miércoles, 28 de septiembre de 2016

Nueva sección: Cosas que aprendí de...

Inauguramos esta nueva sección con uno de los materiales más maravillosos del mundo: una serie de televisión. En este caso, será: Cosas que aprendí de People vs O. J. Simpson. American Crime Story. 

En vez de hacer una reseña de lo que todos saben y todos vieron, será mejor hacer una lista de las cosas que divulga la serie. Para empezar, porque este es un blog de divulgación que ha resultado en mi vertedero personal y después, porque hay mejores cosas que se le pueden sacar a una serie si alguien no la ha visto. Y para estas personas es este post. 

Bien empecemos con la increíblemente emotiva y bien actuada People vs O. J. Simpson. A cargo de Ryan Murphy (creador de Glee, Nip Tuck, Popular, American Horror Story) y con las actuaciones de Cuba Gooding Jr., Sarah Paulson, Courtney B. Vance, David Schwimmer, John Travolta, Sterling K. Brown y Nathan Lane. 

1. El protagonista de la serie es: La impunidad. Seguimos pensando que una persona no tiene que tomar responsabilidad por sus acciones. Que hay miles de agravantes: que es simpática, que todo mundo la admira, que todo mundo la quiere. Pero lo cierto es que eso no la excusa de lo horrible que es y de lo que ha hecho. Lo que me lleva a: 

2. La verdad, te persigue. Si tienes algo que ocultar, si tienes una culpa que pagar o si trataste a otros como mierda... Eso se sabrá y si eliges un discurso que no crees, tarde o temprano se sabrá quien eres. No importa en donde lo quieras ocultar. 

3. El enemigo te intentará atacar en todo: en tu seguridad, en tu apariencia, en tu conocimiento, en tu forma de hablar, por quiénes son tus amigos. Y siempre cobarde, nunca actuará solo: se va a rodear de los poderosos para permanecer impune, para seguir haciendo daño. Creerá que es increíble en la mentira, que se puede salir con la suya, que puede cambiar lo que sea, incluso la verdad. Pero las buenas personas sabrán qué hacer para combatirlos, porque las buenas personas tienen que seguir peleando.  

4. Habrá personas que quieran creer más en cómo los ven los otros. Y eso es porque no quieren ver lo que son para ellos. Si se vieran tal y como son, observarían la porquería que son en realidad. Creen que nadie se dará cuenta de que hacen a las personas como quieren, creen que pueden hacer ver a la gente como imbéciles, pero el discurso que profesan se cae, como la imagen que tienen de ellos mismos. 

5. La culpa que tengamos con las personas que herimos, ya sea por su raza, por su condición, por su género o por sus cualidades, sale a través de nuestra historia de vida, la cual depende de la historia de los pueblos y sus circunstancias. No es una condena repetir circunstancias... no es una condena si sabemos quiénes somos y por qué somos. 

6. Para las personas buenas, hay una continuación de la vida: ya sea en otras empresas creativas y que brinden un servicio a la gente... ya sea con la misma pasión con que libramos otras batallas, ya sea con más aprendizaje. Para la gente mala, la justicia puede tornarse poética: pueden perder su salud, su credibilidad, sus contactos, su equipo, sus amigos. Si es que deciden tener ese camino... pueden hacerlo, pero se paga un precio muy alto. 

7. Por otro lado... no hay venganza: sólo hay malas decisiones de la gente que siente que es intocable o que todo se le ha dado fácilmente. No digo que O. J. no se ganara su reputación, pero si tenía aceptación mediante la manipulación, lo que se podía esperar es que tuviera el mismo rechazo. 

8. Si tomamos malas decisiones en el equipo, hay que disculparse con sinceridad, siempre que el equipo nos acompañe y acepte nuestro error sin recriminaciones. Rodearnos de gente que sea como nosotros, tal vez, igual de competente. Cuando encontramos personas así, será más fácil salir del bache que salir solor. 

9. Los problemas que nos importan, pueden no ser importantes para otros: que una persona tenga una causa y luche con pasión por ella, no le da un triunfo per se, puede haber muchos intereses en juego y puede que nuestro discurso se pervierta, o que dañemos, sin querer, a personas que intentamos proteger. La herramienta del discurso, no siempre es la mejor. 

10. Los grandes actores se observan en la voz, en la forma de pararse, en la seguridad. No se ven en las modas, ni en los premios, ni en los chismes de farándula. Los roles de su vida no se dan con oportunidades: se dan cada vez que están en cámara. 

Sin más, habrá más de esta gran sección. 



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