Pero si hablaré de la melancolía, de esa melancolía que produce el rechazo... vaya que es difícil cuando te das cuenta todo lo que duele, pero también es un paso importante, te sientes orgulloso de ti porque eres un guerrero, porque sabes cómo tratar las heridas y curarlas.
Mi historia la contaré con seis meses de distancia... un filósofo siempre llega tarde, pero es porque tiene algo que decir, algo que discutir y analizar. Si no fuera porque tengo a la filosofía, estaría un poco más sola
No hace mucho que fui rechazada por un hombre muy guapo, se parece a Joel Edgerton en el Gran Gatsby, yo siempre lo hacía reír, discutíamos cosas, teníamos algo en común que eran series de televisión y gustos extravagantes. Todo era increíble, estaba deslumbrada por él.
Era algo provocador y sarcástico, además que se desesperaba horriblemente, a veces era huraño y perdía el juicio. No dejó de parecerse a Joel Edgerton, pero actuaba como Tom Buchanan.
Lo que creí que era amor, rápidamente se convirtió en un sueño roto. Hasta que noté algo que era bello y melancólico a la vez: yo tenía una ilusión otra vez, quería hacer algo con alguien y reía otra vez.
Entre él y yo sucedió la magia. Y aunque no era la relación que quería, me dí la oportunidad de vivir mi fantasía, de querer a alguien otra vez. Despertó mi ensueño y mi ternura, mi bondad. En un mundo enfermo y agonizante.
Y me hizo poner en perspectiva lo que quería, que es ser vista por quien soy pero con los ojos del amor y de bondad. Que, aunque los opuestos no se atraen, hay que buscar la felicidad. No lo tenemos todo, pero necesitamos una nueva ilusión.
No tengo todo ni a él... pero me sobra juventud y me muero por vivir.
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