domingo, 27 de noviembre de 2016

Consideraciones sobre la familia

A los 17 años, después de recibir una agresión muy grande, dejé de creer en la familia como núcleo de la sociedad. Orwell me dijo, en 1984, que la familia era una asociación de espías: en donde todos se observan con todos, todos se acusan con todos y nadie confía en nadie. Así me sentía yo. 

Y yo me leí en Orwell, fue el primero que me abrió los ojos. 

Yo me sentía observada, además de agredida: mi familia se había metido conmigo y me confesaron, que me habían odiado en secreto todo este tiempo. Se lo guardaron bien, pero yo me había autoengañado: estaba por todas partes y no lo había querido ver. 

Fue entonces que comencé a creer en el individuo. En que había nacido sola y sola me iba a ir. Que la familia era algo que existía en un programa de televisión y que, a menos que yo hiciera un guión o fuera actriz, las cosas iban a estar bien entre mi familia y yo. 

En mi familia había muchos problemas, pero siempre que estaba en una encrucijada, lo hacían ver cómo si yo los hubiera ocasionado. Como si mi nacimiento fuera una desgracia y ellos hubieran estado mejor antes. 

Empecé a pensar que también ellos tenían su versión de las cosas, que sufrían mucho y que mi nacimiento, si bien no era el detonante, tampoco significó buenas noticias: significó angustia, crisis, rechazo, problemas. Tal vez no fue algo bueno y me asocian con la desgracia. 

Soy escéptica de aquéllos que dicen que tienen todo y que se han realizado teniendo una familia: preferiría tener una carrera, un coche, una casa, mucho dinero. Prefiero estar sola. 

Y dirán que es un complejo de emperador o que sea hija única, pero, honestamente, creo que las familias son obstáculo. Me siento profundamente traicionada, siento que el último lugar a donde iría si tengo un problema, sería con ellos. Ellos nunca me han confiado nada: sólo son una bola de conspiradores. No creo necesitarlos a futuro, no creo que ellos me necesiten. 

A veces pienso que ellos son una familia obstáculo, a veces creo que TODAS las familias son obstáculo, que me tengo que separar de ellos para tener un poco de paz. Aunque no tenga los medios ni las respuestas. 

Si llego a dar dinero a la casa... es probable que sea compromiso, o que sea para mis fines personales... sin embargo, lo único que me gustaría, es buscar mi camino y dejarlos atrás. Simple y sencillamente porque la relación es inaguantable. Es molesta y sin más, no hay nada ahí para mí. 

Una familia obstáculo es una familia que te da dobles discursos, te hace sentir fuera de lugar y, lejos de apoyarte en tus objetivos... te da la espalda. Busca la manera de estar enojada contigo todo el tiempo, de burlarse de ti, de hacerte sentir insuficiente y de no darte tu lugar. Tal es la situación asfixiante en la que yo me puse. Y tengo que salir de ahí, antes de que esos espías me alcancen, antes de que pierda mi individualidad. 

Por desgracia, hice mucho para que estas ideas sobre mi se perpetuaran en mi familia, que ahora que todo parece difícil, me lo echan en cara, como si fuera la causante de sus problemas... lejos de parecer una persona rebelde o solitaria, me convertí en la persona que ellos querían. 

Creo que el hecho de no tener una familia es un acto contestatario: porque la familia, lejos de ayudarte a lo que necesitas, sólo parece hacerte retroceder. En la mía había una humillación constante, para que perdiera mi seguridad y tuviera que quedarme con ellos, lo cual nunca fue una realidad para mi. 

Y aunque hace poco recordé los favores, algunos momentos... no pude evitar que también hubo varias peleas, enojos, espionaje y burlas. No es que uno no los tome en cuenta, pero tendrá que ser cauteloso la próxima vez. 

A los 17 años dejé de creer en la familia, tal y como se deja de creer en Dios, en uno o en tonterías de niños... pero esta descreencia me hizo crecer y ser más fuerte, no me hizo sentir desolada ni sepultó una parte de mi. 

La vida apesta. 

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