lunes, 1 de abril de 2019

Los tres peores meses de mi vida

La razón por la cual no escribí de forma constante, fue porque tenía una depresión detonada por un abuso narcisista por dos mujeres. Ninguna de ellas tuvo consecuencia alguna. 

Después tuve un desencanto por la vida que detonó en que abandoné mis proyectos y todo lo que me gustaba. No me atreví a dejar de lado el blog, pero seguía escribiendo. Ahora con mucha angustia y pesimismo. 

Y, aunque veía cosas buenas o cosas que me movieran, la motivación o el gusto por la vida no llegaba, ni yo sabía que era lo que necesitaba: por un lado no abandonaba mis proyectos, pero tampoco los concluía. No quería salir, pero había miles de eventos para escoger. No quería a nadie, pero tampoco quería estar sola. 

Luego llegó ese trabajo... en una compañía de autobuses como el turibus, pero que no era el turibus. Cometí un terrible error. 

Aunque conocí a gente buena y pude tener una plataforma para otros proyectos, quedé con mucho dolor y muchos problemas para confiar a la gente. Lo que si, me sigue sorprendiendo la forma en que la envidia llena de amargura a la gente, hasta perder la razón. 

Lo que sigue son algunos relatos, además del de Wade Wilson, con los que denuncio a muchas personas, maltratos y terribles prácticas de esas personas, a las que, en adelante, me referiré como Los Autobuses. Ojalá no pasen por lo mismo o nunca se repitan en mi vida estas circunstancias. 

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