domingo, 2 de enero de 2022

2 Canciones con filosofía: Faust

Poco a poco me he ido recuperando de las cosas que pasaron. No hubo algo tan malo para mi y pude entender mi rumiación. Un día, que no fue especial ni emocionante, me di cuenta de algo: mi papá no me quería. Nunca me quiso. 

Y no me derrumbé: me cobró cosas que según eran para mi manutención. Hacía comentarios sobre mi peso. Prometía a mi mamá una vida juntos, sin mi. Jamás vio por mi, jamás le interesé, jamás llamó. Mi mamá lo apoyó mucho y es de las cosas que no puedo entender. Tal vez con los años, no lo se ni me interesa. De ambos me separaré un tiempo, espero sin rencor ni preguntas, sino como un proceso natural. 

Cuanto más escuchaba esta canción, Faust de Paul Williams, más me consolaba. Yo me veo diferente cada año, y dentro de esa diferencia hay cosas que quiero, algunas las he adaptado, pero básicamente son las mismas. 

Faust es una alegoría de la obra escrita por Goethe, en donde una persona que ha adquirido el conocimiento pero ha perdido la juventud. Faust desea compartir su vida con alguien como Margareth, pero no puede por su condición de anciano; es en ese momento cuando es tentado para vender su alma para recuperar su juventud. El intercambio es sencillo: queremos tener todo, juventud, sabiduría y amor. Queremos alguien por quien merezca la pena vender nuestra alma. 

Faust es un modelo antropológico, porque, cualquier persona puede ser tentada por algo que desee. Y cualquier persona puede ser redimida en cuanto hace un acto desinteresado. Goethe, dentro del romanticismo, se adelanta a muchos tropos que observamos hoy en día. 

Pero esos tropos ya no tienen una realidad ahora. Como muchas cosas que hoy sentimos: antes pensaba en entregar mi alma a alguien, pero he descubierto que así no es el amor, cambia como todo lo demás y como las creencias alrededor de él. Muchas personas con las que me he topado, en especial narcisistas y codependientes, creen que estoy amargada porque no deseo ser de alguien más. Otros me han llamado estúpida o mucho peor, porque, he analizado esta idea y he dicho tesis controvertidas como que alguien puede enamorarse dos veces, en diferentes etapas de su vida, de diferentes personas. Vaya, qué escándalo, no imagino cuando sepan que defiendo el voto de las mujeres o la libre empresa...

Yo por mi parte, sigo pensando que yo si daría mi alma a un grupo de personas: que anhelo un grupo de amigos y que anhelo una felicidad que no termine. Y con felicidad me refiero a cierta plenitud y tranquilidad. A hacer lo que me gusta y cumplir con mis metas y proyectos. A veces me siento mejor por un periodo de tiempo, a veces me siento estresada, con mucho trabajo, pero... a veces me siento cansada de sentirme triste, de ser miserable todo el tiempo. Eso no me hace inteligente ni consciente, sólo me hace miserable. Me tomó mucho tiempo entenderlo. 

Y eso es porque, adivinen qué: tengo muchas creencias que me hacían daño. Como que una relación puede durar para toda la vida. Que perdonar hace que las cosas sean mejores y se avanza... Que el sexo es importante en cantidad y no en calidad. Que un duelo es lineal, que la familia no te detesta... Que si tu te detestas hay algo terrible, no siempre, de cierto modo tienes que ver lo detestable de ti para seguir adelante. Que la tristeza te hace parecer más inteligente... Que hay que agradar a todos y ser perfecto. 

Yo pensaba como Fausto y como el Fantasma: podría vender mi alma por un amor... luego eso se fue diluyendo cuando me enfrenté a una relación normal. Cuando fui a terapia de pareja (yo sola), cuando intentaban abusar de mi psicológica y hasta físicamente. Yo quiero a alguien que me ame, pero si tiene que decirme en algún momento que no me quiere o que tenemos problemas, es válido separarnos. 

Sigo interesada en la amistad, en el amor, en soñar. Sigo peleando conmigo, pero ahora me veo diferente. Se que no va a haber mal que dure cien años. Que cada celebración y cada navidad van a ser distintas, Que he pasado cosas terribles, pero sigo aquí. 

Y tampoco es como que se haya derrumbado mi mundo: así se sintió y así lo vi en ese momento. Veía muchas películas y usaba muchas metáforas, porque no tenía las herramientas. Creía que mi primer amor sería el único y el que yo sentía de verdad. Y sólo fue una creencia perniciosa o una forma en que me estaba volviendo codependiente. 

Por eso agradezco a muchas herramientas que tengo y muchas ideas que me conforman estar con quienes quiero estar. Agradezco no ser gustada y que se me hayan cerrado puertas y que se hayan cerrado círculos, porque yo no les debo nada a esas personas. Ya estoy cansada de sentirme terrible conmigo. 

Sólo sueño que un día estaré con un montón de amigos y que mi amor estará de mi lado. Y que todo lo que viene, si no es mejor, será distinto. Y eso es lo que me hace no ser tentada por promesas falsas. 









No hay comentarios:

Publicar un comentario