miércoles, 10 de agosto de 2022

Los Simpsons y los ídolos adolescentes.

I. 

El pasado domingo 18 de abril, los Simpsons se pitorrearon de uno de los ídolos de los morros pretenciosos y edgy que piensan que descubrieron el post punk: Stephen Patrick Morrisey. 

Como la vida es un gran cliché y se encuentra en una referencia de los Simpsons, quiero confesarles que conocí a Morrisey por una persona que se llama como yo, le apodaban La Bruja y era por su pinche carácter insoportable y su forma de ser, inmamable. Pero en realidad, pretenciosa y medio pendeja sin razón. Criticona y envidiosa a madres, pero nada más porque conocía a un autor ruso y a Morrisey, creía que eso le quitaba lo horrenda que era. 

De esas estúpidas que creen que porque algo hace reír es una pendejada, que creen que todo mundo es un pendejo, menos ellos, que nada más andan chingando porque los otros no tienen la misma opinión que ellas... ¡Qué dolor de huevos! Si, la opinión es el escalón más bajo del conocimiento. 

Un día que la hice reír, no dejó de destrozarme porque ella era "seria" y yo sólo era un chiste, una pendeja que no sabía lo que ella. Pues no idiota ¡si no estoy tan traumada como tu!

Ojalá y chingue a su madre cada que respire. 

Ella recomendaba siempre Let me kiss you. Una canción que, por desgracia, me recuerda muchas de mis malas decisiones en la vida. A eso volveré más tarde. 

II. 

Como cada domingo me encontraba viendo los nuevos capítulos de Los Simpsons, serie que ha definido mi sentido del humor y mi conocimiento sobre el mundo. Esperaba un capítulo bastante equis, como han sido desde la temporada 25. Y si, lo admito, me costó 25 temporadas darme cuenta de que los Simpsons ya no son lo que eran. 

Sin embargo, este capítulo me sorprendió, porque los Simpsons volvían a sus raíces y a esa crítica irreverente y ácida de las primeras temporadas: retrataron tal y como es a Morrisey. 

Morrisey, cuya imagen e interpretaciones llegan a muchos adolescentes que tienen crisis de identidad y descubren el concepto de melancolía. Si bien les gusta a muchos adultos, sus desafortunadas declaraciones sólo evidencian que es un inmamable y un caime bien, que le gusta a inmamables y caime bien... 

En el capítulo Lisa está insatisfecha con todo y nada le gusta de la vida, como a esa compañera, pero en chido. Y ya que odia todo, su spotify le recomienda una banda que serían los Smiths. Lisa cae rendida ante Morrisey, o la imagen que se ha creado de él, hasta que, por la máxima de No conozcas a tus ídolos, ella se desengaña de su representación. 

El capítulo es muy bueno, hizo enojar al mamón ese y la verdad si, no porque la gente te vea como un representante de un género o le guste tu música tiene que estar de acuerdo con todo y te tiene que soportar. 

Pero tampoco implica que sólo te critique y se crea dueño de tu trabajo: los fans tienen que apoyar y admirar el trabajo del artista, se puede separar en algún momento, pero también reconocer cuando no están de acuerdo. No es ser un cretino ni un ciego. 

III 

Let me kiss you me parece una canción de desesperación y angustia existencial, conmovedora, maravillosa. De lo mejor que ha escrito Morrisey, no voy a negar que es un genio y que me hizo ver lo poco que conocía del amor. 

Como todas las canciones y las tragedias: uno nunca cree que le va a pasar hasta que le pasa, a veces, con hilarantes consecuencias. A mi me gustaba un pendejo al que le gustaban los Simpsons y se creía edgy porque le gustaban las bandas del episodio de Reventón (Homeropalooza, temporada 7) y OEZIZ, si, porque el mamón así lo decía. Creo que hasta decía Merreseyyy. 

Pues les cuento que, en una movida muy pendeja le dediqué la canción y el imbécil ni siquiera se dio cuenta de que me gustaba. Me sentí ridícula y él sólo alcanzó a decir que no se imaginaba que se la dedicarían. 

PUES CLARO QUE NO IDIOTA, PORQUE NO VES NADA MÁS QUE A TI MISMO Y ESTÁ CLARO QUE DAS PENA. PINCHE POUSER. 

Me sentí con ganas de darme una patada: nunca estuve ciega por un artista, nunca me apendejaba por ellos... me apendejaba por un pendejo. No lo veía así, pero, si tenía que solucionar mis asuntos: yo quiero confirmar que ellos son pendejos, los busco así para que yo me vea bien. 

Esto no me prepara para una relación de verdad, al contrario, me predispone a no tener compromisos y estar bien. 

Esto no me hace una persona inteligente, me hace detestable y miserable, como ese pendejo. 

Dejé de escuchar a Morrisey y mejor me puse a escuchar a Johnny Marr, el verdadero genio: el colaboró con Neil Tennant en Electronic, un bandón. Hizo Let me get what I want, de una de mis películas favoritas... Es un genio de la guitarra y la composición. Él no es como los otros, es diferente. 

Da mucha flojera ir con un discurso que ni uno mismo se cree y que sólo resulta en que uno sea más miserable. Larga vida a los Simpsons y a Johnny Marr. Vamos por una hamburguesa. 


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