jueves, 23 de marzo de 2017

Divulgación morbosa 1

Comenté el caso de Revenge Body de Khloe Kardashian: honestamente, estaba esperando deshacerla, que no aportara nada nuevo, pero, de hecho, es un buen programa. Es positivo, es conmovedor y tiene un buen balance entre la frivolidad de esa familia y la forma en que se llevan los casos. 

Además de que es un programa entretenido, no entra en el caso de la divulgación morbosa. 

Antes de explicarlo, pongamos un ejemplo: hay un scketch en Mad Tv en donde tratan a un sujeto en lo que se conoce como Intervención. Todos se juntan a su alrededor y le dicen lo que han preparado para él. Pero el remate es que, nuestro amigo ya no tienen el problema que buscan intervenir, lo cual es un argumento para este catastrófico escenario.  

Y en la divulgación morbosa, digamos hay una serie de situaciones vergonzosas, en las cuales se privilegia el mal estado de los participantes y de las cosas que se pretenden divulgar. Pero en The goodphilosofellas, hacemos de abogado del diablo y veremos qué es lo rescatable de estos shows o situaciones. 

Sin más, empiezo con mis favoritos: 

8.- Man vs Food. Esto debería llamarse: el culto al exceso. Adam Richman a través de Travel Channel prueba de todo: alitas, waffles, pizza gigante con medio kilo de carne, pollo frito, tacos, hamburguesa o macarrón con queso, tortas. Toda la comida que puedas imaginar, todo lo que puedas probar y comer. Es un buen programa para conocer (o evitar) los lugares de comida. 

¿Por qué es morboso? No puedes evitar sentirte como un cerdo cuando lo ves: quieres comerte todo lo que se come ese tipo, aunque eso sea una proyección de la relación que tienes con la comida y con tu autorespeto. Tu quieres saber qué es lo que se va a tragar y cómo se lo va a acabar todo. En mi caso: a mi me daba más hambre y comía más. Me gustaba verlo comiendo cheetos o una hamburguesa. Quería ser ese wey o ir mañana a donde dijo, aunque estuviera en México. Quería que ganara el hombre, no la comida. 

La polémica: Este programa promueve la obesidad y una relación poco sana con la comida. Una de las cosas más maravillosas de la vida. ¿Cuándo hay que parar y cuándo es suficiente? De cualquier forma, lo más rico de la vida no siempre viene  en paquetes saludables ni verdes. 

El crítico de comida Giles Coren dice que la epidemia de obesidad no es sólo por la comida rápida, es por nuestra manera de comer: queremos comer una hamburguesa, con huevo y papas con queso, salsa, crema ácida y cebollitas con limón y salsa picante y además alitas con aderezo y pedazos de tocino. Una pizza con carne de cerdo, de res, de pollo, chile poblano, con cebollas, pimiento, aceituna negra, queso amarillo y queso parmesano y un poco de queso en la orilla.  A pesar de las enfermedades coronarias y tu autoconcepto como una persona saludable, pero de cualquier forma, quien no ha sufrido la consecuencias de una gran comilona, no ha disfrutado en verdad la comida. 

7.- You are what you eat. A través del Canal 11 y BBC 4, la dietista Gillian McKeith cambia el concepto que tienes de alimentación y de autocuidado. McKeith pone a dieta a todos los gorditos, flojos, adictos a la comida rápida, panzones y nalgones, en una búsqueda por Inglaterra y a veces por Estados Unidos. 

¿Por qué es morboso? Porque McKeith es una vieja dragón y obsesiva, que, aunque con buenas intenciones, tiene un problema con la personas obesas. Ella desmitifica a toda costa la figura del gordo feliz y quiere hacer sentir culpables a sus participantes por medio de asociaciones horribles con su comida favorita (a un hombre le preparó una pizza con un ojo de cerdo y oreja), humillaciones (como la vez que a una mujer le dijo que le mentía sobre su forma de beber y la mandó maquillar con las venas por los efectos del alcohol) o con el olor de sus propias heces (si, Gillian McKeith analiza tu popó y te dice lo que tienes adentro, uuggh). 

