viernes, 5 de agosto de 2022

Canciones con filosofía: Both Sides Now

En mi rumiación, siempre llego a las mismas conclusiones. Sobre la gente, se que es una cretina. Se que los que me lastimaron están más lastimados que yo. Pero, a veces, no puedo evitar pensar que se salieron con la suya. 

Hoy veo, con tristeza, que, aunque hayan tenido lo que hayan querido, aunque me echaron de donde yo estaba, aunque hicieron lo que ellos quisieron y aunque la gente los apoyó... siguen siendo un fracaso en muchas empresas de su vida. 

Pienso que pude haber hecho más si me los hubiera ganado, pero también veo que la gente que se los gana, son de los que peor se expresan a sus espaldas. 

Siempre son dos lados de la misma moneda. 

En el show Afterlife, recuerdo haberme sentido como Tony: una cínica, pero que piensa que tuvo dos pérdidas al mismo tiempo en la vida. Antes no podía concebir un duelo prolongado, hasta que lo experimenté en carne propia. Antes no pensaba en todos los dilemas, en todos los sentimientos embotellados, en la tristeza. Hoy no lo romantizo ni me regodeo en el dolor: hoy lo acepto y quiero entender a otros. 

Muchas personas necesitan consuelo, pero pocas están dispuestas a escuchar, esto da a un círculo que se repite. Estuve enfrascada en mi dolor muchos años, mucha gente se aprovechó de esto y además se burló de lo que yo sentía, pero observo que no tienen mucho que decir ni que dar, además de su hostilidad. Viven otros duelos, son miserables, pero viven en negación. Esas lágrimas atoradas, fluyen en forma de su dolor. 

He notado que la soledad no es un fracaso personal: yo ya he tenido algunos amigos, algunos de ellos me decepcionaron mucho. Otros conocidos no podían ser mis amigos en estos momentos. De muchos pienso que hubiera sido mejor no conocerlos, pero otros, puedo decir que fueron amigos en el momento en que los necesitaba y ya. 

La gente que cree que mi vida fue fácil, está equivocado, pude ser más miserable pero yo decidí no serlo. Hay ventajas y desventajas en estar solo, como se puede sentir la mayor soledad con familia y amigos. 

Siempre vamos a estar agradecidos con quienes estuvieron con nosotros. Ellos hicieron cosas que no esperábamos, no fue un tiempo perdido, pero también parte del duelo es dejarlos ir. Hacer lo posible por recordarlos, pero dejar espacio para vivir en el presente. 

Y, aunque un duelo nos ayuda a comprender lo más bello que hemos pasado, no podemos dejar que se prolongue. Porque esto nos alejará de lo que tenemos hoy: porque esto se vuelve contra nosotros y hace que se pierda la esperanza. 

Cuando empezó la pandemia, pensé que no hubiera querido que una persona cercana a mi sufriera por contagiarse de COVID, no hubiera querido separarme de las personas a quien les importaba. No me hubiera gustado que las cosas empeoraran. 

Era como estar ante unas ruinas, pero voltear a ver el horizonte: las posibilidades eran desconocidas, pero aún había un camino delante mío. 

Nunca tendremos un amor, una amistad, un padre o un familiar como el que hemos perdido. Pero esta aceptación y nuestros recursos para negociar con el dolor, es lo que nos deben sacar de ese estado. 

Es mejor hacer lo posible en vida, que recordar todo lo que se pudo haber hecho. Es mejor cortar ahora que se puede, cuando se sabe que ya no da para más una relación, que sentirse solo y abandonado con aquella persona. 



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