martes, 11 de octubre de 2016

THX 1138 o podólogos y osos.

Al maestro y amigo Francisco José Ochoa Cabrera. 

Hubo un tiempo en que no me gustaba la ciencia ficción... honestamente era porque no la entendía y porque no veía una conexión con algo que me gustara. 

Pero en mi época de rebeldía leía muchos libros. Y nuevamente me volví nerd. O creo que nunca dejé de serlo. Creo que no soy de aquí ni de allá. 

La ciencia ficción conectó conmigo por dos sucesos: 

a) La lectura del libro de Jean Servier, La Utopía, que es de los breviarios de FCE.
b) La conexión con la filosofía, que debo a Zizek y a Terry Gilliam con su inconmensurable Brazil. 

Bueno, también se lo debo a Planet of the Apes, Alien, Krull... No sabía que había un comentario político o sociológico, incluso metafísico, en la ciencia ficción. A muchos les parecía obvio, a mí no. 

Servier dice que, si Platón no escribe sobre la República, no hay ciencia ficción. De hecho, eso de que la filosofía son notas al pie del trabajo de Platón, no lo subestimen, a veces es cierto (bueno, a veces es al trabajo de Kant). 

La utopía que hay en la República de Platón es el modelo para aquellos que tienen que hacer una crítica al gobierno y la forma en que deben comportarse los ciudadanos. De ahí seguirían Moro, James Harrington, Huxley, Orwell, Phillip K. Dick, Lang. 

Pero Servier hace una distinción inicial: hay utopías que vienen a cambiar a la polis, pero otras utopías se vuelven distopias. Distopia es cuando la utopía se pervierte y logra crear una dictadura con tecnología y con control del cuerpo y la mente del hombre. 

En la República de Platón se encuentra la alegoría de La Caverna: los seres humanos se encuentran en una Caverna, en donde se encuentran una serie de ídolos (como la religión), y de apariencias de cómo son las cosas. Tenemos una especie de cadenas, de las cuales nos debemos liberar, para esto, tenemos que pasar por una serie de obstáculos (cuestas arriba, fuego). Pero una vez que vemos la luz del sol, vemos la verdad. 

Al final de la alegoría, es cierto somos libres, que las cadenas se han ido y que sabemos más que los demás. Pero estamos solos: porque cuando regresamos a la Caverna, las otras personas que creen en los ídolos y en las apariencias, se reirán de los que vemos la luz. 

Digo esta explicación, porque esta es la trama de este clásico dirigido por George Lucas: THX 1138 (interpretado por Robert Duvall) es un individuo en un mundo distópico, el cual tiene que pasar por una serie de obstáculos para encontrar su libertad, aunque esto suponga la salida de la supuesta utopía. 

THX 1138 se autodetermina con el cuerpo, cuestiona a los ídolos y las apariencias. Cuestiona por qué la vida que tiene es de esta manera, así que busca algo más, busca la verdad. No arruino la película, pero el final es como termina La Caverna. 

Podólogos y Osos 

Me ha pasado de todo en este año... me han insultado y he visto lo resentida que está la gente por un poco de atención, he visto como no explican bien y creen que merecen echar toda la mierda que contienen dentro de sí. 

Una podóloga, de cuyo nombre no quiero acordarme, me insultó e hizo personal un problema que se supone, debía explicar. Su falta de tacto me llevó a buscar otros servicios: encontré a otra podóloga que está más cerca de mi casa, cobra menos 


En el caso de los osos, fui víctima de la sobrina idiota del dueño, que se quejaba de que su empleo era muy poco para mí. Yo no lo dije, nunca salió de mi boca, pero no la corregí: en el fondo ella lo sabía y era cierto para ambas. Vender juguetes con mensajes cuestionables y carísimos. 

Por fortuna, después de todo ese camino recorrido... logré ver la luz, logré salir de aquellos ambientes esclavizantes. Porque la Caverna, queridos amigos, se trata de que al final veas la verdad. Y te sientas mucho mejor. 

Cuando el personaje de THX logra salir de su distópico mundo, ve que hay esperanza, que no todo es tan terrible como se esperaba ni es tan malo como él creía. La verdad se antepone y no puede mas que traer puntos de ruptura, buenas consecuencias. Era más la resistencia que oponían la fuerza pública que la resistencia que él oponía. 

Creemos, cuando ignoramos la consecuencia, que decir la verdad nos traerá humillación y sufrimiento. En parte, así es. Pero una vez que esta sale, es mucho mejor para nosotros: ya no pueden atacarnos, ya han visto lo que somos y lo que hacemos. Ya no nos chantajean con eso. Así como nos dicen que hay que superar lo que nos ha pasado, también podemos decir de la misma forma: supérenlo ustedes. Supérenlo que ya pasó. 

Ya sólo pueden venir cosas buenas después de haber estado en miles de cavernas, ya sólo podremos ver la verdad, aunque se burlen de nosotros como Sócrates. 




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