domingo, 28 de agosto de 2016

Juan Gabriel o la configuración de mis sentimientos

A mí me gusta Bob Dylan, me gustan mucho Radiohead, Lennon, Tom Petty, Led Zeppelin. Eran para mí intérpretes que ejecutaban canciones racionales. No me gustaba la música cursi, ni la música que pasaba Raúl Velasco o de festivales de la canción. Hubo un tiempo en que despreciaba las canciones que hablaban de sentimientos. 

Pero hubo una navidad en donde lo vi: era el concierto de Juan Gabriel en Bellas Artes. El público, la música, las maravillas que causaba en la gente, el fenómeno Juan Gabriel, era algo que no había visto. 

Por mi papá me encontré en la emisora del Fonógrafo que había un programa llamado La hora de Juan Gabriel, ciertamente yo lo escuchaba y algunas veces redescubría a mi nuevo ídolo. Pasaban a los intérpretes que habían cantado sus canciones, pasaban canciones poco conocidas del de Juárez. 

Recuerdo la película Es mi vida, su película con Estrellita; los increíbles conciertos en Bellas Artes y en sus presentaciones con Verónica Castro, con Isabel Pantoja y su serie Hasta que te conocí: un documento televisivo que muestra la incursión de las series en el competitivo mercado del entretenimiento. 

Hasta que te conocí cuenta la historia de Alberto Aguilera: el hombre, la persona. El artista y la personalidad quedan a un lado para relatar la vida de un hombre que sufría, que toda su vida fue un rechazado, un hombre al que no quería su mamá, al que agredían sus hermanos, sufría numerosas injusticias de gente voluble y gente ignorante... pero su fortaleza, su amor por la música, lo hicieron sobrevivir y tener éxito. 

Siempre lo intentó, siempre tuvo a la música como su salvavidas, su proclama, su grito de guerra, su enojo y su felicidad. 

Juan Gabriel sufrió mucho. Por su condición humilde, su personalidad, su ingenuidad. Nadie sufrió tanto como él y aún así expresó en sus canciones la forma de sentir de muchos mexicanos. En un país en donde el machismo recalcitrante y la violencia es lo normal, Juan Gabriel rompía con lo establecido y sensibilizaba a los mexicanos con su forma de cantar y sus letras. 

Hasta que te conocí es una canción de reclamo, de enojo contenido, pero también, como lo anuncia en la serie homónima de reconciliación, con él mismo y con su madre. Una mujer que lo abandonó y en el que hipostatizaba sus desgracias. 

La serie tiene muchos simbolismos: Juan Gabriel hace un viaje con el maestro Magallanes. En el viaje se descubre a sí mismo y observa su circunstancia. La serie habla también de la industria musical, el proceso creativo, la corrupción, el machismo y las relaciones familiares. 

Toca con sutileza y respeto el tema de la homosexualidad y de las desgracias del intérprete. 

Hasta que te conocí es el reconocimiento con justicia de la personalidad de Juan Gabriel, no como la insufrible y estúpida película que le hizo la ignorante de Teresa Suárez. 

Odié sin medida la infame película ¿Qué le dijiste a Dios?, la cual ni siquiera recuerdo de qué trataba. Es el peor musical que he visto y eso que vi Rock of Ages... 

La configuración de mis sentimientos. 

Fue cuando tuve mis primeras decepciones amorosas que encontré canciones que me hacían llorar: por ellos y por lo que sentía... y eso era lo increíble: la música de Juan Gabriel coincidía con lo sentía, era la configuración de mis sentimientos, era la economía de una canción que los hacía salir. Y me sentía mejor. 

Lloré con Me despertó la realidad, La diferencia, incluso pensé en Si quieres como mi tema de boda... porque yo creo en el amor: el amor así es como decía el de Juárez. 

Le dediqué a un hombre que conocí Yo no se que me pasó... a otro Una oración, a otro De mi enamórate... todas eran la representación de mi corazón, fragmentado en pedazos. Todas me representaban, todas hablaban de lo que yo quería. Dylan, Prince, Lennon, era la parte racional de mi cerebro, Juan Gabriel eran la emociones y mi corazón. Un corazón que latía con fuerza. 

Y así como cantaba Free Falling, When Doves Cry, Positively 4th Street, también cantaba la Muerte del Palomo, Luna, No discutamos, Y si, Querida, Yo no nací para amar... con lágrimas en mis ojos, a todo pulmón: porque abría mi boca para que saliera el sonido, para expresar mis sentimientos en lo cantado. 

Y evocaba a mi hombre ideal: con barba, con bigote, con la piel blanca. Maestro o músico. Siempre enamorado de mi, siempre con su vista en mi. Me reconocí como una muchacha soñadora, sensible y enamorada. Juan Gabriel me había hechizado, quería sus discos y escuchaba sus canciones cuando me pasaba algo.

Sin más, Juan Gabriel me gustaba mucho: porque el componente emocional es importante, porque los sentimientos salen aunque no quieras, porque no puedes huir de ti, y, si la estética se conjunta con el psicoanálisis: el arte es una configuración de nuestras problemáticas internas. El arte es en donde confluyen los sentimientos. 

Y hoy, el día de su muerte, lo recordamos en The Goodphilofellas. 



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