martes, 12 de enero de 2016

Un año de buenas cosas

Ciertamente ya había escrito que fue un año de mierda... porque me enfoqué en lo negativo. Y lo fue y me pasaron muchas cosas malas. Pero no más que otros años y que otras rachas. 

Y sigo viva, no me morí, no me han matado la gente que dice que lo va a hacer... Recuerdo que tenía dos enemigos que sabían en donde vivía, sabían incluso los nombres de mi familia... ¿Y qué pasó? Nada, se amedrentaron y se fueron lejos. 

He sobrevivido, cambiado de perspectivas y he podido sola. Obviamente a veces he tenido mucha ayuda, pero mi actuación, mi convivencia conmigo, lo difícil... es lo que yo he enfrentado. 

Lejos de ser una actitud cansada, de ser algo que no se puede cumplir, de ser una autoimposición... la verdad es que es un requisito en la vida, en donde nos conocemos, nos gustamos o disgustamos. Es parte de nuestra formación. 

Algunas de las buenas cosas fueron: 

- Fui a TAG CDMX. No sólo fui a la conferencia de Matthew Weiner, el creador de la sublime Mad Men. Fui al concierto de Flaming Lips, escuché a Spike Jonze y Bennett Miller. Fue lo mejor en los días que mi papá estaba enfermo. 

- Vi la exposición de Condé Nast de sobre Moda y revistas. Vi la exposición de los Beatles y vi películas maravillosas, como Mi Cena con André. 

- Tuve la oportunidad de compartir la intimidad con personas que estimo. Con gente que quiero. Abracé a muchas personas que no sabía que estarían para mi. 

- Nuevamente contemplé al Majestad Silverio... en una firma de autógrafos exclusiva. No conseguí su muñeco, pero vaya que me gustó hablar con él y confirmar por qué me gusta tanto. 

- Estuve estudiando por qué las dietas no funcionan. Y supe que lo que debía hacer era comer bien, escuchar a mi cuerpo y saber por qué pasa lo que pasa. Reformulando: bendita enfermedad. 

- Me gustaron muchas series, que aunque flojas, cumplieron con su cometido: me hicieron reír cuando no quería pensar y no quería tener tantas preocupaciones. No eran lo mejor, pero me ayudaron de cierta manera. 

- Me purifiqué de desear cosas materiales. Se que voy a volver a gastar, pero quisiera hacerlo más eficientemente. 

- Entendí que le hice una promesa a mi papá y debo cumplirla. Él querría verme feliz, no preocupada por él. 

- Tengo problemas para volver a la rutina, mas eso no es problema cuando una persona está determinada a tener una carrera. 

- Confirmo que mi vocación es enseñar. Eso es lo que me gusta y eso es lo que he querido siempre. ¿Trabajar en un supermercado, servir helados, ser secretaria? Mi brillo es mucho más para eso. 

- Decidí que no siempre puedes tener lo que quieres, pero si lo intentas, tienes lo que necesitas. 

- Tengo que estar más cerca de mi familia, pues tengo mucho más en común con ellos pese a que me resista. 

- Voy a invertir en reparaciones para mi casa. Y pagaré esas deudas. 

- Cuando mis amigos se enojaron conmigo, supe así cuánto los extrañaba. 

- Acepto que soy obsesiva, eso ha sido mi mejor defecto y mi peor virtud. Eso es lo que me ha permitido llegar hasta aquí. 

- Me siento ilusionada por mi cumpleaños. 

- Estoy aprendiendo a aceptar que no extraño a mi papá, más bien que lo quiero recordar como siempre fue: un hombre que ayudó a su familia siempre, de maneras que él jamás se imaginó. 

Los invito philosofellas, a hacer una lista de sus bendiciones, cosas buenas, objeciones a las cosas malas y respuestas que hayan efectuado. No sólo es un año de mierda, también es un año bueno en algunas ocasiones. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario