viernes, 31 de octubre de 2014

¿South Park es una serie regañona?







La serie más irreverente, la más polémica de los últimos 10 años es una muestra de la frescura y de los estímulos que buscan las personas, de que necesitamos energía y juventud en la comedia. Ideas que fluyan y a las cuales seguir. 

Matt Stone y Trey Parker son un ejemplo de ello: siempre trabajando vertiginosamente, buscando referencias, reinterpretando problemas y juntando elementos característicos para construir situaciones hilarantes. 

Lo cierto es que en mi opinión (y tomando una muestra de episodios considerables), la serie tiene un discurso un poco regañón: aunque señala problemas y responsables de estos problemas, creo que lo hace con cierto tono moralista. 

Me baso en episodios cuyos protagonistas son, a mi parecer los pilares de la serie. Hablo por supuesto de Erick Cartman y de Butters. También hay algunas ideas que me parecen persistentes dentro de la serie: como el respeto a las diferencias y las ideas para la crianza de los hijos. 

Me baso también en el razonamiento de que a menudo los más liberales y abiertos representantes de algún pensamiento son, al mismo tiempo, los más conservadores, los que más luchan por los valores tradicionales. Sus ideas son más moralistas que las de otros. 

No pretendo hacer una lista de los episodios, pero me gustaría exponer las ideas principales de los mismos. 

South Park defiende las ideas del respeto entre religiones, de una especie de inclusión sin importar el relativismo cultural o las guerras. Pero también tiene una idea sobre ser mejores personas, mejores seres humanos... y esto es mediante la felicidad, mediante la verdad y mediante la realización personal. 

Hay tres episodios que me parecen que sustentan lo que pienso:

- El show de Butters. Butters pasa a ser un personaje secundario a un personaje principal. Se plantea el universo del niño como lleno de fantasía, de inocencia, de magia e imaginación. Pero también se plantea que muchas de estas ideas vienen de padres hipócritas, mentirosos, doble moralistas. Butters es un niño sobreprotegido: sus padres pretenden construirle un mundo que no existe, que sólo se ve sostenido por las ideas de lo que debe ser y no por ideas reales. Es consistente que otros de sus compañeros abusen de él, porque no tiene una experiencia de cómo es la vida realmente. Sus padres legitiman su confusión. 

- Tsss, tsss. Cartman tiene mala conducta (de hecho podría entrar en la psicopatía). Abusa psicológicamente de las nanas, su madre se encuentra desesperada porque no la obedece y porque cada vez se siente más incomprendida. 

En este episodio nuevamente se rescata la idea de que para un desarrollo óptimo de los hijos, es necesario que los padres sean felices: vivan sin contradicción y que digan la verdad. No lo que creen que es la verdad, es la confrontación con nosotros mismos. 

- Todo sobre los mormones. Este es un capítulo que habla sobre la tolerancia religiosa, pero en relación de que se tiene que cultivar en la familia (y aquí la familia es el núcleo primordial de la sociedad). Es hábil que sea de los mormones y no de un grupo mucho más agresivo: porque cuando eliminas la agresión persistente, no hay nada contra qué rebelarse o criticar. La pregunta que se plantea es: si algo no hace daño a nadie ¿qué tan malo puede ser? A menudo los detractores de una religión ven sus numerosos defectos, pero si: no hubiera tales cosas por las cuales condenarlas ¿por qué nos molesta tanto? 

¿Qué serie nos dice eso? ¿Qué serie plantea estas cuestiones? Honestamente las series que siguen al aire se han politizado, han provocado controversia, han hablado de educación. Pero parece que, a medida que se popularizan, tienen otros temas mucho más persistentes que la familia y los valores. Pero en South Park siempre hay un planteamiento con miras a la familia, a la coherencia y el razonamiento moral. 

Es claro que Parker y Stone se sienten hastiados de esto, quieren que nos detengamos a vernos a nosotros: cuál es nuestro discurso y cuáles son nuestras equivocaciones. Pero si lo hace con cierta idea de que sea una reprimenda: ¡tu padre, tienes que verlo de esta forma, te estás equivocando! ¡Tú que discriminas, tú que eres prejuicioso!

Aunque South Park parece que es una serie refrescante e irreverente, cuando quitas las bromas, las relación de ideas, la personalidad de sus creadores, los personajes... Queda un discurso moralista, unos valores tradicionales. 

Parker y Stone son más dos señoras regañonas que dos jóvenes ciertamente irreverentes. Supongo que nunca lo han sido: siempre proyectaron su educación y creatividad por un medio saludable, que es la caricatura, pero sin abandonar consecuentemente lo que son en realidad. Respeto su obra y su discurso, pero a veces siento que hay cierta idea detrás de su telón. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario