miércoles, 11 de noviembre de 2015

Peleas en la carrera de filosofía

Los filósofos no son amigos de otros filósofos. Cuando esto llega a pasar o bien tienen ocultos celos profesionales, o bien es tanto su odio que lo subliman con cariño. 

A continuación les cuento algunas de las anécdotas que he vivido en esta mi amada carrera, pero que me han hecho considerar qué clase de personas somos los filósofos: 

1. La primera pelea que recuerdo fue porque dije que me gustaba Glee. Ya saben, todo este asunto del teatro musical, de las drama queens y de la exageración al aceptar la convención de que podían cantar en vez de hablar. La persona que me reclamó, un mamón que ya desertó, por cierto, me dijo que eso me restaba puntos (supongo que del sistema de puntos que él acababa de inventar) y que cómo era posible.

2. El mismo imbécil juraba y perjuraba que Sweeney Todd no era un musical...  pese a que las letras eran de Stephen Sondheim, pese a que no era el género que él decía (gore) y pese a que TODO ERA CANTADO. Reitero que era un mamón, además de indignarse a lo estúpido, era muy ignorante. Y, como toda la gente que no sabe nada, le molestaba que la gente no fuera tan ignorante como él. 

3. Con un supuesto ayudante de las clases de lógica, me enfrenté porque le dije que no tenía facebook... para ver lo que él y sus maravillosos amigos de la lógica hacían. Se indignó, me dijo que a estas alturas era inconcebible. Si su mirada hubiera sido cáncer, ya habría hecho metástasis una y mil veces. 

Y es que era obvio: si no tengo facebook ni para chismes o entretenimiento, que es para lo que se usa, no voy a ver cómo presumen de sus supuestos logros gente que supuestamente tiene que ayudar a sus demás compañeros. Lo único que quería eran ejercicios para hacer pruebas con hipótesis. Me dieron largas y largas. Ninguno, ni el supuesto maestro estrella, me auxilió. Intento que hacía, intento que ponían trabas.

Pueden pensar que era un pretexto, que me justifico, que no intenté lo suficiente, pero si hice todo lo posible para una materia que reprobé tres veces. No me enorgullezco, pero di pelea por otros medios, hice exámenes con otro maestro, esperé más tiempo. No importa el tiempo ni el costo si quieres aprender. Además, siempre me pregunto: si ellos ya tienen su dizque vida comprada ¿qué les importa que otro se dedique a otros campos de la filosofía? 

4. En la FES Acatlán hay un supuesto maestro de filosofía que se enoja si los alumnos comen dulces o si llegan un minuto tarde. Ese maestro era tan absurdo que pensaba que todos tenían que aprender latín y griego, pero más latín, para acceder al idioma del conocimiento. 

Híjole, creo que este maestro no sabía inglés y si lo sabía, pues ninguno de los materiales importantes ni difíciles de conseguir estaban enteramente en latín. Además, ese supuesto maestro, como todo buen católico, panista y de derecha, era bien caliente: le tiraba bien recio a las alumnas y una vez que se iba con una, buscaba a otra y a otra. Dizque bien macho, pero nunca me encaró cuando se lo dije, nada más me echó ojos de pistola. 

También su estrategia era quitar a sus colegas mujeres andando con ellas. Y ya que las satisfacía, pues lo mantenían, le lavaban la ropa, le daban alojamiento, para después dejarlas en la ruina. Muchos compañeros machitos decían que qué chido... pero la verdad, para admirar a mantenidos mochos... si, hay que estar muy mal. 

¿Qué cómo se tanto? Pues porque nos conocíamos y quería andar con él... hasta al mejor cazador se le va la liebre. Pero a mi no me la aplicó porque me di cuenta y porque, desgraciadamente, en el pozo en que tiene a mis supuestas rivales, muchos años pasarán para que puedan salir. Así que mejor no criticar ni cargarles la mano: yo pude haber estado ahí. 

5. Seguí peleando con otro tarado que ni sabía por qué le molestaba tanto. Esta anécdota es igual de absurda que las otras. Siempre hacía sus desplantes y groserías: invitaba a su club de Toby pero a mi no, se pasaba de largo, no contestaba nunca si le hablaba directamente y se salía cuando yo exponía (si, eso también lo hacen los compañeros filósofos). Pero la bronca no fue esa, porque a veces ni cuenta me daba que era hostil conmigo, la bronca fue cuando lo encaré. 

Lo que le dije fue: bueno, se que puedo llegar a ser un fastidio, cierto, entonces: ¿qué te molesta? 

Esta, prepárense, fue su "brillante" respuesta: 

Eh, mira, pues... yo, la verdad es que luego mejor me llevo con otras personas como A y B (omito sus nombres porque negaron que fuera su amigo, eh), la verdad es que no es nada contra ti, pero, eh... este... mi novia (ahora ex novia, perdedor), dice que eres muy inteligente y... lo importante es conocerse a sí mismo y pues... sentir cómo es la gente. 

JAJAJAJAJAJAJAJA. Mejor terminé la conversación. Mi cerebro se averió ese día de tanta estupidez. Ni Sócrates lo salvó, me cae. ¿Cómo pude querer aprobación de alguien que ni siquiera sabe expresarse? Ni siquiera dice las cosas en la cara, buena salida para alguien que no sabe ni qué le molesta. Yo entiendo que hay gente con la que no puedes decir que está mal y que te cae mal sin razón. Pero a esa gente NO TE LE ACERCAS. Y no finges, más cuando tu discurso es ser genuino. 

Además... de octava embarrar a la novia, que ni siquiera me hablaba y que yo ni conocía, sabía que no era mala persona, pero, híjole, ¿por qué no sincerarse y buscar soluciones, por muy drásticas que sean? ¿Por qué no contestar una simple pregunta? Lo que me deja como lección es ya no tomar en cuenta las opiniones de la gente... no porque uno no quiera vivir en la realidad, sino porque son tan estúpidas las supuestas razones, que si me pueden hacer perder la noción de realidad misma. 

Por cierto, me recordó a ese personaje de la serie Pequeña Britania, Vicky Pollard: el cual embarra a todo mundo... pero que nunca dice que es ella la chismosa, la intrigosa y la que quiere hacerla de bronca


Dice Sócrates, dos amigos, mi novia y mi prima que me caes mal. Eso no es cierto. Bien, compañero, muy bien.
6. Por mi interés en la filosofía analítica. No saben cuántos me han mirado de mala manera: porque argumento, porque puedo decir bien un dato, porque puedo... Por desgracia no es bien visto que una persona que no era aventajada de repente salga adelante por sus gustos e intereses. Yo pensaba que los filósofos eran gente más crítica. Y no... la verdad no. 

7. Por saber bien inglés. Aunque no lo crean, tuve compañeros muy envidiosos porque yo dominaba el idioma y ellos no. Les expliqué cosas en inglés, no muy complicado, incluso llegué a participar en inglés... pero claro, si titubeaba un poco, risas. Si les explicaba... malo, porque pues es malo que una mujer sepa hacer cosas mejor que un hombre. 

8. Me he peleado también por defender el sexo casual. Mi postura es: es perfectamente aceptable que una mujer quiera y busque sexo casual. Siempre que sea con protección y sin involucrarse de alguna manera con la persona con quien se tiene sexo. 

La chica con la que me peleé, era de esas personas cerradas y sin criterio. Inmediatamente anteponía su prejuicio... además le gustaba mucho la lógica y pretendía darle clases a la banda... Ni hablar... la lógica es lo más claro, es para romper las barreras de la comunicación. La lógica, según Raymundo Morado, un lógico de verdad, es muy bella, porque te ayuda a comprender al otro, a no implicar rivalidad aunque sean posturas con las que no estamos de acuerdo. No entiendo por qué todos los que son prejuiciosos se van a la lógica... no se les va a curar como la gripe. 

9. Me han discriminado por mi ropa. He ido con abrigos de pieles (sintéticas, no se espanten), mochilas bonitas, mallones con estampados bonitos de animal print y de varios colores, joyería excéntrica, pequeñas tiaras, anillos... Y me han echado unos ojos como si fuera algo malo. Como si por mi ropa no mereciera estar ahí. 

10. Porque no apoyé a los 132 y no apoyé al Peje... Por desgracia, las personas a las que se los externé, de pendeja no me bajaron. De derechista, del yunque y de todas esas estupideces, porque yo no creía en una necedad de una persona para desestabilizar el orden social. No me quiero hacer una intelectual de la política, pero AMLO es un alborotador, no creo su discurso ni veo en él una posibilidad de progreso para México. Y no es que sea un peligro, es que será igual que los otros. Dah. 

Con los 132 pasó lo mismo: yo no creo que una revolución sea en las calles, es en las aulas: es con la divulgación, con la palabra, comunicándonos con otros, llegando a un acuerdo con ellos. No es imponiendo posturas, ni discursos. No es pretendiendo que algo nos interesa de forma abstracta, cuando en la vida real somos pésimas personas, no nos preocupa el compañero de al lado y además, lo vemos como un rival, ni siquiera nos preocupamos por él. 

Por cierto, nunca me pierdo el programa Sin filtro, love it! 

11. Porque no me gustan algunas formas de la UNAM. Por principio, su enorme libertad. 

Las grandes virtudes son los peores defectos y viceversa. Yo amo la libertad de la UNAM, me encanta cultisur, me gusta cómo mi facultad colinda con San Ángel, con el metrobus, con Perisur, Tlalpan, con el Colmex. Me encantan sus planes de estudios. Pero, honestamente, puedes hacer lo que quieras, lo que se pega la gana. Todo el tiempo que necesites y eso no siempre es bueno. A veces es bueno tomarse el tiempo, pero no demasiado, porque la vida va mucho más rápido. 

Y, aunque esa libertad me favoreció... no me ha ayudado a madurar. No he encontrado un orden para mi. Se que es complejo, es contrario a todo lo que yo creo y todo lo que amo, pero es cierto, tan cierto, que duele. Que uno no puede estar tranquilo pensando en que hace las cosas bien, sólo porque hace lo que quiere. Cae en su propia trampa. 

12. Por querer ser autodidacta. Ya lo he dicho y no me arrepiento. No es que yo les diga a los maestros que no me importa lo que me digan ni que no los tomo en cuenta. Se trata de que, por mi metodología, mi historia de vida, mis razones: YO QUIERO SER INDEPENDIENTE. Creo firmemente que: la conclusión de una vida de estudio tendría que ser convertirse en autodidacta. Si una persona va a decir lo que otros o no va a cambiar ni un poco su forma de pensar... ¿por qué quemarse las pestañas entonces? 

Sin más, un saludo a todos mis enemigos. Y un agradecimiento: si no fuera por ustedes yo no estaría aquí. Y si ustedes creen que me van a hacer a un lado con sus supuestas humillaciones, sus insultos, sus prejuicios... que equivocados. Mientras más me dicen que no puedo, mas me esmero en terminar. Han de saber que mi umbral del dolor es muy alto y he heredado de mis familiares ser obsesiva, pese a los contrafácticos. 

Han de saber también, que confirman mi punto de que, desgraciadamente, los estereotipos son inevitablemente ciertos. 

Hash tag: tu envidia me fortalece. Sonrían más, por Dios. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario