la buena ondita, de ser positivos y esas idioteces. Los despreciaba, eran lo peor. 

Luego lloré con ellos como dos veces: era una fresa, llorona y si, si estaba  obesa. 

Pero no me importaba: había perdido cosas que yo creía importantes. Forever Lost creo que fue cuando una persona ojete me traicionó... ¿Ana tal vez? ¡Ya se! ¿fue Eduardo? Así de vago es el recuerdo. El sabor que antes era amargo, hoy es un insípido tolerable. 

Ya he dicho que veo las cosas de otra manera: ¿la gente es estúpida?, si. ¿Te lastimará? Si. ¿Se hacen pasar por tus amigos y después quieren que pierdas todo porque creen que así serán mejores? A huevo que si. Pero eso es pensamiento mágico pendejo, rara vez sucede. 

He puesto mis causas perdidas y antes creía que se compondría una relación que yo consideraba importante. Esa persona jamás sabrá cómo me siento ni lo que tuve que soportar para llegar a donde estoy. 

Esa persona me cobró por existir, por una deuda que no tenía, me cobra hasta el aire que respiro y me dice que no me importa nada. Pero ella me dice que si pudiera, ojalá me llevara la chingada. 

Fue entonces que recordé que yo siempre le creo, que siempre me humillo, que le pedí disculpas hasta por nacer. Que le he dado aún cuando no he tenido. Que todo lo que me cobra, aunque se haga wey, lo tengo bien anotado y que simbólicamente, si la persona quisiera, perdonaría la deuda que se inventó, porque lo único que siempre quiso fue cortarme las alas. 

Pero esta última vez que nos peleamos, que me dijiste cosas tan espeluznantes como siempre y que reafirmaste tu desagrado hacia mi, me di cuenta que ni vale enojarse contigo: eres todo lo que está mal con la gente: insatisfacción, venganza, pensamiento mágico, acumulación de negatividad, desórdenes alimenticios y positividad tóxica. Eso es lo que eres y me lo quieres achacar a mi. 

Un día se atrevió a decir que prefería a alguien enfermo que a mi. Pues yo prefiero mi salud que a ti. Poco a poco nos iremos alejando y yo sanaré mis heridas. Tu no quieres hacerlo. 

También su pareja me culpó que no hicieron su vida juntos. Pero cuando intentó dejarme a la deriva por irse a perseguir quimeras, ¿eso no te lo contó verdad? Cuando le conviene soy una rompe hogares, cuando no le conviene soy una caca, cuando le conviene soy super inteligente. Pero siempre le conviene que sea una estúpida. 

Siempre me echó en cara las cosas. Siempre quiso derribarme, pero yo voy a dedicarme a luchar para alejarme. Cuidadores siempre hay, las cosas siempre cambian, la tecnología ayuda también. 

Ya no me importa lo que haga. Sencillamente no es ni humillante: sólo siento pena por esa persona. Soy el error más honesto que cometió, pero ya estoy aquí y quiero seguir viviendo. Pero para mí, no para la persona. 

Yo ya no me voy a enojar porque siempre ha sido ridícula: cree que es el centro del mundo y que todo se trata ha de tratar de su persona. Cree que una enfermedad te hace bueno y que todos deberíamos tener pensamientos positivos. Es come santos y caga diablos. No agradece a nadie y cree que siempre tiene la razón. 

Y la principal fuente de negatividad suele ser esa persona. 

Cuando la intentó estafar su pareja, ella se dio cuenta que no me podía culpar más a mi, que yo no tenía que ver en el error que había cometido. Yo no me di cuenta, mejor me dediqué a verme. Fui responsable. Ella ni en millones de años va a admitir su error. Hoy día ya no pienso, qué poca madre, pienso, lo que hace la gente por tapar los asuntos que les afectan. 

Ojalá la vida me permita que nuestros caminos se separen. Siempre es lo mismo: te hiere de muerte y luego regresa con su ramo de flores. Cree que el amor va a borrar el ojo morado, la herida de muerte con el punzo, la fractura de cráneo, la de la cadera... El alma herida. 

Yo he dejado de tomar a la persona en serio. 





domingo, 12 de septiembre de 2021

Algunas de mis causas perdidas.

He perdido un poco mi fuente de escritura: mis desgracias con personas imbéciles, ojetes, narcisistas, ladronas y culeras. Osea, si siguen siendo así esos pendejos... pero como que ya no me importa. 

Cuando me peleé con Cristian Gutiérrez él intentaba que me enojara y frustrara porque no me apoyó con mi proyecto de tesis: dice ser un buen maestro, pero, honestamente no lo es. Y no estoy ardida, como dice su amiga codependiente, que ahora no me interesa hablar de esa chica porque siempre la pasa mal. Yo no quiero sumarme a su desgracia describiéndola. 

Él bloqueó muchos de mis intentos de exponer la tesis: me citó un día para dejarme exponer al último, nunca me dio una retroalimentación, sólo se dedicaba a decirme que leyera más, que viera lo que él consideraba que era correcto. Saboteó proyectos desalentándome, me juzgó de manera personal por algo académico, pero cuando algo estaba bien, simplemente no existía para él. Su amiguito Javier, aunque intentó quedar bien conmigo, le puse límites igual que a él. Mejor les pego primero, porque si dejo que me peguen me destruyen. 

Me reclamó que le mentí, cuando era un asunto privado y no afectaba realmente nuestra dizque amistad. Cuando le dije que era autodidacta, me lo reviró negándome ayuda. Cuando le dije que por qué era su negativa dijo: pues no que eres autodidacta. No le gustaba mi sentido del humor, en el fondo yo le cagaba. Nunca estuvo de acuerdo con quién era yo ni cómo era. Cuando me deprimí me invitó a una fiesta... Ya no se ni con qué intención lo hizo, pero como que sentí que era una forma de decirme: ábrete. Y pues si, si quería abrirme. A la verga todo. 

Un buen día, Cristian me criticó por última vez: lo confronté pero sólo logré que me hablara mucho para decirme poco. Fue ahí cuando pasó un milagro, algo mágico, algo que no esperaba. 

¿Se acuerdan de Peanuts cuándo los adultos hablan, como con una especie de trombón o de distorsión de la voz? Pues así me pasó con él. Y es que ya estaba hasta la madre de que me pusiera el pie. Era más lógico decirme que no, después de todo, el es un lógico ¿no? Porque querría actuar irracional alguien que se precia de ser ló... wait a minute? 

Y si, me di cuenta que yo lo idealizaba. Un amigo, poeta y compañero de amargura, me dijo: No, no idealizaste, lo viste mejor de lo que él se podrá ver. Y si, no tiene nada que quiera de él ni que me pueda gustar. De hecho, muchas cosas que no me gustaban las tomaba como pequeños detalles. Pero no lo eran: tenía muchos defectos y chocaba conmigo. Y me dejó de caer bien hace mucho tiempo. 

Yo estuve sola un tiempo y empecé a imaginar personas como él para seguir adelante. Vi lo que eran, vi cómo eran y resultaron ser iguales o peores que yo. No porque supieran algo tenían derecho a humillarme. No porque creyeran que todos eran unos idiotas, lo eran de verdad. A muchos de ellos les daba envidia la inteligencia y la autenticidad y te bajaban a cada maldito momento. 

Su voz se empezó a distorsionar: las críticas vacías, las ganas que tenía de verme mal, el coraje contenido... Ya no estaban ahí. Yo ya no sentía nada. Y si se lo hubiera dicho con sinceridad, él nunca hubiera hecho lo mismo. 

Y me decidí a ignorarle, a no pasar por los mismos lugares: la universidad se hizo grande otra vez y me dediqué a mis proyectos. Me di cuenta que estuve sola todo este tiempo, me di cuenta que no quería estar en donde no querían que estuviera. 

Simplemente dejo de importarme, como magia. No le debo nada a quien jamás me apoyó. Supongo que un día será como él tenga que ser, pero yo no quiero estar ahí cuando suceda.