martes, 12 de enero de 2016

Saving Mr. Banks o dos procesos del pensamiento mágico

Saving Mr. Banks es una película que cuenta la historia de P. L. Travers (interpretada por Emma Thompson), autora de Mary Poppins y de su relación laboral con Walt Disney (recreado por Tom Hanks). 

Travers se encuentra en un momento crítico de su vida, con problemas económicos. Recibirá nuevamente una carta de Walt Disney para discutir los derechos de adaptación de Mary Poppins. La autora se encuentra escéptica, decepcionada y a lo largo de la película descubrimos sus múltiples por qués. 

Walt Disney, junto con su equipo de músicos, secretarias, animadores y productores, no ha perdido la esperanza, y mantiene por veinte años la promesa que le hizo a sus hijas. Aunque, en la trama, se observa un poco de sus habilidades y formas para obtener lo que quiere. 

Dos procesos del pensamiento mágico

La película podría quedarse en una película de opuestos, maniquea y un poco boba... Travers es cuadrada, sensible, apasionada y le importa lo que piensen, no teme decir lo que piensa aunque su educación haya sido conservadora. Disney es soñador, simpático, bonachón, determinado, con gran fortaleza como imaginación, a veces un poco manipulador. 

Pero, que quede claro: estos son los defectos de los personajes, no sus presuntas fortalezas. 

Y es que la película es el diálogo no sólo entre creativo y productor, entre hombre y mujer, entre conservador y liberal... es un diálogo sobre cómo las circunstancias nos determinan: creemos que no nos harán daño las cosas que pasamos cuando niños, pensamos que las emociones tienen que sofocarse, que el pasado no será tan prometedor como el futuro, que alguien vendrá a salvarnos o a prepararnos para la vida... 

Pero no es así. 

La solución a nuestros problemas no está instanciado en algo que nos haga cambiar. El cambio es imperceptible, por eso no no damos cuenta cuando algo nos afecta. 

En el caso de Disney, volcó su pensamiento mágico en las obras animadas que hizo, con algunas creencias que suenan peligrosas: la creencia de un único amor, de un príncipe que nos rescate, de un amigo que sea lo que nosotros queremos... de que el hechizo se rompa. 

Pero ¿qué sucede cuándo el pensamiento mágico es más sutil? Cuando pensamos que el ser queridos por una persona es el pilar de todo nuestro dolor, cuando creemos que alguien que nos salvó fue porque nos educó con dureza. Cuando rechazamos a alguien porque ese alguien nos recuerda lo que perdimos. 

Cuando sabemos por qué la película se llama Saving Mr. Banks, observamos a dos seres que usan el pensamiento mágico, no fantástico, para exorcizar sus propios demonios, tratar de asimilar el dolor en sus vidas, tratar de reconstruirse y avanzar. Entendemos que ambos son iguales... que no hay diferencia cuando alguien siente que su vida no está bien. 

Lejos de tener empatía, es cómico cómo ambos personajes tratan de pelear... y lo que vemos es un montón de inseguridades, de personas frágiles, de gente atrapada en sus propias creencias. Vemos a dos personas que coincidieron en hacer una película grandiosa, antes que a los creadores y personajes que siempre emulaban. 

Mención especial para Bradley Whitford  y Paul Giamatti, son los que equilibran la película de este duelo de actuación. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario