domingo, 31 de diciembre de 2023

Mi vida a través de Abba

Ya había explicado una parte de mi vida a través de las canciones de Scissors Sisters. Una parte llena de vitalidad, optimismo, felicidad, en la que, incluso parece que la depresión es algo que le pasará a otras personas. 

Esa parte funciona con esas canciones de grupos y de ritmos frenéticos y con colores brillantes. Esa parte sale cuando escucho las letras emotivas y bellas, con música disco, inspirada en los años setenta y por los genios de Suecia. 

Estoy hablando, por supuesto, de la sensación de Eurovisión, Abba. 

La canción S. O. S. era interpretada por una joven Andrea. Me gustaba más que Dancing Queen, la cual hace sentir a una chica como si fuera la reina del baile. Llegué a bailar Dancing Queen pero me gustaba más Gimme gimme para abrir pista. Mis ojos brillarían más con la luz de la esfera disco. Solía imaginar que podía bailar con plataformas y un ajustado jumpsuit de mezclilla, cosa imposible con mi condición física. Pero eran sueños nada más. 

Voulez vous era de mis canciones preferidas para bailar disco, seguida de Super Trouper: son canciones de gran histrionismo y que dan una vitalidad a quien las baila y las escucha. Actuaba las frases y señalaba a ese alguien especial, imaginario, entre la multitud, que me vería por lo que soy y se enamoraría de mi por una canción de Abba. 

Mi vida después de Mamma Mía... la 1 y la 2 

Nunca pensé que el grupo Abba fuera a sacar un musical de rockola con sus mejores canciones. La premisa era la relación entre madre e hija, Sophie y Donna, las cuales buscaban dar sentido a su vida mientras planean la gran boda de Sophie y su prometido, Sky. Obviamente que creí que era una idea ridícula, incluso me burlé de que la película sería lo más cursi de lo cursi. 

Pero agradezco a Dios y al cielo haber estado equivocada: con Mamma Mía, todo cambió. 

¿Recuerdan esa escena de Malcolm, el de en medio, en donde creen que el otro es gay y se ponen a bailar de forma ridícula? Pues así quería bailar de la emoción cuando vi esta gran película: era un viaje emotivo, lleno de amor y de canciones bellas, con grandes actuaciones que servían para reír y llorar por igual. 

Todos cantaban con optimismo y con emoción cuando Pierce Brosnan le canta a Meryl Streep The Winner takes it all, cantaban Honey Honey, The name of the game y Lay All your love on me. Reían cuando salían a cantar Donna and the Dinamos. 

Tengo más recuerdos, pero estos los mencionaré más adelante, ya que, después de una crisis de sentido y de una depresión, esas bellas canciones fueron mi consuelo. En especial una. 

Mamma mía 2, here we go again

Tras el éxito de la primera película, la segunda fue un poco más conmovedora y con cameos increíbles: Cher como la abuela de Sophie y Andy García como el sexy Fernando. Además que reconocí y estudié los cameos de Benny y Bjorn en ambas películas (uno es cuando cantan Dancing Queen y el otro es al inicio del segundo filme). 

Sí, hago eso y me duelen las canciones en dos idiomas. 

La mejor secuencia del filme es la primera, porque rescata una de las ideas más bellas y peligrosas de la vida: tener un crush con un maestro y atreverse a besarlo. When I kissed the teacher es la primera canción que interpretarían Donna and the Dinamos. 

La realidad es que me he enamorado de muchos maestros, más de los que puedo admitir. Siempre he querido besar a uno o dos, no en la boca, no de forma romántica, sino tierna: para agradecerles todo lo que me han enseñado. Para ver todo en una nueva y diferente luz. Pero esto me traería muchas órdenes de reestricción y acusaciones de acoso. 

Sin embargo, no pierdo la esperanza de tener un maestro al cual cantarle When I kissed the teacher. 

Waterloo debo reconocer que no es la mejor canción de Abba, pero se presta a muchos momentos cómicos, como cuando bailan un Harry y Donna jóvenes en la segunda película. Pero el mejor momento es cuando el señor Burns va a disparar en un tanque la casa de Homero y se oye esa canción después de la Cabalgata de las Valquirias. 

Mi llanto a través de Abba 

Sin embargo, siempre lloro en un momento específico de cada película y es cuando se presenta la relación tan hermosa que tienen madre e hija... porque yo nunca podré tener una relación así. 

