martes, 17 de noviembre de 2015

De científica a filósofa

O bien, esta entrada debería llamarse: cosas que me interesaban antes de entrar a la carrera de filosofía: 

Recuerdo que pasé por mi etapa escéptico-atea-cientificista-destructiva-nihilista. Fue muy gracioso cómo pasó: leía a Nietzsche y después de saber que la religión no aportaba nada, ni esperanza ni sentido, ni había nada además de nosotros... pues abracé la ciencia como segunda religión, perdón, como nueva fe... ¡Perdón! nuevo credo o doctrina para explicar mi existencia... bueno, saben a lo que me refiero. 

Antes de querer ser filósofa, quise ser muchas cosas: científica, astrofísica, estudiar ciencias de la tierra (lo que sea que eso signifique), gimnasta o patinadora en hielo, ingeniera de sonido, guitarrista, reportera, conductora, pirata, poeta... no, esa es la canción de Frankie. 

Pero algo pasó en esos años por los que no pude concretar esos sueños. Y es porque apesto en la mayoría de las cosas que me propuse. Otras, pues fue así como preguntarle a un niño: quiere ser todo pero no tiene ni idea de qué hacer y de seguro terminará haciendo algo muy mediocre, como filósofos que escriben blogs y que hacen chistes muy malos. Dios me libre. 

Quería ser como Leonardo Da Vinci, no el de esa serie tan mala, quería interesarme en todo y hacer todo. Hacer música con la ciencia, y después irme a enseñar a todo aquel que se dejara. Porque era mi trabajo. 

Siempre tendí al todo, pero por alguna razón siempre me iba por hacer lo que yo quería y lo que me diera libertad. 

En fin, estas son mis profesiones frustradas: 

1. Astrofísica. Yo admiraba mucho a Sagan y a Asimov. Hubo un tiempo en que quise estudiar ciencia (lo que sea que eso signifique), para ser como ellos. Pensaba que algo tan abstracto como la física era mi segundo lenguaje. Pero como nunca aprendí matemáticas, ni fue algo que me interesara mucho, pues ya no podré ser la nueva Stephen Hawking. 

2. Científica. Iba a ser militante como los cuatro jinetes del ateísmo... Iba a explicar que el mundo se podía comprender en base a la ciencia. Quería establecer fórmulas y experimentos para todo, hacer medicamentos, patentes, tener mi propio programa de divulgación en donde hablara de lo que la gente cree. Mas como que se atravesó el gusanito de la música y la verdad la ciencia que enseñaban era una porquería. 

3. Guitarrista o músico. Quería combinarlo con la carrera de física, porque quería estudiar el trabajo del gran Julián Carrillo, el sonido 13, a través de la física. Cuando lo externé se burlaron de mí: me dijeron que no se podía y que Carrillo sólo hacía ese tipo de música porque tenía la suerte de tener dinero. Mi sueño de tocar la guitarra persistió, pero la verdad ahora quiero ser como Julián Lede. 

Mucho de lo que influyó en esa decisión fue que alguien me escuchó y me llevó al conservatorio, y ahí supe por fin que... apestaba para la música, no quería tocar en una orquesta y no quería reprobar teoría musical ni dedicarme todo el tiempo a tocar. Quería tocar porque me gustaba, no por ir al límite como el de Whiplash. 

4. Pastelera. Quería aplicar conocimientos de repostería y con ellos explicar la bioquímica y la energía y la química de la alimentación. Hacer cosas dulces pero sanas. Obviamente, si quieres algo dulce y sin culpa es con frutas y verduras, y en realidad la alquimia de la cocina es un pretexto para hacer recetas raras y caras. 

5. Ingeniera de sonido. En si quería saber de acústica, una rama de la física y componer piezas como la de John Williams. De hecho creo que quería ser así porque, como ingeniero siempre tienes trabajo, podías hacer algo muy chido en los conciertos, podías convivir con el grupo en cuestión... y, porque un ingeniero de sonido fue el que hizo la pieza de Los Locos Adams. Nuevamente, se rieron en mi cara y me dijeron que podría trabajar en un Steren o jalar cables. 

6. Comediante. Ese sueño persiste, pero quería hacer algo tipo George Carlin o Tim Minchin... muchos de mis comediantes favoritos son ateos, y también es cierto que se alían con científicos para poder hacer crítica y comedia. Pero es cierto que respeto las creencias de la gente y a veces se me dificulta conciliar aunque sea con la comedia. Cabe señalar que tengo muchas inseguridades por ello. Y que la comedia siempre se trata de vencer obstáculos, no de crearlos. 

7. Gimnasta o patinadora. Siempre me gustó vestir trajes pegaditos y hacer acrobacias. Y que todos vieran mi gran forma, gracia y movimientos. Recientemente Sunny Lane me hizo reconsiderar esta decisión. 

No, pero ya en serio, no me gusta mucho el deporte ni la práctica. Yo he practicado deportes que... bueno, las cosas no siempre salen como uno espera, pero lo cierto es que nunca me visualicé como deportista realmente. 

8. Bióloga marina. Este lugar común, es creo todo lo que las niñas quieren ser, o las personas que no tienen idea de lo que implica. Obviamente me gusta mucho esa carrera porque estaría en contacto con el mar, iba a entender cómo es que los animales vivían y cómo es que funcionaba la naturaleza. Lo cierto es que: 1, no creo que se trate de esto, 2,no creo que haya un buen campo de trabajo (triste pero cierto) y 3, ni siquiera me gustan los animales. 

Además, creo que muchas veces queremos estudiar las cosas porque sabemos que salieron bien para alguien que si tenía vocación en primer lugar (los que se encargaron de Buscando a Nemo estudiaron biología marina y se asesoraron para construir el escenario, Carl Sagan resultó buen comunicador como científico). Pero lo cierto es que tenemos que entender que estas personas no siempre buscaban prestigio, dinero, reconocimiento o caer bien a todo mundo, pensaban en algo que nosotros no: HACER SU MALDITO TRABAJO BIEN. 

Finalmente, creo que puedo cambiar de opinión muy rápido... o que las cosas que creía iban orientadas a una inquietud que no murió con los años. Tal vez, la filosofía dio voz a todos esos pensamientos, que me permiten investigar lo que quiero, afirmar lo que yo soy y entender el por qué de mis creencias. 

Y quizá, sólo quizá, tenga un día un programa de divulgación, en donde le enseñe a quien se deje, tenga una sección de cocina, de ciencia, de biología marina o baile, un monólogo de inicio y cierre con un número musical. Tal vez un día. 

Y si no, me conformo con ser filósofa: porque cada día agradezco que elegí esa carrera antes que otras, agradezco que elegí todas las artes liberales en una. Y la que las originó en primer lugar. 

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