lunes, 26 de mayo de 2014

La paradoja de la sobreprotección

El prejuicio de los hijos únicos

Antes de empezar a formular la paradoja, quisiera partir de los supuestos de que todos tenemos prejuicios acerca de los hijos únicos y de hijos con hermanos. Tenemos prejuicios del lugar que les toca o del rol que cumplen. Presento aquí la casuística en términos de asunción / realidad.

Asunción 1

- De los hijos únicos creemos que son egoístas, mimados, irresponsables y que creen que todo lo merecen. 

Realidad a 1

- Los hijos únicos sufren, incluso más que los hijos con hermanos, no hay manera de delegar la responsabilidad de sus actos. Se les exige y juzga mucho más que los hijos con hermanos. 

Asunción 2 

- Los hijos únicos son en el fondo, rencorosos si alguien les quita sus cosas. 

Realidad a 2

- De hecho, los hijos que tienen hermanos pelean más por su espacio y son mucho más posesivos con sus objetos e incluso con amigos. 

Asunción 3

- Los hijos únicos no se alegran de tener hermanos. 

Realidad a 3

- No siempre es cierto: se pueden volver solidarios o puede que sea un alivio. Por otro lado, parece que los que no siempre se alegran de tener hermanos son los hijos de en medio o los menores. Casi siempre por la preferencia. 

La paradoja de la sobreprotección

1. Los padres protegen en exceso a sus hijos 
2. Lo cierto es que esa protección consiste muchas veces en evitarles sentimientos negativos, malas compañías, experiencias que de alguna forma tienen que vivir para saber cómo es el mundo.
3. Al evitarles esas experiencias los padres no los protegen de nada: porque no hay ayuda alguna para comprender esos sentimientos.  

C. Los padres sobreprotectores protegen de todo y nada a la vez a sus hijos.

Creencias de los padres sobreprotectores

- A menudo quieren transmitir el miedo y la ansiedad del mundo exterior a sus hijos
-Generalmente la concepción del mundo es un lugar terriblemente violento, un lugar en donde hay que tener miedo. 
- El miedo tiende a ser desproporcionado: de la gente, de las circunstancias. No importa qué pase: algo malo va a pasar y es seguro que les pasará a ellos. 
-En la lógica de su sobreprotección no se les ocurre darles herramientas para eliminar esa hostilidad, ni cultivar actividades en donde se fortalezca su confianza. Un deporte, un instrumento. 

A menudo los padres y la familia del hijo sobreprotegido son más crueles, incluso más agresivos cuando el hijo desea cortar la relación nociva de los lazos familiares. No es recomendable que los hijos hagan caso de esa irracionalidad, puesto que la incomprensión  e inseguridades son de los padres o la familia. 

Poco a poco se debe ir negociando, como hijo, qué es lo que hará para buscar independencia de los padres. Salidas a lugares que en verdad nos gusten, con gente que en verdad disfrutamos su compañía y con quien podamos ser nosotros. Solos o acompañados, cosas que en verdad podamos hacer solos. 

Lo que tenemos que entender es que estamos solos de una forma u otra, pero que eso no implica que estemos desprotegidos del mundo o que haya cosas que no debamos sentir o vivir para crecer. Un poco de dolor, sufrimiento y frustraciones son necesarios en nuestra vida, en especial cuando nos ayuda a crecer y no son malintencionados. 

La filosofía provee buenos seguimientos psicológicos para observar, analizar y afrontar algunos problemas. Dicho análisis lo he hecho sin recurrir a manuales u otro tratamiento. 


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