La polémica. Algo que veremos es que muchos de estos programas no son un gran ejemplo de divulgación, en el caso de McKeith, el científico Ben Goldacre la ha acusado de poner en sus libros de dietas opiniones pseudocientíficas. Como el hecho de que en la dieta del arcoiris, las personas coman frutas y verduras de estos siete colores para una pérdida de peso, lo cual no tienen una validación por los nutriólogos ni dietistas certificados. 

Gillian McKeith, continua Goldacre en su libro Mala Ciencia, no es una dietista certificada. Y sus métodos, como el de los cultivos fecales, no sólo no son ortodoxos, sino pseudocientíficos. Sus opiniones sobre la desintoxicación no tienen validez científica y parte de un principio obvio: el hecho de bajar de peso no sólo es reducir la comida chatarra, sino aumentar el consumo de frutas y verduras, probar un poco más y combinar la dieta con ejercicio. 

Sin embargo, yo creo que si es bueno verlo, dado que muestra algunas tendencias: lo mal que comemos y lo jóvenes que son las personas que sufren obesidad. Lo fácil que es abandonarse, comer mal y creer que no nos hará daño. Lo fácil que es estar desesperado cuando nos proponemos cambiar de alimentación. 

6.- Mil maneras de morir. ¡Sí! Primero lo pasaron en el 11, luego en el 5 y tiene mucho más éxito en el 5. Esta es la divulgación científica más morbosa que he visto, y con razón: gente harto estúpida, que cree que nada le pasará y que, de plano, estaban bien salados al momento en que les pasan las cosas. Los nombres de las muertes son ingeniosos juegos de palabras y las entrevistas son muy ilustrativas. 

¿Por qué es morboso? Porque parece un programa de sopa de videos y un desfile interminable de estúpidos. Cosas que no esperabas y decisiones tontas, cosas que se pudieron haber evitado, pero que, por fortuna, no sucede. 

La polémica. Mil maneras de morir es de risa loca: porque no lamentas ninguna de las muertes de esos tarados. Recuerdas la selección natural y la tentación de la eugenesia. Dices: si fueron tan estúpidos como para meter un pie en una trituradora, merecían morir. 

Además de que las explicaciones son puntuales, y las implicaciones sobre la estupidez, contundentes. Tu deseas saber sobre esas muertes y cada que lo topas en la tele, te quedas viéndolo, con tus botanas favoritas y tus mejores risas. 

5. La Isla / Master Chef. Si que si. El programa más famoso de Azteca 7 y el más comentado de Azteca 13. El primero es una especie de Sobreviviente, en la cual los famosos y los desconocidos se enfrentan a retos físicos, mentales y de comida. El segundo es un programa de cocina, en la que tres reconocidos chefs prueban los platillos y les piden un reto creativo o de copiar recetas. 

Son fórmulas bien ejecutadas y con concursantes que en verdad quieres seguir, quieres que ganen... o que pierdan. 

¿Por qué es morboso? No es tanto por la mecánica, que ya conocemos, digamos que es por el backlash que generan sus concursantes: que va desde memes ofensivos, cartas de verdadero odio y verdaderos chivos expiatorios para todos los males del mundo. Lo que contestan en entrevistas, las traiciones, las reacciones que les molestan a todos, la forma de ser: Se les ve que son unos mamertos o que son unos prepotentes. Estos concursantes son una muestra de lo que es la gente y es muy sintomático con la cultura del odio que vivimos actualmente. 

La polémica. El problema puede ser que no nos importe mucho las habilidades ni el concurso para poder opinar sobre los concursantes. Es sintomático también que hablemos de otro por su persona y no por sus logros. Pero a la vez, criticar a una persona es una válvula de escape por toda la impotencia que sentimos, es una forma de que ese odio se vaya y sin consecuencia alguna. Honestamente creo que es terapéutico, mientras que no lo odien a uno...

Recuerdo que estos programas muestran el abanico de emociones humanas: la comedia de la vida y lo envidiosos y mala onda que somos. Lejos de entender sobre que va la competencia o quién gane: nos importa a quién podemos decirle sus verdades o al menos, groserías. 

El total de esta lista son 8 programas, pero, no quiero que se haga pesado, sin más, nos veremos en la próxima entrega y conoceremos el primer lugar de la divulgación morbosa. 

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