Slipping Through my Fingers es la canción epítome del amor maternal: una madre que no podrá reconocer a su hija, ya que debe aceptar que tiene que seguir creciendo y que debe dejarla ir. Dejar ir a los hijos, sin reprocharles que no los van a querer o que no los van a cuidar, debe ser una tarea titánica para los padres, pero es parte de crecer con amor. 

Y el crecer con amor es algo que no tuve: en esa escena se expone la relación entre Donna y su madre, la cual también estaba rota. La mamá de Donna la corrió porque tuvo una vida desenfrenada para su tiempo, la cual tuvo como consecuencia un embarazo en su juventud. Pero Donna cria a su hija sola y la prepara para que enfrente al mundo con belleza, música y seguridad. Algo que yo nunca tuve. 

Mi mamá se la pasaba criticándome, echandome la culpa y deseando que otros fueran sus hijos, gente con mayor desventaja que yo. Gente que solo iba a satisfacer su ego de ser necesitada. 

Donna está orgullosa de Sophie y quiere que tenga experiencias, que conozca el mundo, no que la cuide y la acompañe en su soledad. Y esto es lo que envidio de esta película, que haya personas que tengan la suerte de que sus mamás las quieran. Pensaba que si tenía una hija, yo si la iba a querer y aceptar, jamás hubiera renegado de ella o que no la quería tener, pero después sentiría envidia y enojo, ya que ¿sabrá ella lo afortunada que es? ¿lo querida que es? Yo puedo querer bien a mi hija, pero no a mi madre. 

Sophie nunca va a decepcionar a Donna, por más cosas duras que pasen. Yo, en cambio, decepcioné a mi mamá desde que nací. Ella me echa la culpa de que muchas cosas en su vida no funcionaron. 

Por eso es que esta canción me rompe más que cualquier cosa, porque mi mamá, durante mucho tiempo no me quería. Ahora acepta y se resigna a que no puede tener otro hijo para no estar sola. A veces, no me quiere dejar ir, no me quiere dejar en paz, porque cree que con sus atenciones abrumadoras y castrantes compensa años de maltrato psicológico y de abandono. Pero a ella nada se le ha ido de las manos ni de sus dedos. 

The Winner takes it all

La mejor canción de Abba describe el dolor del rechazo, de la separación y de aquello que ningún día será. 

Esta canción cobró un nuevo sentido cuando la escuché en Better Call Saul. Saul Goodman / Jimmy McGill pelea con su hermano Chuck, un hombre recto y apegado a las reglas, pero inflexible cuando se trata de su mentiroso hermano. 

La historia creí que no aplicaba a mi, de hecho fue con un hombre que llegué a amar. Alejandro era un hombre maravilloso, pero muy recto y apegado a la ley, como Chuck, yo por mi parte, era mentirosa, me sentía inferior y siempre sentía que nadie me iba a querer. Solo tenía mi suerte y mi capacidad de urdir, de decir mentiras y de engañarme también.

Cuando esto afectó mi relación con Alejandro, él me hizo ver lo horrible que era, porque, aunque era inteligente por decir tantas mentiras, no se podía esperar nada bueno de mi. Yo le mentí y eso le molestó de sobremanera, entonces él contraatacó, e hizo lo posible por apartarme de su círculo. 

Hoy en día, lo que veo como una venganza, fue su forma de enviarme un mensaje: que iba a acabar sola si seguía haciendo esto, como acabó Jimmy después de que pagó lo que hizo. Era necesario redimirme. 

Y hubo muchas ocasiones en que me sentí como una perdedora, porque los ganadores eran ellos, yo no sabía ni jugar. Muchas veces me pregunto qué hubiera hecho de forma diferente. 

Yo quería a un hombre o a alguien que fuera mi amor y mi vida. Alguien con quien decir que no estaba sola, que no podía equivocarme, porque él sería el único. 

Chiquitita 

Esta es una canción de consuelo, de la cual no puedo dejar de pensar que precede a algo muy malo que pasó. Siempre la pongo cuando algo malo me acaba de pasar, así que es como una profecía autocumplida. 

Me sigo infantilizando, en el fondo soy esa niña herida que espera que alguien la consuele y que alguien la quiera, que le digan que todo va a estar bien y que las cosas van a cambiar. Ciertamente, debo aprender a hacer eso sola, porque nadie va a venir a decirme todo eso, ¿cierto?

Eso pensaba hasta hace unos meses, cuando lo conocí a él. 

Él, que no sólo es una canción de Abba sino que vive en todas las canciones de amor y de poesía que he escuchado... vive en mi mente y en mis sueños. Es realidad y fantasía. 

Él fue quien me ayudó. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario