domingo, 25 de octubre de 2015

Cuando el tiempo se volvió rápido

Y de repente... casi estamos al final del año, faltan dos meses para que se acabe este año de mierda. Un año que parecía no terminar nunca. Que se volvió lento gracias a la tragedia y la tristeza. 

Cuando festeje, festejaré de verdad. Son los segundos que faltan para que el año me deje de succionar la vida. Voy a empezar el otro maldito año como si me hubieran quitado un peso de encima, voy a comer langosta en la cena y en la comida. 

Y es que sólo tuve trabajo horrendo y lento. Me estanqué en mis proyectos, me invadió la tristeza y decidí no volver al ruedo hasta que se me aclare la mente. 

No salía de mi casa, sólo para la escuela. Además de que me perdí muchos eventos. No lo sé, la verdad es que no tenía ganas de salir. Ni siquiera quería levantarme. 

Mi pesimismo aumentó considerablemente: me di cuenta que la gente me molestaba mucho. Tanto cerca como lejos. Los hombres me parecían todos unos tarados, que ni siquiera les importaba cómo me sentía mientras pudieran salir a pasar "el rato". 

Dejé de hacer lo que quería, todo se convirtió en una especie de lastre. El tiempo comenzó a pasar más lento... como cuando te sientas a ver la tele local cuando te encuentras sólo y deprimido. Cuando no tienes nada que hacer y sólo quieres escuchar el ruido de fondo. 

No era el tiempo en sí... era sólo la tristeza: porque la vida duele cuando tienes que madurar, entender procesos y entender que no te puedes escapar de la realidad, de la responsabilidad. 

Supongo que se había juntado todo: tristeza, frustración, decepción. Estaba agotada: todos los días era siempre lo mismo, la misma rutina, el ver cómo se derrumbaba el mundo que conocía. 

Ya cuando todo pasó... terminé el trabajo, volví a los proyectos, supe que las personas que hacía daño debían irse; acepté que es necesario dejar ir para poder crecer. 

Terminé con ese año de mierda... en octubre. Cualquier momento es bueno para empezar a cambiar. 

Y el tiempo se volvió rápido: quiero hacer otras cosas, quiero retomar mis proyectos y terminar cosas. No dejarlo ya para mañana. Ya no me aplasta el pinche mañana. 

Tomaré mi tiempo, no viendo estupideces y esas cosas: tengo que planear mi estrategia, terminar cosas y compensarme, ponerme al corriente conmigo. Que esta vez sea de verdad. 

Porque el tiempo se pasa demasiado rápido, pero con la tristeza y la pasividad, puede volverse una prisión, puede congelarse para quitarte el espíritu. 

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