sábado, 26 de noviembre de 2022

Canciones con filosofía: Out here on my own

Desde hace mucho tiempo no me siento suficiente, no se si lo sea o no lo sea, pero esto sólo me ha hecho daño y me ha hecho presa de muchas humillaciones: gente que se siente menos, acomplejada, sabe que me siento igual que ellos, cree que si me dice lo que le han dicho, uno va a aprender, uno va a saber lo que se siente. 

Yo no comparto esos sentimientos con ellos, en especial porque no comparto esa visión deformada de la realidad en la que la vida te debe algo y eso te da derecho a ser un imbécil. Por supuesto que entiendo sus razones para querer hacerme daño: un rechazo íntimo de sus esposas, un rechazo de sus padres, un abuso a manos de ellos, tanto físico como psicológico, la perdida de un hijo o un escaso reconocimiento por ser el supuesto sostén de su familia. 

Pero también resentimiento, ganas de que pierda lo mucho o poco que pueda tener, tienen ganas de que pierda mi hogar, mi dinero, mi dignidad, mi trabajo, mi salud, incluso hasta mi vida. Subliman lo que piensan de sí mismos deseándomelo a mi. 

Yo se que lo desean porque se les hunden los ojos, se les tuerce la boca, sus manos se convierten en puños que quieren repartir por mi cara, partes de mi cuerpo o cabeza. Creen que eso será su exorcismo, que expiará sus culpas y que les devolverá lo que les quitaron: creen que ser victimario los aleja de haber sido víctimas. 

Por ello es que no nos une compartir estos sentimientos: a muchos de ellos no les importan dado sus trastornos de personalidad, otros más los han enterrado y se dan sus aires de dureza, pero con cualquier cosa que uno les diga o no acepte de ellos, dejan ver todas sus inseguridades. Aquellos que peor te tratan, son los que menos esperan ese trato que dan. 

Ante esto, yo he llorado en privado, pero no he podido evitar que me hagan sentir como ellos se sienten: su envidia, sus ganas de que ellos también reciban su merecido. Sus creencias tan torcidas sobre lo que significa la justicia y que tengan lo que ellos quieren, que siempre es arrebatado, robado o de alguien más. Creen que todo mundo está de su lado, creen que están solos en la cima, pero en realidad, nadie quiere estar con ellos. 

Su felicidad, de ser por ellos, no viene de tener lo que ellos quisieran, sino que se aseguraran de que otro más no lo recibiera nunca. A veces he contemplado que cuando no cumplen sus sueños o sufren algún revés, creen que fue por cruzarse contigo, o que, como otras personas charlatanas: tu controlaste su destino, les pusiste algún obstáculo y eres el agresor. Un agresor que no siempre sabe cómo defenderse. 

Un día les dice algo, una verdad o descripción y su mundo se viene abajo, un mundo interior muy frágil. 

Y se preguntan por qué sigues respirando, por qué cambié de trabajo, por qué no aguanté para que me pudieran enseñar sus torcidas lecciones, por qué mejoró todo para mi y para ellos, que siguen operando con impunidad, nada más no mejora... por qué ellos siguen siendo poco respetados, engañados, no queridos o rotos.... por qué yo sigo respirando, por qué después de todo lo que me hicieron nada me mata. 

Porque me encerrado en mi misma y he trabajado el hecho de no agradar a otros. He buscado personas que quieran estar conmigo, pero cuando las cosas salen mal, busco alternativa. Si no, yo se que se puede seguir adelante, que habrá soledad, pero voy a encontrar a otras personas, que hay algo que sigue. 

No necesité de ellos ni cuando lo creía: necesitaba algo muy específico, que a veces no llegó. 

He estado en mi soledad, probé quién era, tuve a alguien que me dio fuerzas, pero también me falló. Me pregunto constantemente a dónde voy. 

Yo sé que es posible que no gane, pero no me puedo abandonar. Yo sé que si cierro mis ojos estaré contigo. Sé que algún día voy a encontrar mi camino.

Hoy ha muerto Irene Cara, que nos ha regalado una de las interpretaciones más conmovedoras e intensas de toda su carrera: cada vez que se sientan insuficientes, inseguros por no haber sido buenos en algo, solos y desprotegidos, canten como ella y así le darán voz a su tristeza. 

Es en soledad en donde salen esos sentimientos, pero también es en donde se experimenta la melancolía más bella. 




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