No creo que las cosas sean muy justas: recientemente he visto cómo ganan los malos, como, aunque intentes defenderte te colocan miles de trabas... cómo hacen para desmoralizarte y hacerte sentir que no vales la pena, que no tienes razón... Tanto esfuerzo de los malos que son más. Y no es la solución ingenua de que: es que si dedicaran más tiempo a hacer cosas buenas, no serían así. La bondad y la maldad son, tienen un génesis, un motivo y además
No daré una solución a estos problemas tan grandes, pero si, como es la idea principal de esta canción: tenga un cómplice. No es la única manera, pero es lo mejor que puede hacer.
Si uno baja de peso, si uno ama, si uno es amigo, lo mejor será no hacerlo solo: conseguirse a alguien que te diga, si tú quieres a alguien para esto o lo otro, aquí esto, soy tu hombre... Y poder corresponder a cambio: soy tu mujer.
Porque odiar, rara vez sirve de algo: los psicólogos te dirán que hagas algo, los maestros que seas de esta forma, los padres te dirán otra cosa... rara vez conseguirás otras respuesta. Por esto ten un cómplice.
Ten un cómplice con el que te rías, con el que llores. Un cómplice que te diga que está bien, al menos en un principio, lo que haces, alguien que te acepte, que te ayude... alguien que te diga que te quiere. Eso es lo importante, no lo que haya pasado mal y pasará en la vida.
Siempre soñé que alguien como él, el guitarrista sexy de mi grupo favorito me ofrecería así su amor, que todo el tiempo estaría conmigo... o al menos que alguien me amaría de la forma en que dice Leonard Cohen... pero la verdad es que quiero sólo un cómplice, alguien que me quiera. Despierto del sueño, y aunque agradable, lo acepto: nunca va a pasar.
La canción, como todas las canciones alegres, tiene un dejo de tristeza: ¿y si no me ocurre a mí? ¿y si no hay nadie que me pida matrimonio? ¿y si sólo es una fantasía? Así es el amor que todas anhelamos, no hay nada más.
Por eso me conseguiré un cómplice, alguien que esté ahí para mí, que me diga que soy lo único y yo corresponderle igual... alguien que me diga que es mi hombre, alguien que en verdad me quiera.
Y tal vez toda esa injusticia, esas malas jugadas y ese odio... se irá.
Descansa en paz Leonard Cohen, me gustaba mucho esa canción por el documental Life Itself, en donde Roger Ebert se la dedica a su esposa. También me gustaba Hallelujah y Dance me to the end of love. Pero puse esta, porque creo que el amor es así, al menos en una etapa inmadura e idealista de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario