sábado, 12 de diciembre de 2015

Canciones con filosofía: Christmas (Baby please come home)

Presentando a Darlene Love

Darlene Love es una cantante que solía hacer mancuerna con Phill Spector, el productor de esta canción. Love fue maltratada por Spector, lo que la hizo retirarse de la música por un largo tiempo pese a su talento. Tuvo muchos trabajos, incluso llegó a ser empleada doméstica. Love tomó coraje cuando, al limpiar el baño de una de las casas en que trabajaba, escuchó su canción en el radio. Y empezó a buscar el éxito que en ese entonces se le había negado. 

Por desgracia, el camino no fue fácil, porque no era común que una corista o cantante menor (había estrellas como Aretha Franklin, Dayana Ross, en esa época), ganara fama tan rápido. 

El recién retirado David Letterman, fue quien le daría a Love la oportunidad de cantar su famoso tema, cada año, en el Late Night. Desde los ochenta, sería una tradición del programa y porque Letterman afirmó que es la única canción de navidad que realmente disfruta. 

La historia de Darlene Love se observa en el documental 20 feet for stardom. Y tiene un final feliz: ingresó al Salón de la Fama en 2011; Bruce Springsteen le produjo un disco y cantó algunos temas con ella. El disco se llama Introducing Darlen Love, como puse de subtítulo en esta entrada. 

De la historia de Darlene Love, la moraleja es que si deseas algo, se consigue con trabajo duro y con un equipo que reconozca tu talento. Basta una buena canción, una gran voz y buenos amigos, para ser inmortalizada. 

De la historia de la canción... Vaya, no estoy segura. Es obvio que es para un amor, ese alguien especial para la persona que lo canta... Pero ¿y si fuera para un padre? 

Es la primera navidad que paso sin mi papá... aún no he madurado y todo me lo recuerda. No quiero predisponerme, pero la verdad es que se siente todo demasiado. Falta él, lo que hacía, cómo me ayudaba, cuando íbamos al centro a comprar sus velitas. No hay día que no lo extrañe, o alguna canción, un olor, una circunstancia me lo recuerde.

Y es que lo quería mucho... con él todo era diferente, la casa se sentía diferente. No sabe la Navidad igual, y ninguna celebración.

Él salía a los cohetes, comía helado de chocolate como un niño; le dábamos regalos como camisas y sábanas de franela, pero también chocolates finos, arándanos y turrones, que comía él solo y nadie más. Así era él y lo extraño. 

Apenas el año pasado estaba con nosotros, pero un feo día de junio todo cambió, de un día para otro se puso mal... una cosa llevó a la otra. Desvelos, enojos, frustración. Él se deprimió horriblemente. Lentamente fue deteriorándose... y se fue. 

Y yo me siento muy sola, muy triste. No es una depresión, pero si es una tristeza que me invade. No pienso medicar mi tristeza, ni evadirla, ni taparla hasta que explote. La voy a aceptar, me voy a hundir en ella hasta dejar de sentirme triste. Voy a llorar hasta que me seque o hasta que ya no pueda más. 

Ahora la pena es muy grande y tengo fe que un día dejara de doler. Sigo pidiendo al cielo que por favor, por favor, vuelva a casa... la Navidad no será lo mismo sin él. 

Luego recuerdo que no volverá, al menos no en la forma que quiero. 




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