viernes, 12 de junio de 2020

Ser adolescente es lo peor de la vida

Terminó 13 reasons why y fue un final agridulce, un ritmo lento y una confusión de tonos y mensajes que resultan más nocivos, que no parecen ayudar a quienes desean ver a estos personajes. 

Aunque la primera temporada tiene puntos buenos, como la empatía, las redes de apoyo y el tratamiento de los trastornos mentales, el camino al infierno está lleno de buenas intenciones. 

Muchos de estos temas son romantizados: como que con el suicidio de Hannah hay una historia de venganza y así se obtendrá la atención que merece. Que Hannah se hace la víctima, que era dramática. Que un buen chico como Clay sólo necesitaba luchar por ella para salvarla de su destino. Que debía aprender a defenderse y reinventarse... un poco con una especie de justicia poética y esas justificaciones terribles. 

De hecho, un ejercicio útil es saber la percepción de Hannah por las personas que no han enfrentado bullying y por las personas que se autodesprecian. Ayuda mucho a saber de la crueldad, la injusticia y los asuntos no resueltos emocionalmente. 

La primera temporada es el suicidio de Hannah Baker, la segunda se basa en las consecuencias de este hecho y la violación de Tyler. La tercera es el asesinato de Bryce Walker, que violó a Hannah y eso fungió como detonante de la ideación suicida. Finalmente, en la cuarta temporada es todas las consecuencias psicológicas de estos eventos en los personajes. 

Sólo la primera temporada trata de profundizar en la psicología, la empatía y las relaciones de los personajes. Sin embargo, uno de los desaciertos es abusar del shock value. 

No hay problema en ver cómo Hannah se corta las muñecas y cómo Tyler es violado con un palo de escoba. La tercera temporada es un desacierto, es horrible. Y en esta última entrega, por qué no, veamos cómo Justin Foley, ex novio de Hannah e interés amoroso de Jessica, muere de sida. 

Aunado a narrativas de películas de terror para ejemplificar los trastornos mentales del protagonista, Clay Jensen; accidentes de auto, tiroteos escolares, más trastornos mentales y dudas sobre la sexualidad. 

Pero, lo más molesto de esa serie es que se lava las manos de los asuntos adolescentes y finge jugar un papel que no tiene. Hay falsos dilemas morales: como el hecho de humanizar a un psicópata (lo cual tiene consecuencias desastrosas para entender el problema del mal); cuestionar la credibilidad de Hannah porque fue una bully en su otra escuela. O la hipocresía de la tal Ani, que hace todo lo opuesto a lo que piensa y sólo responde a conveniencias para estar con la mayoría. Que de eso no hablan, pero hay un chingo de Anis en la vida y hay que cuidarse de ellas. 

En las reseñas de YouTube dijeron que la única enseñanza de este show es que es lícito matar a alguien que es una basura y culpar a otro más basura que él para no tener consecuencias. Esto es un mensaje torcido, agridulce y terrible para las personas que desean salir de un trauma. 

Y, podemos entender esos mensajes: que la vida es injusta, que podemos ser unos idiotas y salirnos con la nuestra, que una buena persona puede ser tratada injustamente, que nos puede ir mal aunque nos portemos bien. Que el mal existe y que hay psicópatas y narcisistas al acecho... pero de una forma realista, de una forma plausible. 

Ni la música está bien escogida: al final tocan la canción Trouble de Lindsey Buckingham, que, aunque de alguna forma nos dicen que hay que aprender a vivir con los problemas, esa canción se trata de una relación prohibida, una relación que traería malas consecuencias. No es una enseñanza moral... 

No representa la juventud, es exagerar la tragedia de la vida para parecer profundo, para creer que se habla de algo, es una serie que engaña a los tontos, haciéndoles creer que han visto algo artístico, pero es irresponsable, absurda y perdió sus conclusiones: el valor de la vida, el luchar contra la desesperación en una etapa difícil de la vida y crecer. 

Así no luce una feminista, ni los homosexuales, ni los nerds o los pacientes. Así no es tener una enfermedad. Así no es tener una depresión, ni tener una crisis de sentido. 

Lo peor de ser adolescente, es no ser representado desde una perspectiva realista. Pero esta etapa pasará, como esa serie asquerosa. 

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