martes, 27 de octubre de 2015

La nueva temporada de South Park o lo que es ser un artista

No hay palabras que describan la emoción, los pensamientos, la maravillosa crítica a lo que acabo de ver. Que es la evolución del discurso de una serie, la maduración de sus creadores, el nacimiento de dos artistas. 

Y no me malentiendan, se lo que dije que Trey Parker y Matt Stone son dos señoras regañonas judías... pero me han cerrado la boca con su trabajo y han erosionado mi argumento de que su serie sirve para regañar a adultos. Su serie sirve para darnos cuenta de lo que somos como sociedad, nos confronta con nosotros mismos, nos hace pensar. 

Parker y Stone evolucionaron. Sus argumentos cada vez son mejores, sus mensajes tienen que ser pensados para que se puedan descifrar, exponen claramente los simbolismos de esta sociedad llena de doble moral, dobles discursos y cada vez más esquizofrénica. 

Su crítica es puntual y sus guiones impecables. Su virtud es vincular un elemento cotidiano con el problema de una celebridad o un asunto polémico. Extienden el argumento, nos presentan el absurdos. Su prueba con hipótesis nos lleva siempre a lo que ellos querían. 

No pretenden enseñarnos nada: South Park expone, satiriza, nos hace ver nuestros fallos. Nos hace ver que lo peor no es que pensemos mal o bien, sino no aceptar lo que hacemos. Nos hace pensar que no podemos huir de la realidad, por muchos discursos, corrección política, estupideces cada vez más grandes en la ideología. Ellos están ahí, y su programa está más vivo que nunca. 

No es justo comparar con series que sigo y que son mis favoritas (me ocurrió con South Park que prefería los proyectos de teatro y cine de sus creadores). Pero hay algo en la manera en que argumentan, algo en su criticismo y en sus composiciones que me hace pensar que es más profundo de lo que parece. 

No quiero engañar a nadie pero... aunque no me gustaban muchas de sus ideas y lo que representaban, creo que me ganaron con The Book of Mormon y con Team America World Police. Estas nuevas temporadas coronaron su éxito como lo que yo llamo filósofos contemporáneos de la animación. 

Parker y Stone son críticos de su tiempo, compositores, músicos, guionistas, creativos. Han hecho una de los seriales más queridos, fascinantes y polémicos de todos los tiempos, tan sutil, tan irónico, tan retador como las series que los influenciaron. 

Recomiendo el documental Seis días para salir al aire. En donde se observa el proceso creativo de Stone y Parker, la forma en que relacionan los elementos para la trama de su producto. Lo mucho que quieren hacer algo significativo y que quieren hacer reír. 

En el documental empatizas con ellos: porque ves su dolor, su obsesión, el trabajo que es y la infinita satisfacción que es hacer que las cosas importen. Parker confiesa que le gusta armar modelos a escala, porque a veces sólo quiere que alguien le diga qué hacer. 

Y es que tanta la presión, el desvelo, la corrección política y los falsos halos que hay en una industria como la del entretenimiento es demasiada. Pero ellos nos muestran que el genio ríe, el creador ama a la humanidad, (tanto que le señala sus errores); los amigos se ayudan entre sí, la risa libera y todos les deseamos larga vida a South Park.

Todos saben que es Good philosofellas. Si, ese. 

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