martes, 28 de octubre de 2014

Nadie te está buscando

Hace no mucho tiempo anduve con una mala persona... bueno, con muchas malas personas. Sucede que pensaba que si no funcionaba algo en mi vida, al menos sería mejor que ellos. Supongo que ellos lo sabían y que por eso me detestaban tanto. 

Hay una idea muy lamentable de no dejar que las personas salgan adelante, una especie de odio por la diferencia del otro, más si esa diferencia le ayuda a sobresalir, como que le detestamos profundamente. 

La persona que yo denuncio, siempre se quejaba de mi en el sentido de que siempre era muy transparente, siempre podían encontrarme y saber qué era lo que estaba haciendo. Que debería ser de tal o cual forma para que sea mucho más fuerte. Que aceptara sus términos. 

Esa persona era grosera conmigo, me dejó plantada una vez... me insultó. Antes de terminar conmigo, buscó a otra... Un patán, como varios que me he encontrado. Ni el primero ni el último. Pero me defendí. 

En una ocasión que hablamos acerca de lo listo que era (sarcasmo), que nadie lo encontraba cuando lo buscaban, que nadie podía ver en dónde estaba porque no sabían dónde buscarlo. Que uno pedía a gritos esa atención. 

Vaya, tiene sentido, cuando respondes a su lógica. Pero ¿y si te vale madre?

Cuando me dejó y fue grosero conmigo dije: nunca más. En serio, jamás va a volver a molestarme. ¿Qué fue lo que hice? No seguí su estúpido discurso. 

Piénsenlo: tiene sentido que se pierda porque alguien lo está buscando. Porque las estúpidas que le siguen se toman la molestia de hablar con él. Yo ni eso. Y me volvió a buscar. 

Me dijo que él me había buscado (siempre los mismos términos...), que me extrañaba, que por qué no lo había buscado yo... Bullshit: sólo quiere a alguien que le rinda pleitesía, que le ruegue mediante la búsqueda. De algo que no está ahí y que él no quería dar. 

Irónicamente: cuando lo dejé de buscar, cuando no cedí, fue cuando salieron sus inseguridades. Nadie te está buscando - le dije - yo nunca supe de algo bueno que hayas hecho por mí. 

Y siempre que lo veía lo evitaba, le hacía caras: no quería encontrármelo. No lo quería cerca de mi. El día que dejé de buscarlo, ese día me encontró. Ese día se dio cuenta de que su discurso no funcionaba. Y menos conmigo. 

Procedan con la hipótesis contraria. La gente que está en contra de algo y que critica a las personas observen su discurso: encontrarán que no tiene sentido si su supuesto inicial deja de tener importancia. 

Aunque haya algo bueno en sus vidas, aunque se logre su causa, siempre seguirán molestando. Pidiendo buscar cosas que nunca, nunca van a encontrar. 

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