martes, 31 de diciembre de 2019

La ira feminista

Durante muchos años sentía problemas de ira. Ahora sólo tengo un amargo pesimismo. Dicen que me falta pasión, que soy una pocos huevos, pero pues, chido. 

Alain de Botton dice que para curar el enojo y la ira que viene de acumularlo, es mejor ser pesimista: ¿Para qué me molesto? ¡Si este guey es un pendejo bien hecho! ¿Para qué me enojo? ¡Si sigue siendo un muerto de hambre aunque me asalte y me amenace! ¿Para qué entrar en ese juego? ¡Si esta bruja narcisista es igual de patética que yo! 

Estuve ante un desfile de jefes pendejos, de idiotas narcisistas, siempre en un eterno bucle de mediocridad, de apatia, de intolerancia, con su estúpida creencia de que ellos sabían todo y que tu, por antonomasia no eras nada, que podían prescindir de ti y que sólo estabas para hacer el trabajo pesado. 

Todos dicen lo mismo, una y otra vez, estoy cansada de este cuento: No te calles, alza la voz, la justicia actúa, hay que hablar... Ya he pasado por todo esto y sólo obtuve que me ridiculizaran, que defendieran al agresor y que, esto es increíble: si la agresión no era lo suficientemente fuerte no la publicarían siquiera. Así como lo leen. 

Escuché la canción de La culpa no era mía, bueno, una pieza performática en donde las mujeres se empoderan y pues, estuvo bien, creo. Vi el performance en México, en Chile, en España, nunca vi algo que fuera tan unívoco, tan poderoso: estamos enojadas, sin importar la agresión que sea, seremos escuchadas y además van a salir a la luz todos estos abusos, el acoso, todo lo que pensamos. 

Al día siguiente vi el mismo performance, pero estaba sobrepuesta la canción de El Norteño, la que trata de que se la chupe su sirvienta. 

Y después vi el video con la versión remix, sobre un ritmo de regueaton, de perreo, para bailar, para diversión y beneplácito de esta corte. Vi el video en donde se burlan de las mujeres y les gritan: ¡Mejor vayan a hacer la cena! Vi el video en donde ya no son las mujeres haciendo el performance, sino chicas en yoga pants con movimientos sensuales de twerking. 

Y vi, finalmente, el video de los jugadores del América, en donde se reían y gozaban con la canción. Ellos asimilaron el ambiente y el clima propicio para la injusticia con la mujer. ¿Serán víctimas también? ¿Sabrán lo que está pasando?

Una imagen de lo sagrado hace que lo sagrado se trivialice, nuestra seguridad, nuestro empoderamiento, nuestra integridad, todo esto se trivializó... quizá empezó por las buenas intenciones, por molestar, porque nada se toma en serio en este mundo tan serio... quizá es por la necedad de que nos hagamos escuchar. Quizá la dominación será televizada. 

Ese día no sólo se trivializó el hecho de ser mujer, sino el hecho de sentirme cómoda en mi propia piel. 

Sobra decir que fue un año pésimo.