sábado, 23 de enero de 2016

Consideraciones sobre las fiestas de cumpleaños

En unos días, el único cambio que habrá acontecido, será que cumpliré años. 

Nací en 1990, el día en que todo se jodió. Bueno, la verdad no, pero a veces me siento así por mi culpa, a veces por culpa de otros. 

En mi escala de cumpleaños, he calificado con 8 y 9 los mejores, pero la mayoría son de 7 para abajo. Las razones son muchas. 

Y no, no me voy a enojar ni a fregarme los intestinos ni el hígado recordando. Quiero hacer un servicio a la comunidad, quiero que la gente que me lea sepa lo que NO SE TIENE QUÉ HACER cuando es el cumpleaños y si desea el festejado, una fiesta. 

A mi me gustan las listas, así que les presento una lista de lo que creo que vale la pena considerar. 

1. Una fiesta es VOLUNTARIA. Hay mucha gente para la que una fiesta es salir de compras, ver a alguien que quiere, ir a su restaurante favorito, hacer lo que quiere (algo totalmente inesperado o por el estilo), ver su película favorita con palomitas o nachos. Que se yo. No tiene que ser un grupo de gente gritando, comiendo pastel o platillos que tardaron mucho. Una fiesta está en donde el festejado la vea. 

2. No hay nada más purgante, y no solo en una fiesta sino en la vida, que PEDIR OPINIONES PARA DESPUÉS HACER LO QUE SE LES DÉ LA GANA. No lo hagan, por favor, es una humillación. Si el festejado pide un disco, no compren lo que no quiere. Si desea ir a comer comida italiana, no impongan comida china. Si saben que le gusta el pastel del chocolate, no compren el de limón. Por favor, el que debe opinar es el festejado

Si todos van a opinar, mejor hagan su fiesta como quieran y no involucren al festejado.

3. Busquen lo más sencillo. A veces, si el festejado quiere unos tacos, o una torta en un picnic de Chapultepec, es mejor que ir a ese nuevo bistro o al restaurante de mariscos más caro y que probablemente los endeude. Ahora, si es más fácil hacer algo ostentoso y que salga bien, eso no es muy bueno que digamos. No hagan fiestas por hacer feliz a las personas, sino por hacer feliz a la persona que nació.

4. El día del festejo, borrón y cuenta nueva. O mejor dicho: el día del festejo, es un día en que uno tiene que darse la oportunidad de disfrutar. Si es un día en que se pelean, recuerdan que era mejor un aborto, que alcanzaría más la comida si no hubiera nacido... mejor no hagan nada: deje que se salga a una película y usted quédese con su amargura. 

5. Respeten la lista de invitados. Por favor, no se cuelen, si están invitando a una persona, no traigan a dos, tres o cuatro más. Tristemente, cada persona que no está invitada, es un problema para el festejado, para los que si fueron invitados y para quienes organizaron la fiesta. Pero es una falta de respeto para el festejado, porque es retarlo, fastidiar un plan que se tenía, es recibir las facturar antes que el pago, para que entiendan lo que se siente. 

6. No pongan pretextos. Si no pueden ir a la fiesta, sólo digan que no. No inventen pretextos, no quieran controlar lo que no pueden cambiar, no cambien el día ni molesten a los que van a ir. Por desgracia, una persona que no puede no hace daño por no ir, sino porque recuerda lo que no pudo ser. 

7. No busquen humillar al festejado... Para humillar no usen una celebración: las telenovelas baratas o que usan ese recurso, rara vez tienen un buen desenlace, una trama interesante o un buen actor en ellas. Ni siquiera es una venganza, es una bajeza. 

8. No extiendan el tiempo de la fiesta. Si la fiesta es un pretexto para seguirla, para hacer otra cosa o tener una semana festiva... creo que es mejor que cambien el plan o busquen, en la medida de lo posible, no afectar al festejado o a otros asistentes. 

Sin más, espero les hayan gustado estas recomendaciones. No están basadas en la filosofía, ni en una especie de etiqueta o de lectura, están basadas en el sentido común y en 22 fiestas arruinadas que conmemoraron mi nacimiento. 

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